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Autor: Innovación Educativa
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Habitar la profesión desde la pedagogía
Si el pensamiento crítico nos ayuda a tomar postura sobre cómo queremos llevar nuestras prácticas profesionales, la pedagogía nos ayuda a compartirnos congruentemente con el pensamiento crítico que nos sostiene. Es decir, no basta con tener una ética transformadora si no somos capaces de compartirla. Desde esta mirada, la pedagogía se vuelve una herramienta vital, pues traduce nuestro pensar a maneras de relacionarnos.
En el caso de la arquitectura, como tal vez en cualquier otra profesión, se perpetúan lógicas capitalistas y de opresión. Felipe Guerra (2024) señala que «la arquitectura ha quedado indisolublemente ligada al capitalismo y colonialismo» (p. 49), y que “no hay arquitecturas más allá del capitalismo, ni modos alternativos de ser arquitecto, sino alternativas a la arquitectura y al arquitecto” (p. 106).
Incluso la educación, que parecería el espacio más fértil para la emancipación, puede reproducir las mismas lógicas opresoras. Paulo Freire (2005) advertía que cuando la educación se convierte en un acto de transmisión unilateral, refuerza estructuras de dominación. Desde una crítica más amplia a las profesiones, Iván Illich (1973) denuncia que las profesiones institucionalizan y monopolizan procesos humanos separándolos de la experiencia cotidiana de las personas. Illich propone una des-profesionalización de la vida, un retorno al sentido común y a las capacidades compartidas.
Carlos Esteva (2022) propone recuperar el poder de los verbos sobre los sustantivos: “sustantivos como ‘educación’, ‘salud’ o ‘vivienda’, llamadas ‘necesidades’ que dependen de entidades públicas o privadas, deben ser reemplazadas por verbos como ‘aprender’, ‘curar’ o ‘habitar’” una forma de reivindicar la agencia personal y colectiva y posibilitar vías autónomas de transformación social».
Sara Ahmed (2004) desarrolla que “estar en contra de algo es también estar a favor de algo, pero algo que todavía tiene que articularse o que todavía no es” (p. 265). Esta visión abre una posibilidad: la de incomodarnos, cuestionar lo establecido y, al mismo tiempo, proyectar un futuro distinto. Para Ahmed, la indignación es forma de conocimiento que nos conecta con el futuro que deseamos, “la indignación es visionaria” (p. 265).
En ese sentido, la pedagogía como forma de relación ética, afectiva y crítica, nos permite sostener esa incomodidad y convertirla en acción transformadora. Una pedagogía crítica nos permite actuar en nuestras profesiones como si fueran aulas que podemos intervenir al acompañar, mediar, co-diseñar y facilitar procesos que devuelvan la palabra, el poder y la agencia a otros.
Imagen. Tuppers obsequiados a la comunidad de aprendizaje Tupper Tocs. En mi caso, he comenzado a incorporar esta mirada pedagógica en mi práctica profesional como arquitecta. He podido abrir espacios pedagógicos dentro del despacho donde trabajo al iniciar una comunidad de aprendizaje donde dialogamos sobre temas polémicos e interesantes del quehacer arquitectónico. También empecé a dar una clase en Centro a próximos licenciados en arquitectura donde cuestionamos el papel del arquitecto y de la arquitectura.
Por último, he procurado diseñar desde la escucha y la reciprocidad. Sin embargo, este camino no está exento de tensiones, no he encontrado congruencia y espacios de ruptura en toda mi práctica profesional y es que a veces tengo que soportar la incongruencia porque necesito ganar mi sueldo. Hablar de dinero puede sonar capitalista, pero la realidad es que la vida todavía cuesta. Sostener una ética pedagógica dentro del ejercicio profesional requiere preguntarse también cómo vivir dignamente desde esa postura, sin romantizar la precariedad ni idealizar la renuncia.
Mi proyecto de titulación parte de esta ambivalencia. Por un lado, comparto la crítica de Felipe Guerra acerca de que la arquitectura es la herramienta colonial espacial del sistema capital, pero por otro, no creo que abandonar la arquitectura sea la salida viable. Me interesa explorar cómo, desde adentro, podemos tensionar y reconfigurar nuestras prácticas.
Por ejemplo, Javier Sánchez durante años ha desarrollado proyectos inmobiliarios intentando convencer a la industria que apostarle a la ecología y la calidad de vida es una buena inversión. Felipe Guerra lo ubicaría del lado del problema, porque aunque intente hacerlo distinto, sigue operando a favor del sistema. Yo, en cambio, creo que Javier está arriesgándose al empujar un camino que lleva a la arquitectura a poner al centro otros valores, valores que en un futuro podrían propiciar el fin de la arquitectura misma. Como Javier, yo también quiero habitar ese terreno extraño de estar en contra desde adentro.
En mi caso, esas preguntas han tomado forma en la propuesta de un taller de ruptura epistemológica para arquitectos, donde más que revisar teoría, quisiera provocar la reflexión sobre nuestras formas de habitar, reconociendo lo cotidiano como campo de aprendizaje. Porque abrir preguntas sobre nuestra cotidianidad profesional puede ser una forma de transformación.
Imagen. Extracto de cómic por Raúl Velázquez realizado en clase proyectos VI de Centro. No creo que todos los arquitectos deban tener la filosofía de Javier, ni la de Felipe, pero sí creo que todas las profesiones, incluida la arquitectura, necesitan nombrar su postura ético-política y sostenerla. Esa reflexión guía mi proyecto de titulación: ¿cómo acompañar a otras personas a reimaginar sus prácticas profesionales desde una mirada pedagógica?
Esta posibilidad no es solo una intuición personal, ha sido explorada por autoras que expanden el horizonte de lo pedagógico más allá del aula. Bell Hooks (1994) plantea que la educación como práctica de libertad puede permear todos los espacios de la vida social. Elizabeth Ellsworth (1997) sugiere que la pedagogía crítica puede usarse para transformar instituciones más allá del contexto escolar. Y Raewyn Connell defiende que este enfoque puede reformar profesiones desde una mirada de justicia social.
Integrar la pedagogía en las profesiones no significa cambiar de carrera, sino preguntarnos cómo, desde lo que ya hacemos, podemos reconfigurar nuestras prácticas de forma ética. Implica abrir espacio a nuevas formas de relación que redistribuyan el poder y reconozcan saberes diversos. Tal vez ahí resida su fuerza, en la posibilidad de imaginar profesiones que no solo se desmantelan desde afuera, sino que se destruyen y reconstruyen desde adentro, a través de vínculos horizontales, afectivos y emancipadores.
Así, la pedagogía se vuelve una expresión ética que da sentido y dirección a nuestras maneras de habitar.
Imagen. Extracto de cómic por Fernanda Delgadillo Soto realizado en clase proyectos VI de Centro. Escrito por Natalia Zenteno Ortega, estudiante de la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad.
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente.
Referencias
Ahmed, S. (2004). La política de las emociones. Ed. Traficantes de Sueños.
Connell, R. (2009). Just education. In The Routledge International Handbook of the Sociology of Education.
Ellsworth, E. (1997). Teaching positions: Difference, pedagogy, and the power of address. Teachers College Press.
Esteva, C. (2022). [Video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=o2SW4hcKM9U
Freire, P. (2005). Pedagogía del oprimido. Siglo XXI Editores.
Guerra, F. (2024). Coreografías del habitar. OnA Ediciones.
Hooks, B. (1994). Teaching to transgress: Education as the practice of freedom. Routledge.
Illich, I. (1973). La sociedad desescolarizada. Barral Editores.
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Camino de la memoria del taller de prácticas educativas y creación de situaciones de aprendizaje
En nuestro tercer semestre de la maestría de Innovación Educativa para la Sostenibilidad, nos encontramos con el taller de prácticas educativas y creación de situaciones de aprendizaje y nos encontramos continuamente con el Artilugio.
Llegamos a este taller sin una definición clara, pero queriendo una definición clara, nos preguntamos ¿Qué es el artilugio? y tuvimos que liberarnos de la opresión de definir todo con rigidez, y querer saberlo palabra por palabra, se nos invitó a vivirlo y a descubrirlo por nosotres mismes.
Y así fue como entregamos nuestros cuerpos, abrimos el corazón e intencionamos juntes cada sesión. Este fue un espacio pedagógico, de colores, de bordado, de mandalas y de creatividad, donde nos sentimos segures, un espacio de cuidado y de ternura que nos permitió explorar y empezar
Foto: Lilian Galante ¿Pero de dónde partimos? Primero lo primero y partimos de observar una realidad, nuestra realidad, un contexto, una experiencia situada, de conocer eso que me y nos pasa y conocimos la rueda de la realidad, donde pudimos visualizar eso que nos acontece en lo cotidiano, que nos acontece más allá y que nos atraviesa a través de los sistemas en los que vivimos.
Y así, juntes, empezamos a construir ideas, el artilugio como respuesta creativa a esas situaciones que nos pasan, siempre en novedad, que rompa con la regularidad de lo cotidiano, no solo en hacer, sino hacerse en sujeto/sujeta, y que siempre va en contra del olvido del otre.
En nuestra búsqueda de respuestas, exploramos, bailamos, actuamos, tejimos redes, hicimos podcast, teatro guiñol, lloramos, reímos, nos abrazamos y todo bajo una comunidad de aprendizaje viva, una comunidad de cuidado que siempre estuvo al pendiente de la otredad, poniendo siempre el corazón al centro.
Foto: Lilian Galante Sé nos invitó a soñar, a crear nuestro propio sueño guajiro, a volar alto, a ver más allá, a decolonizar la imaginación para poder crear nuestros propios sueños, porque es de ahí donde se mantiene la esperanza, dónde surgen nuevos mundos posibles.
Descubrimos que para que el artilugio suceda, tiene que existir una provocación ¿Qué queremos que suceda? haciendo que el acto pedagógico sea político y lo político sea pedagógico, Nos llenamos de preguntas ¿Para qué agrietamos? ¿Qué queremos romper? las preguntas seguían y seguían, y nosotres lo seguíamos intentando.
Artilugiamos con la mirada despierta y con el corazón atento, en los proyectos socioambientales trabajamos en colectivo porque nada se construye solo si se piensa desde lo individual. aprendimos a enojarnos, luego abrazarnos y a soñar juntes con digna rabia.
Aprendimos a hacer, aprendimos a ser, aprendimos a convivir para transformar, transformar lo que hacemos, transformar lo que somos, transformar como nos relacionamos y transformar el mundo que habitamos.
Foto: Lilian Galante Llegamos al final pero ¿Qué sigue? ¿Cómo nos sostenemos? ¿Cómo mantenemos está comunidad? Nos tomamos un espacio para respirar y ofrecer algo nuestro a la mesa del don, ¿Qué aportó yo a la comunidad? y ¿Qué dejó en herencia para los que vienen detrás? y juntes construímos un nuevo significado de lo que es artilugiar.
Escrito por Karla Andrea Figueroa Esquivel, estudiante de la maestría Innovación Educativa para la Sostenibilidad”
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”.
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De paso por la UMA
El comienzo
La Universidad del Medio Ambiente (UMA) ha sido un oasis para mirar y hablar con otros, incluyendo a los árboles, las hojas, las aves y otras especies en la Tierra. Lo más sorprendente ha sido escucharles de vuelta.
La UMA ha sido un llamado a encontrarnos, reunirnos y platicar alrededor del fuego para convertir en cenizas viejos paradigmas y prender la chispa de la colaboración y la confianza radical desde el potencial que llevamos dentro para dar a luz nuevas posibilidades que transformen lo que nos duele como sociedad.
Foto de Enriquez, L. M. 2005 La UMA ha sido un espacio de nuevas oportunidades para mirar-se, reconocer-se y reciprocar el aporte que cada persona y especie hacen desde su unicidad al universo desde su cosmovisión.
También ha sido atestiguar, apreciar y abrazar la diversidad para crear nuevas prácticas narrativas que incluyan a tod@a las voces practicando la re-autoría en palabras de Michael White. (White, M., 2016)1
Ha implicado levantarse al alba algunos sábados y domingos para atestiguar la salida del sol, escuchar y sentir los sonidos de la naturaleza y con esa pequeña acción elegimos ser guerreros(as) del amanecer, experimentando el equilibrio con y en la naturaleza a través del suave movimiento del tai chi.
Ha sido atreverse a andar el territorio, antes que arrastrar la pluma. Conectar con el dolor desde la indignación y la empatía antes de correr a intentar borrar las heridas para crear soluciones que se desvanecen en el tiempo por no encontrar los cuerpos que las sostengan en acciones.
Ha sido escuchar antes que proponer, reconocer otras miradas reconociendo que cuando una persona ocupa un lugar de privilegio, el verdadero gran poder, radica en trascender lo individual para vivirse en colectivo.
En la UMA, las preguntas llueven a cántaros, y un gran reto ha sido crear los espacios no para contestarlas, sino para desarticular-las y re-construir otras preguntas que hagan más profundo el entendimiento de los conflictos socioambientales y posibles soluciones desde colectivos que ponen sus mentes, cuerpos y corazones para mapear sistemas, para descubrir interdependencias, analizar multi interacciones y flujos que nos muevan a intentar la acupuntura sistémica que disloque, que provoque, que mueva, que sostenga mejores condiciones de bienestar de fondo en los sistemas prevaleciendo en el tiempo, en donde habremos de caminar, en vez de trotar, porque el camino en colectivo será más importante que el mero resultado si lo hacemos desde el cuidado y la ternura.
Cuando dije que sí a la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad quería fortalecer mi cuidado a la naturaleza, reconociendo que habiendo escuchado cada vez con mayor intensidad el grito de la Tierra, no he sabido cómo responder a su llamado. Sin embargo, sé que no hacer nada, también es una elección y no quiero que sea la mía, ni la tuya o la nuestra. Estoy dispuesta a cruzar mis propias fronteras para redescubrir y probar nuevas fórmulas.
El camino
(UMA, 2025)2 El camino es incierto, pero quiero ensayar la escucha a mi intuición, estoy dispuesta a descolocar-me y repensar los sistemas en los que estoy-estamos inmersos para poder re-crear en colectivo, asumiendo que solo somos una especie más en la maravillosa naturaleza, por lo que no hay cabida para el control. Que reine la escucha empática en medio del caos creativo, sabiendo que esta vía nos llevará orgánicamente a la innovación, la cual deberemos de acompañar de medición y monitoreo para lograr su trazabilidad y escala, además de fortalecer nuestra capacidad de resiliencia, co-construyendo nuevas relaciones e interacciones entre humanos, en y con la naturaleza, atestiguando las líneas causales y generando comunidades de aprendizaje y de práctica para reciprocar-nos.
Foto de Hernández, A.R. 2025 Tenemos el poder de transformar y regenerar las condiciones para nuestra vida, para la vida, atrevámonos a romper la inercia, agrietar el sistema con propósito desde la congruencia, la indignación y el dolor, aboliendo la apatía, generando preguntas poderosas, provocando la reflexión-acción, siguiendo pistas, ampliando la conciencia, sumando voluntades, corazonando, mentalizando y acuerpando nuevas posibilidades.
Siempre me percibí humanista, antes que dolorosamente antropocentrista, y reconstruyendo mi propia narrativa, elijo estar en la UMA, no por ser un espacio perfecto, y me parece que no pretende serlo, pero sí reconociéndola como es un espacio para inspirar, conectar, soñar, cuestionar, crear, innovar, intentar, fallar y volver a empezar. La inversión de tiempo es enorme, sin embargo, experimentar la toma de decisiones desde el potencial y la esperanza de ser parte de las soluciones para un mejor futuro, me inspira.
La provocación
Foto de Porte Petit, V. 2025 Si tú como yo quieres impulsar un futuro regenerativo, sustentable, ético, y potenciar tu Mindset de agente de cambio capaz de promover iniciativas que transformen sistemas socioambientales desde sus círculos de influencia:
- Conoce tu perfil de Agente de Cambio CHANGEMAKER INDEX (3)de Ashoka,
- Mantente cerca de la UMA,
- Sigamos haciendo comunidad como UMAnos(as).
Escrito por Verónica Porte Petit Anduaga, estudiante de la Maestría de Innovación Educativa para la Sostenibilidad
Fuentes:
1. White, M. (2016). Maps of Narrative Practices. Pranas Ediciones
2. UMA. (2025). Sustentabilidad y Regeneración. UMA: https://universidaddelmedioambiente.com/wp-content/uploads/2022/12/CIRCULO-MODELO-EDUCATIVO-2017-c_fotos-01-scaled-800×765-1.jpg
3. Ashoka. (2025). Chagemaker Index de Ashoka. Ashoka: https://cmi.ashoka.org/es
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”.
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Las esperanzas y la educación
Preguntas incompletas
Me dirigía a una reunión un poco de prisa, la segunda del día y todavía no eran ni las 10:00 de la mañana. Había estado en más reuniones aquel martes que dando clases a mis grupos de secundaria. En ese correr a donde sería la junta me encontré con uno de mis estudiantes que venía por los pasillos, lo noté cabizbajo y un poco desanimado.
Cuando nos cruzamos de frente le pregunté si estaba bien, él volteó y me dijo: “sí, Dany, sólo estoy aburrido”. Le traté de dar ánimos diciéndole que ya casi era el receso. Llegué a la reunión y antes de comenzar con nuestros pendientes le pregunté a la maestra cómo estaba, me dijo que muy cansada, a lo que yo respondí: “lo bueno es que ya casi son vacaciones”. Nos reímos un poco. En ese momento me cayó un 20.
Mi forma de animarme era la misma que le había dicho a mi estudiante en el pasillo: “ya casi es el receso”… ya casi son vacaciones, ya casi es la salida, ya casi… ¿ya casi qué?, ¿por qué no podemos disfrutar estar en la escuela?, ¿por qué nuestras motivaciones deben ser esos momentos de recreación, esos momentos de no estar en el aula o en la escuela? Me invadió una sensación de angustia y comenzó a dolerme el estómago.
Continuamos con el trabajo pendiente. Hablamos del clima escolar de la institución, de la voz del estudiantado, de nuestro rol como docentes, de nuestras carencias en el aula, de las violencias que atraviesan lo cotidiano. Concluimos que la educación se ha transformado en llenar formatos para protegernos “por si algo pasa”, en terminar el libro de texto porque ya gastaron las familias en el material, en ser la o el mejor docente para que seas reconocida como una gran persona.
Ya no hay cabida para los errores, para las preguntas incómodas, más preocupante aún, no hay cabida para escuchar lo que el estudiantado quiere, piensa y siente. Cerramos con una reflexión: nos estamos haciendo las preguntas incorrectas, necesitamos nuevas preguntas para que nuestras respuestas no sean: “lo bueno es que ya casi son vacaciones”.
Foto de Daniela Orozco: » Encontrando paradigmas» Cuando las esperanzas se entrelazan
De camino a mi salón sonó el timbre que indicaba el inicio del receso. Los pasillos se llenaron de risas, de gritos, de adolescentes sintiéndose libres. Mientras les veía correr pensé, “¡Claro!, si alguien debe saber qué preguntas hacernos, son ellas y ellos”. Eso me encanta de las adolescencias: su sinceridad.
Después del receso, por fin tuve mis clases. Ansiaba contarles la crisis en la que estaba metida. Las conversaciones de aquel día en el aula fueron mágicas, reveladoras y dolorosas. Me compartieron cómo se sienten con relación a la educación y qué les gustaría que pasara en las aulas. Les pedí mucha paciencia y apertura para lo que venía. Acordamos que pensaría cómo estructurar este último trimestre y les llevaría una propuesta en la siguiente clase para cuestionarla y, sobre todo, co-diseñarla.
Hemos hecho de todo un poco. Cambiamos el temario y elegimos estudiar los temas que les inquietan. Lo siguiente fue pensar en nuevas formas de evaluar, para ello, cada grupo eligió un par de habilidades que quieren desarrollar más. Diseñaron la rúbrica con la que evaluaremos esas habilidades.
Volvimos a revisar los objetivos del trimestre y los cambiamos, en lugar de ser una frase que empieza con un verbo en infinitivo como dicta la regla en la docencia, los convertimos en preguntas poderosas como: “¿por qué pensamos lo que pensamos?, ¿qué paradigmas sostienen nuestras creencias con relación a “x” tema?”. Lo más revelador, sin duda, ha sido cómo cada grupo ha definido su horizonte, su para qué. El común de sus respuestas ha sido: honrar nuestros más profundos deseos y esperanzas (no materiales).
Foto de Daniela Orozco: «Rúbrica diseñada por estudiantes del grupo 3ºD» Seguir luchando, seguir resistiendo
Es cierto que el proceso no ha sido fácil. Ha requerido de muchas voluntades, de mucha escucha, de pruebas y errores, muchos errores; de clases que han resultado muy aburridas y otras tanto muy inspiradoras, de esas donde tus estudiantes se despiden de ti con un abrazo. En los pasillos hemos empezado a escuchar, tanto mis estudiantes como yo: “¿qué onda con Dany?, ¿por qué están haciendo rúbricas en una clase de Historia?, ¿por qué cambiaron el temario? Esa pregunta me encanta, pero más la respuesta que escuché que le dio una de mis estudiantes a una de sus amigas en el receso: “porque queremos decidir sobre lo que aprendemos”.
Todo este trabajo colectivo, sabiendo que en el centro del aprendizaje están nuestras más profundas esperanzas, nos ha llevado a diseñar nuestra propia de forma de aprender:
Foto de Daniela Orozco: «Formas de aprender» Ahí es donde vamos. Lo que sigue es compartir todo esto, nutrirnos de otras miradas y opiniones, seguir probando, seguir equivocándonos. Seguir resistiendo, seguir luchando por una educación donde lo más preciado es cuidar y honrar esas esperanzas compartidas.
Escrito por Daniela Orozco González, estudiante de la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad.
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente’’.
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Tenemos permiso de reimaginarlo todo
¿Qué sería lo mejor que nos podría pasar como humanidad? Somos seres imaginativos y al mismo tiempo racionales, capaces de entender problemas y por lo tanto imaginar y solucionar, ¿por qué vivimos tan anclados y resignados a una inercia desesperanzadora y enfermiza? ¿Por qué la mayoría de las historias en el cine y en libros muestran más distopías que utopías?
Hace dos años nació mi segundo hijo, y durante la pausa de maternidad sentí una necesidad desesperada por conocer a profundidad sobre la crisis ambiental, por entender cómo se espera que sea el mundo cuando mis hijxs crezcan, por descubrir qué puedo hacer yo al respecto y por lo tanto también por reimaginarlo todo.
Diseño de Katie Patrick Me atravesaba la necesidad de buscar todas las visiones utópicas que existieran en la cultura general, pero me sorprendía toparme con tan pocas opciones. La mayoría de las películas muestran visiones de futuros oscuros, peligrosos, enfermos, horribles.
Al mismo tiempo, me sorprendía la falta de guías claras, empáticas y fáciles de seguir para que las personas comunes y corrientes sepamos qué hacer al respecto de la crisis ambiental. Y me parece que ambas necesidades van junto con pegado.
Creo que hace mucha falta imaginar visiones esperanzadoras, que nos jalen y motiven a pensar (en ingeniería inversa) en los posibles caminos para alcanzarlas. Sin esas visiones no puede haber esperanza, y sin esperanza no nos podemos mover de la forma extraordinaria que nos debemos mover.
Como dice Rob Hopkins (2019), vivimos una crisis imaginativa. La corriente de la inercia en que vivimos es muy fuerte y generalmente no hay tiempo de pensar en cómo sí nos gustaría que fueran las cosas. Generalmente solo hay tiempo de intentar sobrevivir en este mundo caótico, bombardeados constantemente por noticias de terror.
Diseño de Katie Patrick Pero yo quiero invitar a soñar. Quiero decirle al mundo algo muy simple: la vida no está escrita en piedra y tenemos permiso para buscar otras formas de existir.
Yo sueño con un futuro limpio, sano, balanceado; en el que el ser humano ya aprendió y adoptó los valores de la suficiencia y de los cuidados; un futuro en el que nos sabemos parte de la naturaleza y no dueños de ella y en el que usamos nuestra evolución, habilidades, inteligencia y sensibilidad para ser guardianes del balance del resto de la naturaleza.
En el que haya un sistema local de producción de comida, sin agroquímicos, sin desperdicios. Donde no sea necesario vender lo invendible, lo que le hace daño a todo y a todxs a su alrededor. En el que haya buen diseño urbano, y por lo tanto mucho mayor calidad de vida para todxs: mucho menos trabajo, mucho más tiempo para simplemente existir, maravillarnos y agradecer por la vida. Donde no hubiera ningún estatus que mantener. Donde todos los esfuerzos estuvieran al servicio de la vida y bienestar de todxs.
Diseño de Katie Patrick Entré a la maestría de Innovación Educativa para la Sostenibilidad porque creo que para reimaginar visiones realistas, hay que tener bases, estructura y sobre todo, comunidad.
Creo que tanto la educación como la comunicación de estos temas van a ser claves en los próximos años para poder crear un punto de inflexión, sobre todo en tema de valores, conciencia y paradigmas. Pero también creo que lograr educación y comunicación ambiental efectiva es un verdadero arte, porque implica lidiar con emociones muy complejas.
Hoy, cerca de terminar el primer semestre de la maestría, siento que aterricé en el lugar y la comunidad correctas, tanto para poder sacar de mi sistema todo eso que me urgía liberar y rebotar, como para poder nutrirme de los conocimientos y experiencias de lxs demás.
Ya no me siento tan sola y al contrario, me siento “viento en popa” para invitar a mucha más gente a reimaginar y a llenarse de esperanza.
Escrito por María Fernanda Torres Siller, estudiante de la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad.
FUENTE: Hopkins, R. (2019). From what is to what if: Unleashing the power of imagination to create the future we want. Chelsea Green Publishing
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente’’.
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La magia de la composta comunitaria
Si solo pudiera hacer una cosa desde mi trinchera para contribuir a reducir la contaminación, sería hacer composta casera, motivando a más personas a hacer lo mismo. Hacer composta en casa tiene su truco, pero en realidad es muy sencillo.
Todos generamos residuos orgánicos en nuestras casas, departamentos; y en los entornos de las comunidades encontramos hojas caídas en jardines, parques, banquetas o camellones. Hacer composta es tan fácil como juntar, por capas, esos dos ingredientes.
Una comunidad organizada para hacer composta de manera colectiva, realiza una gran solución para evitar que los residuos orgánicos terminen en los vertederos municipales, contaminando el ambiente.
Los residuos en sí mismos no contaminan; lo que contamina es la mezcla desordenada. Si se separan adecuadamente, una parte puede reciclarse y con los residuos orgánicos podemos hacer magia y transformarlos en tierra fértil.
Foto de Marcela Treviño Feria Corredor Ecológico de Bellavista
En el Corredor Ecológico de Bellavista, se hace composta a partir de los residuos que se generan en un fraccionamiento de cuatrocientas casas. Se utiliza el método Bocashi, que acelera el proceso de descomposición añadiendo ingredientes especiales. Este proceso incluye melaza, carbón, biocarbón, harina de roca, harina de hueso, levadura, residuos orgánicos y hojas secas trituradas.
En este fraccionamiento, el camión de basura municipal no entra. Ellos tienen su propio camión con el que recogen los residuos. Aquellos residuos que se pueden reciclar son llevados por los muchachos de mantenimiento a vender y las ganancias se las reparten entre ellos; por otro lado, los orgánicos los llevan al Corredor donde ocurre la magia para convertirlos en tierra fértil.
Importancia de la Educación Sostenible
En esta comunidad, separar los desechos es obligatorio, dividiéndolos en tres categorías: orgánicos, reciclables, y lo que no puede ir en esas dos categorías se coloca en un recipiente llamado «residuos sanitarios».
A los vecinos les dieron Talleres de Separación de Residuos para explicarles la forma correcta en la que deben de hacerlo y para concientizarlos. En caso de que no separen los residuos, les dejan un comunicado explicando cómo hacerlo; sin embargo tras la tercera vez que no separan los residuos las consecuencia es que se deja de recoger sus residuos. Con el tiempo la comunidad ha ido comprendiendo la importancia de esta práctica y adaptándose a ella.
Desde que hicieron obligatorio separar los residuos hace cuatro años, se ha visto que en vez de que vayan doce camiones a la semana al vertedero ahora sólo van tres camiones. Los residuos orgánicos deben colocarse en un bote sin bolsa de plástico, luego el camión los vacía en un contenedor y enjuaga el bote.
Al llegar al Corredor Ecológico, comienza el proceso: los orgánicos se mezclan con hojas secas y pasan por una trituradora, y este material se coloca en un pozo para que inicie la descomposición. Después de unas semanas, el material es utilizado como ingrediente para la producción del bocashi, un fertilizante orgánico que favorece la fertilidad del suelo.
La educación sostenible es fundamental para una gestión ambiental responsable. En esta comunidad, además de separar los residuos, se promueve la conciencia sobre el impacto de nuestras acciones en el planeta. Al enseñar a los vecinos a manejar los desechos, se optimizan los recursos y se fomenta un compromiso con el medio ambiente.
Prácticas como el compostaje de residuos orgánicos muestran cómo pequeñas acciones pueden regenerar los ecosistemas. Es crucial expandir estos esfuerzos educativos para integrar la sostenibilidad en la vida diaria y avanzar hacia un mundo más equilibrado y consciente.
Foto de Marcela Treviño Feria Poema
Soy tierra, soy agua, soy fuego y soy aire. Soy vida que nace, crece, se transforma y renace. Dejo huella, un tesoro, un legado. Camino por los campos sembrando y cosechando, navego en mares inmensos, a veces violentos, a veces calmados.
Grito, lloro, amo y aprendo. Soy causa, soy responsable, y lucho por ello. Amo a los animales y los protejo. Sé que mis tataranietos verán lo que he hecho. Por eso no paro, por eso me despierto para ver lo que quiero.
Los sueños que tengo los vivo en mi mente, y cada día doy un paso hacia el frente. Reciclo, hago composta y cuido mi pasto. Veo las flores crecer y disfruto de la fruta de mi árbol. Encuentro mi talento y lo comparto. Doy gracias por todo y sigo sembrando.
Escrito por Marcela Treviño Feria, estudiante de la Maestría de Innovación Educativa para la Sostenibilidad
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente’’.
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Manifiesto de la facilitación socioambiental
Reconocer cómo ha evolucionado nuestra trayectoria profesional implica mapear las experiencias que nos han marcado para llegar hasta donde estamos. Los momentos dulces, agríos y salados que han formado un perfil que nos desenvuelve en el mundo laboral, pero también como personas.
Gracias a todas las experiencias y la formación profesional que lo complementa, es que he escrito el siguiente manifiesto. Este pretende ser luz para marcar una postura ética – pedagógica en mi facilitación como profesionista de la educación socioambiental, pero también en todo acompañamiento que involucra poner al centro la vida.
Este año ha sido de movimientos: de finalizar contratos y trazar nuevos caminos profesionales gracias a la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad. Es por ello que, sabiendo que el barco zarpaba a la aventura de mar abierto, decidí escribir este manifiesto que sirviera de faro para decidir el camino que quiero seguir profesionalmente.
Fotografía tomada por el “profe Belén Alonso”, 2022. Clases de inglés para la escuela rural de la comunidad de “Las Placitas”, parte de la Coordinación de Educación de Playa Viva. Entre el mundo de opciones y de bendecidas oportunidades, ha tocado el aprender a decir “no” y optar por aquello que construye el perfil profesional que sí quiero seguir. No obstante, la ternura y la amabilidad deben hacerse presente para confiar en el proceso. Agradezco el pasado, reconozco la postura de quien soy en el presente, y trazo el futuro.
Si bien no es la finalidad, espero que otras personas puedan encontrar en este escrito alguna luz que también guíe sus caminos en favor de una pedagogía por el cuidado de la vida, pero también de cualquier otra interacción con la viviente y el lugar que habitamos. Reconociendo que, como dice Ranciere (2007): «todo está en todo», y la sociedad y nuestro trato medioambiental son reflejo del corazón del ser humano.
Manifiesto de la facilitación socioambiental
Fotografía tomada por Miguel Corral, 2016. Cierre de ciclo del grupo juvenil “ads Garibaldi 2015-2016”. 1 – La educación es en y para la vida
Recuperar el sentido social de la educación, reconociendo que esta debe ser para la vida y para la construcción de una mejor sociedad (Battle, s.f.).
2 – El acompañamiento y la presencia son pilares
Aprendemos en y para la comunidad, por lo que el acompañamiento y la presencia son clave para cuidarnos y descubrir el mundo.
3 – Educar es imitar y respetar el proceso natural de aprendizaje
El kairós, a diferencia del kronos, es el momento espontáneo, el que no se puede prever ni se planea (Mélich, 2010). Cada proceso de aprendizaje es personal y toma su tiempo; querer acelerar los procesos naturales es una alteración de la vida.
4 – El espacio también educa
Es preciso, ante ello:
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Diseñar programas educativos llevando de referencia un espacio libre y abierto.
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Reconocer los espacios que nos oprimen para poder resignificarles y liberarnos.
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La necesidad de recuperar la memoria y aprender a habitar el lugar.
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Si la educación debe ser liberadora, los espacios deben conducirnos a ella: una libertad para ser, conocer, convivir y aprender.
5 – No se cuida lo que no se conoce
Partiendo de la idea de que todo está en todo (Ranciere, 2007), es preferible recuperar los elementos del entorno y momento que vivimos para situar los aprendizajes y que su utilidad y significado se vea en la inmediatez.
6 – La comunidad que coopera y cuida, sobrevive
La vida es primero, y el compromiso de unas personas con otras en el entendido de que tenemos el derecho de ser cuidados y el deber de cuidar, es la base del sistema de supervivencia.
En el sistema de capital que vivimos, la competencia, producción y extracción son los pilares. El giro que propone el ecofeminismo es centrarnos en la cooperación y cuidado, antes que la competencia; valores que podemos ver en la naturaleza y en las relaciones catalogadas comúnmente como maternales (Herrero, 2013).
7 – No existe una jerarquía de inteligencia
Alguien que se reconoce en constante aprendizaje, que no lo sabe todo, y que opta por decisiones democráticas, es más transparente para guiar comunidades de aprendizaje. En el reconocimiento de que no existe una jerarquía de inteligencia, se fomenta la confianza y se emancipa a las y los sujetos que aprenden (Ranciere, 2007).
8 – La escucha y el respeto comienzan con uno(a) mismo(a)
Educar no es meramente un enfoque de adquisición de conocimientos, sino también de reconocimiento de nuestros espacios, almas y cuerpos.
Educar para la sostenibilidad implica aprender a escuchar y respetarnos a nosotros mismos, para reconocer que cada ser que co-habita tiene sus necesidades de vida.
9 – La comunidad de aprendizaje debe respetar la experiencia
Todas las personas estamos posicionadas desde distintos espacios y niveles de privilegio; si bien mi tarea es reconocer desde dónde me posiciono, como facilitadora puedo partir de abrir el diálogo para que cada persona comparta aquello con lo que vive, la experiencia que nos pasa, y que puede ser respetado y sostenido por el resto de la comunidad de aprendizaje.
10 – El trabajo debe dignificar a la persona
Un mayor sueldo no es directamente proporcional a una mejor vida; pero la justicia social va de la mano con garantizar que las personas se sientan dignas en su sitio de trabajo, reconociendo que el trabajo no es el centro de la vida, pero sí un espacio que nos ayuda a construirnos como sociedad. No olvidar que, así como la educación tiene un sentido social, también el trabajo lo tiene. Las personas son el centro de este.
Finalmente, quiero compartir y concluir con la siguiente frase que marcan el camino ético de la educación (o facilitación, mejor dicho) socioambiental: si los esfuerzos del ser humano no ayudan a rectificar la vida, entonces se vuelven contra éste.
Referencias
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Batlle, R. (s.f.). Guía práctica de aprendizaje-servicio. Santillana Educación, S. L.
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Francisco. (2015). Laudato SI’: Carta encíclica del Sumo Pontífice Francisco : a los obispos, a los presbíteros y a los diáconos, a las personas consagradas y a todos los fieles laicos sobre el cuidado de la casa común. Lima: Paulinas.
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Freire, P. (2005). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI.
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Herrero López, Y. (2013). Miradas ecofeministas para transitar a un mundo justo y sostenible. Revista de Economía Crítica(16), 278-307.
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Larrosa, J. (2006). Sobre la experiencia. Aloma. Revista de Psicologia i Ciències de l’Educació(19), 87-112.
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Mélich, J.-C. (2010). El profesor y el maestro en “La pedagogía del Testimonio”. En J.-C. Mélich, Ética de la compasión (págs. 276-282). Bacerlona, España: Herder editorial.
- Ranciere,J. (2007). El maestro ignorante. Argentina. Libres el Zorzal.
Escrito por Ana Lorena Anguiano Suárez del Real, estudiante de la Maestría de Innovación Educativa para la Sostenibilidad.
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”.
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Quiero tiempo para poder encontrar figuras en las nubes
Quiero tiempo para poder encontrar figuras en las nubes.
Una pequeña historia de una mente inquieta.
Una historia
Llegó el 16 de enero y la decisión de hacer una maestría se volvió realidad a la mitad de una bella carretera a las 6:30 de la mañana. Regresar a las aulas se veía como la cumbre de una montaña de dudas, de expectativas, de renuncias, de esfuerzo, de culpas, de preocupaciones, de deseos, etc., a la cual finalmente estaba llegando.
Y ahí estaba yo, en la UMA (Universidad del Medio Ambiente). Sobreviviendo al primer día, nerviosa, ansiosa y segura de que esto había sido una muy mala decisión y que yo no estaba lista para ninguna transformación de ningún tipo.
Arrancaba el segundo día, un poco más suave que el primero. Cuando nos dan la noticia de que nuestro maestro tiene covid y no podrá asistir, lo que nos condena a 6 horas en una clase híbrida. ¡Todos los traumas postpandemia activados! Pero soy adulta, elegí esto y empatizo por completo con mi maestro; así que echarle ganas era lo más obvio por hacer.
La sorpresa
Comenzó la clase, que por cierto lleva el nombre de la maestría, Innovación educativa para la sostenibilidad, cuando el buen maestro Cuyo se presentó a través de las pantallas, dando inicio a una clase muy íntima, poderosa, amorosa y muy significativa. Con decirles que aún no conozco a Cuyo y ya es una parte importante de mi historia.
Las horas pasaron volando; 6 horas se quedaron cortas y un grupo de personas prácticamente desconocidas se fue fundiendo para juntos descubrir el verdadero significado de la palabra innovación: mirar desde otro lado.
En el último tramo de la sesión, Cuyo nos habló de la importancia de comenzar a innovar desde nuestro interior, y nos dio tiempo para reflexionar y contestar algo parecido a las siguientes preguntas: ¿Cuándo fue la última vez que te narraste y cómo? Y si eligieras verte desde otro lado, ¿desde dónde te narrarías?
Segundos después estaba sentada en el pasto confrontando mis crueles y propias narrativas, echando limón a la herida, cuando el edificio de la UMA se enmarcó por unas bellísimas y esponjosas nubes blancas, que capturaron mi atención y esto llegó a mi mente: “Quiero tiempo para encontrar figuras en las nubes”.
El reto
Mientras encontraba un cocodrilo entre las nubes, me di cuenta de que justo así es como quiero renovarme, es como quiero, y necesito narrarme: quiero espacio para encontrar la sombra en las faldas de un árbol, quiero honrar lo efímero de una flor, quiero escuchar cantar a la lluvia, etc.
Foto de Daniela Quinzaños Foto de Daniela Quinzaños Y todo esto no son solo hermosas metáforas, es como realmente quiero que sea mi historia en pasado, presente y futuro y es la innovación que deseo vivir.
Ya no quiero tener una lista de compras interminable, ya no quiero trabajar todos los días para ir tachando objetos de esta lista. Ya no quiero pertenecer a un sistema que me roba el tiempo, el espacio, mis sentidos y mis emociones. Ya no quiero que la belleza de lo cotidiano me pase desapercibida.
Pero sé que nada de esto llegará por arte de magia, que la innovación es tan importante como todos los pequeños pasos que te hacen llegar a ella y que definitivamente en solitario solo sería una loca peleando contra molinos de viento.
El compromiso
Quiero regalar a muchos este deseo, quiero compartir con muchos este sueño y quiero construir en comunidad esta historia. Yo soy maestra por vocación, creo en el gran poder de la educación, buscar el bienestar de las infancias siempre está en mi mente y por eso también deseo que todos los niños y las niñas tengan tiempo para encontrar figuras en las nubes.
Y por eso me quedé, por eso estoy aquí en la maestría, encontrando formas de innovar la educación desde el corazón, desde nuestra naturalidad y para encontrar a más maestros y maestras que, como yo, quieran mucho más para sus niños y sus niñas.
Gracias Cuyo
¿Tu, cómo quieres innovar tu vida ?
Escrito por: Daniela Quinzaños estudiante de la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”.
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«Tierra somos y en Tierra nos convertiremos»: Un viaje de conexión con la naturaleza
Escrito por Ana Raquel Hernández, estudiante de la Maestría de Innovación Educativa para la Sostenibilidad
El vínculo entre los seres humanos y la naturaleza es mucho más que una necesidad básica: es una relación profunda que define nuestra existencia. Agua, aire, nutrientes… estos son solo algunos de los recursos esenciales para que nuestros cuerpos funcionen correctamente. Cada ciclo biogeoecológico, desde el pequeño microorganismo hasta el gran árbol, depende de la interacción constante entre los organismos vivos, y nosotros somos parte de ese círculo vital.
Foto de Ana Hernández El olvido de la Madre Tierra
En la vida moderna, en medio del ajetreo comercial y las rutinas diarias, a veces siento que nos estamos distanciando de la naturaleza. Como un recordatorio constante, suelo desconectarme y adentrarme en entornos naturales. Ya sea observando un amanecer, caminando por la montaña o simplemente tocando la tierra, esa conexión me ofrece una paz y una calma indescriptibles.
Sin embargo, también veo con tristeza cómo muchas personas parecen haberse desconectado de la Madre Tierra. Pero en lugar de lamentarme, he decidido enfocarme en lo que sí puedo cambiar: mis propios hábitos. Al cambiar mi conciencia y mis acciones diarias, busco respetar más el entorno que me rodea. Reducir residuos, consumir de manera más consciente, y valorar los recursos naturales se han convertido en parte fundamental de mi vida.
Foto de Fernanda Díaz Una conexión profunda: física, emocional y espiritual
He descubierto que mi vínculo con la naturaleza va más allá de lo físico; es también emocional y espiritual. La naturaleza se ha convertido en mi maestra, enseñándome a comprender tanto a mí misma como al mundo que me rodea. Cada estación, cada pequeño crecimiento en una planta, me recuerda la importancia de vivir en armonía con ella. Todo está interconectado. Desde el ciclo de las estaciones hasta el fluir de los ríos, la naturaleza me recuerda que nuestras acciones tienen un impacto directo en el equilibrio de la vida.
Foto de Ana Hernández Este aprendizaje me ha llevado a la reflexión de que nuestras decisiones, aunque individuales, tienen un impacto colectivo. De hecho, uno de mis objetivos más grandes es seguir aprendiendo de la Madre Tierra, manteniendo una relación respetuosa con ella y contribuyendo a un mundo más justo y equilibrado para todos los seres vivos.
El poder de la comunidad y el aprendizaje colectivo
Y no solo se trata de lo que puedo hacer sola. El cambio real y profundo sucede cuando nos unimos como comunidad. Por eso, dentro de las estrategias educativas para la sostenibilidad que ofrece la Maestría, participamos en una actividad de sensibilización y reflexión, inspirados por la naturaleza para diseñar actividades creativas que expresen el vínculo entre los seres humanos y la Tierra.
Estos ejercicios incorporan conceptos como interacción, dinamismo, interdependencia y autoorganización, reflejando la manera en que todos los elementos de la naturaleza se conectan entre sí. Este tipo de dinámicas nos conectan con nosotros mismos, y nos relaciona con lo que nos rodea, abordando de esta manera lo siguiente: “La nueva educación no sólo se enseña, si no que se vive”
Foto de Daniela Quinzaños Mi propuesta creativa: Un video y collage fotográfico
Como parte de esta actividad, decidí crear un video y un collage fotográfico para expresar visualmente la conexión entre la naturaleza y nuestro cuerpo. En el video, muestro el proceso de generación del suelo, creado por microorganismos durante la degradación de los compuestos orgánicos.
Este proceso de interacción y dependencia entre especies es crucial para que los ciclos de la vida puedan seguir su curso. Al igual que la energía y la materia, que no se destruyen, sino que se transforman, nosotros somos parte de ese ciclo continuo.
El video lleva por título «Tierra somos y en Tierra nos convertiremos». ¿Por qué? Porque nuestro cuerpo está compuesto por los mismos elementos que la Tierra. Al final de nuestra vida, cuando nuestro cuerpo regrese al suelo, nos convertiremos en otra parte de ella.
Conexión visual: Un collage fotográfico
Además, he creado un collage fotográfico que refleja la relación íntima entre los elementos de la naturaleza y mi propio cuerpo. Este collage es un intento de mostrar cómo, en esencia, no somos seres separados de la naturaleza, sino que estamos profundamente interconectados con ella. La tierra, el aire, el agua, todos forman parte de nuestro ser.
Escucha la música original que acompaña el video aquí
Fotos de Ana Hernández Reflexión final
Cada vez que me conecto con la naturaleza, siento un recordatorio profundo: nuestra existencia no es un acto aislado, sino una constante interacción con el entorno. Si aprendemos a vivir en armonía con la Tierra, podremos contribuir al bienestar de todas las formas de vida, creando un mundo más equilibrado y justo.
Te invito a reflexionar sobre tu propia conexión con la naturaleza.
¿Cómo puedes contribuir a este equilibrio? Todos somos parte de este hermoso ciclo. El cambio comienza con uno mismo, pero su impacto puede llegar mucho más lejos cuando nos unimos como comunidad.
Foto de Ana Hernández Referencia:
Montemayor, Isis. 1 de agosto de 2019. Madre tierra. Album: Sana Corazón. https://www.youtube.com/watch?v=Z_zN80-0adE
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”
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DEJEMOS IR LA OTREDAD DE NUESTRO CORAZÓN
Escrito Por Lina Marcela Enriquez Barbosa, estudiante de la Maestría en innovación educativa para la sostenibilidad
Foto tomada por: Lilian Galante
La otredad desde la antropología crítica es un concepto complejo que se utiliza para explorar las relaciones de poder, la identidad, la representación y la ética en la investigación social. Este enfoque invita a una reflexión más profunda sobre cómo entendemos y nos relacionamos con los «otrxs» en un mundo cada vez más globalizado e interconectado. Es por ello que, desde la educación critica y emancipadora, debemos de apostarle a des-aprender y soltar el rol docente desde el colonialismo de las mentes, invitándonos a hacer aprender desde la enseñanza situada.
Sin embargo, es importante definir en este escrito que estamos comprendiendo como enseñanza situada:
Es enfoque educativo que sostiene que el aprendizaje es más efectivo cuando se produce en un contexto auténtico y relevante para lxs estudiantes. Este enfoque se basa en la idea de que el conocimiento no es simplemente un conjunto de información que se puede enseñar de manera aislada, sino que está profundamente ligado a las circunstancias, las experiencias y los entornos en los que se adquiere (Díaz Barriga Arceo, 2006).
Comprendiendo lo anterior, el aprendizaje situado se caracteriza por crear espacios de aprendizaje contextualizados, participación activa, aprendizaje colaborativo, relevancia cultural y social, aprendizaje experiencias, enfoque de resolución de problemas, desarrollo de competencias, y evaluación autentica (Díaz Barriga Arceo, 2006). Asimismo, el aprendizaje situado abraza como una gran sombrilla a el aprendizaje basado en proyectos y el aprendizaje de servicio. Los cuales se explicarán a continuación:
Foto tomada por: Lilian Galante
El aprendizaje basado en proyectos (ABP): es una técnica educativa que conecta el aprendizaje escolar con la vida de lxs estudiantes, permitiéndoles enfrentar problemas reales y desarrollarse como ciudadanos activos. A través de experiencias prácticas, lxs estudiantes investigan, trabajan en equipo y aplican sus conocimientos para abordar temáticas de interés. Este enfoque permite que encuentren sentido en lo que aprenden y en su estancia escolar. Para implementar el ABP de manera efectiva, se debe seguir una serie de pasos: identificar temas de interés, definir objetivos claros, trabajar interdisciplinariamente, integrar otras estrategias de aprendizaje, planificar, y promover una evaluación formativa. El ABP fomenta la cooperación entre docentes y estudiantes, y también involucra a las familias, generando un aprendizaje integral y motivador.
- Conexión entre aprendizaje y vida real: El ABP permite que lxs estudiantes se involucren en temas de su interés y enfrentan problemas reales, lo que da sentido a su aprendizaje escolar.
- Rol del docente: El profesor es crucial en orientar el ABP, integrando el currículo y alineando los intereses de lxs estudiantes, permitiendo así que sean protagonistas de su aprendizaje.
- Proceso de implementación: Para implementar ABP es fundamental:
– Identificar temas relevantes y fijar objetivos claros usando el método SMART.
– Trabajar interdisciplinariamente y con estrategias complementarias como el aula invertida.
– Involucrar a colegas y a la administración escolar para mejorar el apoyo y recursos.
- Evaluación formativa y retroalimentación continua: La evaluación en ABP debe ser formativa, priorizando el proceso de aprendizaje más que el producto final y adaptando la retroalimentación a cada estudiante.
- Beneficios para lxs estudiantes: El ABP potencia competencias transversales como la investigación, habilidades sociales, expresión oral y resolución de problemas, convirtiéndose en un aprendizaje para la vida.
- Involucración de las familias: Informar y vincular a las familias genera un entorno colaborativo, que fortalece el vínculo familiar y el sentido de comunidad en el proceso educativo.
- Reflexión final: El ABP motiva a lxs estudiantes, mejora su percepción de la escuela y facilita un aprendizaje significativo, por lo que se invita a lxs docentes a implementarlo y compartir sus experiencias.
En esta misma línea el aprendizaje basado en proyectos requiere que las personas participen en proyectos que trascienden la academia, abarcando esferas culturales, políticas, y sociales. Esto demanda que las instituciones educativas promuevan la planificación y colaboración en proyectos desde la infancia, para preparar a lxs estudiantes en competencias para la vida real. Es por ello que el enfoque de proyectos fomenta un aprendizaje práctico, donde lxs estudiantes aprenden a través de la experiencia directa y la reflexión; este método implica la realización de actividades auténticas y colaborativas, lo que lleva a una enseñanza dinámica y conectada con el entorno del estudiante.
El ABP se encuentra Inspirado en la educación progresiva de Dewey y Kilpatrick (Vaccher, 2022). Se centra el aprendizaje en el desarrollo de competencias y actitudes útiles para la vida en sociedad y la ciudadanía democrática. La educación mediante proyectos se enfoca en la persona completa, promoviendo el autoaprendizaje, la independencia, y el trabajo colectivo. Una de las metodologías de la ABP son los ciclos de pensamiento-acción-reflexión, puesto que estos guían el aprendizaje por proyectos, permitiendo a lxs estudiantes integrar conocimiento, desarrollar nuevas ideas, y adaptar sus prácticas, permitiendo fortalecer el autoconocimiento y la construcción de la identidad.
Kilpatrick establece que el aprendizaje por proyectos promueve la ética y el desarrollo moral, contrastando con métodos tradicionales que pueden fomentar el individualismo. Las actividades de proyectos colaborativos ayudan a lxs estudiantes a valorar el bien común y a desarrollar habilidades sociales y actitudes democráticas, permitiendo pasar del aprendizaje cooperativo al colaborativo. Así mismo el ABP implica una planificación flexible y cooperativa entre estudiantes y docentes, centrada en problemas y proyectos relevantes que van más allá de las materias tradicionales, haciendo hincapié en la interdisciplinariedad y la aplicación de conocimientos en el mundo real (Vaccher, 2022).
No obstante, los proyectos requieren del lxs facilitadores un rol de mediador, facilitando el aprendizaje y seleccionando proyectos con alto potencial educativo, es por ello que lxs facilitadores deben supervisar el avance, promover reflexiones sobre el trabajo realizado y ajustar su apoyo según las necesidades del estudiante, fomentando gradualmente su autonomía. Es por ello que este enfoque permite transformar la educación en una experiencia de crecimiento continuo, desarrollando en lxs estudiantes habilidades para la vida y capacidades para contribuir de manera constructiva en su entorno (Vaccher, 2022).
En esta misma línea, Ander-Egg y Aguilar, mencionan que los proyectos deben abordar una problemática específica de una comunidad y proponer una acción concreta. Lxs estudiantes definen su proyecto respondiendo a su lectura del contexto (Vaccher, 2022).
Comprendiendo que el aprendizaje situado abarca el ABP y el aprendizaje de servicio (ApS), es importante plasmar aquí algunas ideas, sentipensares y características del ApS. Puesto que, es una metodología educativa en la que estudiantes desarrollan competencias mediante el servicio a su comunidad. Este enfoque permite que lxs estudiantes adquieran conocimientos y habilidades a la vez que contribuyen a satisfacer necesidades reales de su entorno. El objetivo es unir el éxito académico con el compromiso social, promoviendo la formación de ciudadanos activos y responsables que valoren el impacto de sus acciones en la sociedad. Entonces podemos definir que el ApS es una forma de aprendizaje que combina el desarrollo educativo con un servicio a la comunidad en un proyecto estructurado, donde lxs estudiantes se forman al involucrarse en necesidades reales de su entorno (Batlle, S.F).
A través de esta metodología, el aprendizaje adquiere sentido práctico y permite a lxs estudiantes aplicar sus conocimientos en contextos de la vida real, desarrollando valores de responsabilidad y solidaridad. El ApS fortalece el sentido de ciudadanía, ya que lxs estudiantes entienden que pueden generar un impacto positivo en su enforno. Además, fomenta el trabajo en red con entidades y fortalece el capital social (Batlle, S.F).
La práctica del ApS ayuda a lxs estudiantes a:
– Integrar aspectos cognitivos, actitudinales y éticos.
– Mejorar sus habilidades comunicativas y liderazgo.
– Participar de manera activa en la democracia y fomentar la cohesión social.
Los proyectos de ApS abarcan múltiples áreas como el apoyo a personas mayores, la protección ambiental, el fomento de la lectura y el arte, la promoción de la salud, y la defensa de derechos humanos. Es decir que el aprendizaje-Servicio (ApS) no solo mejora el aprendizaje al aplicarlo en un contexto real, sino que también ayuda a formar individuos con valores sociales sólidos, capaces de contribuir activamente al bienestar de su comunidad y de convertirse en ciudadanos comprometidos (Batlle, S.F).
Comprendido el aprendizaje basado en proyecto y el aprendizaje de servicio, es indispensable nombrar a dos autores que guardo en mi corazón Orlando Fals Borda y Paulo Freire, los cuales contribuyen a la investigación social y educativa en América Latina, destacando la importancia del diálogo y la participación en la transformación social. Fals Borda enfatiza la metodología participativa, que combina el pensamiento crítico con la acción social, mientras que Freire propone que la transformación ocurre a través de la concientización y el diálogo, promoviendo una relación de cooperación entre investigadores y comunidades. Ambos autores abogan por una epistemología que supere las relaciones de dominación y fomente la equidad y la justicia social. Se identifican tres tensiones estratégicas en la investigación participativa, incluyendo la relación entre teoría y práctica, el sujeto y objeto de investigación, y la participación como filosofía de vida (Figueiredo, 2015).
La investigación-acción participativa (IAP) es presentada como un enfoque que busca empoderar a comunidades marginadas, promoviendo el aprendizaje mutuo y la búsqueda de soluciones a problemas sociales. Esta metodología debe ser flexible y adaptarse a las realidades locales, fomentando el desarrollo de capacidades críticas y la construcción de conocimiento en conjunto (Figueiredo, 2015).
Es por ello que la construcción de conocimiento en la IAP no solo busca entender la realidad social, sino también transformarla a través de la acción conjunta. En donde la comunicación sea reciproca -horizontal, considerando que lxs participantes sean actores activos en el proceso de investigación (Figueiredo, 2015).
La IAP es un proceso cíclico, en donde se establece la reflexión-acción-reflexión fortalece la capacidad de autogestión de las comunidades. Los participantes en la IAP son vistos como agentes de cambio, capaces de decidir y reflexionar sobre sus problemas. Es por ello que la IAP enfatiza en la necesidad de que los modelos de investigación se adapten a las realidades locales, incorporando aspectos culturales y sociales (Figueiredo, 2015).
Por ende, es indispensable que como educadoras/facilitadoras nos enfoquemos en una educación por y para la vida, en donde nuestro ejercicio docente suelte la otredad vista desde la colonización, promoviendo un aprendizaje situado, cree habilidades para la vida, que invite a pensar-se-nos y no a obedecer.
Foto tomada por: Lilian Galante
ANALIZANDO UN CASO DE ÉXITO: NUEVO SAN JUAN PARANGARICUTIRO
Es por ello que se hace indispensable analizar un caso de éxito, ubicado en la comunidad indígena de Nuevo San Juan Parangaricutiro como un ejemplo paradigmático de manejo sostenible de los bienes comunes. Este proceso, detalla cómo la ubicación en el Parque Nacional Pico de Tancítaro, un área montañosa de biodiversidad rica pero vulnerable, establece condiciones particulares para el aprovechamiento agrícola, forestal y pecuario (Velázquez, Bosco, &Torres, 2004).
El proyecto que se realizó en esta zona, busca combinar la conservación ambiental, desarrollo económico y fortalecimiento social mediante:
- Manejo sostenible de recursos naturales: Protección y regeneración de los bosques mediante planes de manejo forestal comunitarios.
- Conservación del suelo y el agua: Implementación de prácticas agrícolas tradicionales y sistemas de monitoreo para evitar la degradación del suelo.
- Generación de empleo digno: Desarrollo de empresas comunales que gestionen actividades como resinación, procesamiento de madera y producción de muebles.
- Fortalecimiento de identidad comunitaria: Preservación de prácticas culturales e históricas mientras se incorporan tecnologías modernas
Teniendo un pequeño panorama del proyecto, es importante analizar este proyecto desde diferentes aristas tales como:
- Contexto sociocultural y geográfico: “El modelo agrícola es un sincretismo entre el modelo tradicional campesino y la incorporación de algunos elementos modernos destinado más al abasto y ahorro familiar” (Velázquez, Bosco, &Torres, 2004.p. 305).
- Prácticas metodológicas de manejo de recursos: El texto enfatiza la relación entre tradición e innovación en el manejo de los bienes comunes. La comunidad ha logrado regenerar bosques y mantener su cobertura mediante estrategias participativas, tales como la resinación, la reforestación y el control de incendios.
- “Este incremento se debió a la regeneración natural de las áreas boscosas como consecuencia de un eficaz sistema de control de incendios y una activa política de reforestación desarrollada por la comunidad” (Velázquez, Bosco, &Torres, 2004. p. 304).
- Organización social y autogobierno: La asamblea general y las estructuras internas son fundamentales para gestionar los recursos, resolver conflictos y fortalecer el sentido de identidad comunitaria. Esto permite la acción colectiva en la vigilancia de los bosques, combate de incendios y regulación de las actividades extractivas.
“La comunidad dispone de una efectiva regulación interna que define los múltiples aspectos implicados en el gobierno comunitario” (Velázquez, Bosco, &Torres, 2004. p. 308).
- Resultados obtenidos: El texto presenta estadísticas que evidencian el éxito del manejo de recursos. Por ejemplo, entre 1974 y 1996, la superficie forestal aumentó en un 9.9%, con una mejora significativa en la conservación del suelo.
“Las áreas con erosión incipiente alcanzan el 43.6% de la superficie total y corresponden principalmente a las superficies agrícolas en descanso o barbecho” (Velázquez, Bosco, &Torres, 2004. p. 306).
Adicionalmente, las estrategias de cognición situada presentes en el texto reflejan una profunda conexión entre el conocimiento local, la práctica directa y la adaptabilidad a condiciones específicas (Velázquez, Bosco, &Torres, 2004).
Estrategias identificadas:
- Aprendizaje situado en el contexto:
- Los comuneros aprenden directamente en sus terrenos mediante prácticas como la resinación y el manejo de cuarteles forestales.
Ejemplo: El uso del “método de desarrollo silvícola” (MDS) que integra parcelas demostrativas para evaluar la regeneración y la extracción sostenible.
- Interacción social como fuente de aprendizaje:
- Las asambleas comunales y el trabajo conjunto fortalecen el intercambio de conocimientos.
Ejemplo: La transferencia intergeneracional de saberes sobre el cultivo de maíz bajo el sistema “de año y vez”.
- Incorporación de tecnología:
- La comunidad combina saberes tradicionales con herramientas modernas, como sistemas de información geográfica y maquinaria forestal.
Ejemplo: Uso de inventarios forestales para identificar áreas de reforestación.
- Adaptación al entorno específico:
- Las estrategias están diseñadas considerando las restricciones ambientales, como el clima frío o la erosión del suelo.
Ejemplo: Introducción de cultivos resistentes, como pastos forrajeros.
Es por ello que se puede analizar que en este proyecto, se formaron las condiciones necesarias para el éxito, mediante: 1. Estructuras organizativas sólidas: la asamblea general y los consejos de vigilancia garantizan una gobernanza inclusiva y participativa. 2.Incentivos tangibles para los comuneros: los beneficios directos, como el pago por el derecho de monte y el empleo en la empresa comunal, motivan la cooperación. 3.Sostenibilidad económica y ambiental: la comunidad ha logrado equilibrar productividad y conservación, asegurando el acceso a recursos a largo plazo.
Estas circunstancias de éxito, generan la capacidad de articular intereses individuales y colectivos dentro de una visión compartida de manejo sustentable; además dichas circunstancias promueven la vigilancia estricta contra amenazas externas, como la tala clandestina que asegura la preservación de los bienes comunes.
Analizando todo lo anterior, en este proyecto el aprendizaje autónomo se refleja en la capacidad de la comunidad para gestionar sus recursos y tomar decisiones informadas sin depender totalmente de agentes externos mediante: (Velázquez, Bosco, &Torres, 2004).
- Planificación estratégica:
- El diseño de planes de manejo forestal a largo plazo demuestra una visión estratégica de los recursos:
Ejemplo: El programa de manejo forestal contempla intervenciones planificadas hasta el año 2010.
- Evaluación y monitoreo:
- Los datos ambientales recopilados se integran en sistemas de monitoreo, permitiendo ajustes basados en evidencia.
Ejemplo: Supervisión constante del estado del bosque y los suelos.
- Resolución de conflictos:
- La existencia de mecanismos como el Consejo Comunitario resuelve disputas internas, evitando fracturas sociales.
Comprendiendo todo lo anterior, podemos debelar la importancia de las estrategias de cognición situada para generar cambios sistémicos socioambientales, estas deben de integrar el conocimiento local y científico, permitiendo a la comunidad adaptarse a desafíos socioambientales complejos, como la degradación de suelos o el cambio climático.
Finalmente, la experiencia de Nuevo San Juan Parangaricutiro ilustra cómo las estrategias de cognición situada pueden transformar un sistema tradicional en un modelo sostenible y autónomo. La combinación de conocimiento local, aprendizaje colectivo y gobernanza comunitaria asegura no solo la conservación de los recursos naturales, sino también la cohesión social y el desarrollo económico. Este caso demuestra que las comunidades locales con las herramientas adecuadas, pueden liderar proyectos de cambio socioambiental efectivos y adaptados a las necesidades del territorio.
Foto tomada por: Lilian Galante
Referencias bibliográficas:
Vaccher, L. (2022, enero 31). El ABP conecta docentes y estudiantes con el sentido vital de la escuela. Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación, Tecnológico de Monterrey. https://observatorio.tec.mx/edu-bits-blog/aprendizaje-basado-en-proyectos-conecta-docentes-y-estudiantes/
Díaz Barriga Arceo, F. (2006). Enseñanza situada: Vínculo entre la escuela y la vida. McGraw-Hill Interamericana. https://www.uv.mx/rmipe/files/2016/08/Ensenanza-situada-vinculo-entre-la-escuela-y-la-vida.pdf
Batlle, R. (S.F). Guía práctica de aprendizaje-servicio. Santillana Educación. https://centrodeformacion.net/web/wp-content/uploads/2020/07/Guia-practica-Aprendizaje-Servicio-1.pdf
De Oliveira Figueiredo, G. (2015). Investigación Acción Participativa: una alternativa para la epistemología social en Latinoamérica. Revista de Investigación, 39(86), 271-290.
Velázquez, A., Bosco, G., & Torres, A. (2004). Las enseñanzas de San Juan: Investigación participativa para el manejo integral de recursos naturales. Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Instituto Nacional de Ecología, Gobierno del Estado de Michoacán.
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”
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Mi paso por la UMA; Cosecha de saberes.
‘El tiempo es vida, y la vida reside en el corazón’
Michael Ende, Momo
A lo largo de mi paso por la UMA, he cosechado una serie de saberes, herramientas, sensibilidades y errores excelentes que han transformado enormemente los lentes con los que miro afuera y adentro. En mi cosecha, he notado un concepto en particular que sin mucho afán de protagonismo y como que no queriendo la cosa, ha atravesado como un hilo invisible todos los aprendizajes obtenidos en el camino: El tiempo.
¡Qué raro fenómeno, el tiempo!
Existe, pero no lo vemos ni lo podemos tocar y dicen los científicos que es relativo. Hay quienes dicen también que nuestro cerebro no lo puede percibir como realmente es sino que hemos tenido que inventar una serie de ficciones para nombrarlo y medirlo, y así controlar el quehacer de aquellos que menos tiempo tienen para satisfacer los insaciables deseos de aquellos a quienes les sobra.
Foto tomada por Lilian Galante
El concepto del tiempo, en el trabajo de un agente de cambio socioambiental es fundamental como eje transversal, no por la prisa que tenemos para ver un cambio (que sin duda la tenemos), sino porque está presente de manera silenciosa detrás de todos los modelos mentales que son la causa principal de los problemas que enfrentamos como sociedad. El tiempo es una metáfora de esas que se han instalado fijamente en el imaginario colectivo, como la ciencia y la democracia occidentales. Metáfora que condiciona cada paso que damos y nos tiene a los 8 mil millones de almas que habitamos este planeta en una rueda de la que nos tenemos que bajar si es que hemos de generar un cambio verdadero.
La obsesión del ser humano con adorar a Kronos, dios del tiempo linear y medible en el imaginario de la antigua Grecia, tiene su origen en los sistemas productivos que requieren una regulación cada vez más eficiente de nuestras vidas para sostenerse. Para producir y consumir cada vez más, es necesario que los trenes lleguen a tiempo, los trabajadores pongan alarmas despertadoras y los productos que compramos tengan una vida útil cada vez más corta. Este modelo de vida nos ha traído una serie de problemas complejos que amenazan la vida en el planeta y las relaciones sociales de las que dependemos los seres humanos. El calentamiento global, las guerras imperialistas, la pérdida de biodiversidad y la violencia de género entre muchas otras desgracias humanas tienen sus orígenes en la desigualdad y destrucción que exige el sistema socioeconómico actual en beneficio de unos cuantos.
Foto tomada por Karla Figueroa
Para transformar la realidad y construir una sociedad más equitativa y sustentable es imperativo que cuestionemos la manera en la que el concepto del tiempo condiciona nuestro transitar por este planeta.
En la UMA entendí que para lograrlo tenemos que empezar en el ámbito personal. ¿De qué manera dicta nuestra experiencia de vida el concepto del tiempo? ¿tenemos tiempo para dejarnos atravesar por las experiencias que nos ofrece el simple hecho de existir? ¿para reír con las personas que amamos? ¿para autoobservarnos y conocernos? Esta transformación individual es crucial para poder salir a cuestionar el uso del concepto del tiempo en los sistemas económicos, políticos y sociales que queremos intervenir. ¿Necesitamos realmente producir más y más rápido? ¿Por qué vale más el tiempo de un empresario que el de un agricultor? ¿Por qué nuestra supervivencia depende de una jornada laboral de 40 horas a la semana si bien nos va? Estas preguntas podrían parecer sencillas o incluso ingenuas, pero son cruciales para desmantelar el sistema ideológico que mantiene intactos a los sistemas de opresión y depredación que han generado la crisis socioambiental en la que nos encontramos.
Campus UMA. Reflejo y neblina
Para recuperar nuestra humanidad en tiempos tan oscuros como estos vamos a tener que sacrificar muchas de las metáforas que nos piensan como diría Lizcano. Entre ellas el poderoso yugo del tiempo del reloj que se ha apoderado de nuestras vidas como los hombres grises de momo, robándose nuestro tiempo de vida y haciéndonos partícipes de nuestra propia destrucción.
Para ello Kairós, siempre opacado por Kronos por su naturaleza sensible y paciente, nos invita a pensar el tiempo a través del surgimiento de significado, de la experiencia, del respeto a los procesos internos del ser humano y los procesos cíclicos de la naturaleza.
Escrito por Lilian Galante, estudiante de la Maestría de Innovación Educativa para la Sustentabilidad.
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”
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La experiencia de encontrar la educación como respuesta a mis inquietudes.
“La educación de preguntas es la única educación creativa y apta para estimular la capacidad humana de asombrarse, de responder al asombro y resolver los verdaderos problemas esenciales, existenciales, y el propio conocimiento ”
(Freire y Faundez, 2013)
Todos los que estamos en la UMA buscamos encontrar nuevas formas de contribuir a los problemas socioambientales que nos rodean. Algunos buscan estas soluciones por medio de la arquitectura, algunos por medio de los negocios, otros por medio de la agroecología y algunos otros por medio de las políticas públicas o la educación. En mi caso, lo exploré todo. Por medio de la Maestría en Proyectos Socioambientales que ofrece la UMA, ya que uno puede armar su tira curricular tomando materias de las demás maestrías que le sirvan para su proyecto, o en mi caso, para explorar ámbitos de la sostenibilidad en busca de la respuesta a una gran pregunta personal:
¿Cuál es (para mí) la mejor manera de abordar la crisis socioambiental que sufrimos?
En busca de esta respuesta pasé un año completo de la maestría explorando distintas disciplinas de la sostenibilidad, como modelos arquitectónicos sostenibles, principios de agroecología, negocios sostenibles, permacultura, entre muchos otros. Y no me malentiendan, todas estas disciplinas me parecen hermosas y sumamente importantes, sin embargo, siempre había algo que a mí me faltaba. “¿Cuál es la verdadera raíz del problema?” Esa era la pregunta que me atravesaba cada vez que me preguntaba si esa nueva disciplina respondía a la primera pregunta. Esta pregunta no solo me atravesaba si no que me perseguía. No lograba sentir que verdaderamente estuviera atacando, por medio de esta o aquella disciplina, la raíz de la crisis en la que nos encontramos.
Sin embargo, todo cambió cuando, gracias a una bella recomendación, decidí inscribirme en una materia de nombre raro que es parte de la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad: Aprendizaje y Ruptura Epistemológica. Si les soy sincera, ni siquiera estaba segura de qué trataba esta materia, pero algo me dijo que tenía que cursarla. Y fue así como descubrí, de manera inesperada, que la educación era la respuesta que mi corazón buscaba. La primera clase sentí todo el entusiasmo y la conexión que después de una Ingeniería en Desarrollo Sustentable y casi un año de Maestría en Proyectos Socioambientales no había logrado sentir: se me llenó el cuerpo de esperanza, de nuevas ideas, de unas ganas infinitas de hacer cambios, pero también, me llené de rabia e indignación al darme cuenta del sistema educativo actual y las consecuencias que tiene en la vida de las personas y el entorno que nos rodea.
No fue solo el contenido de la clase lo que resonó profundamente conmigo, sino también las personas que en ella participaban.
Jamás había sentido en una clase (y tal vez en cualquier contexto) tanto apoyo, tanta sensibilidad, tantas ganas de hacer cambios desde las reflexiones más profundas y tanta empatía y amor por cuidar la vida. Sinceramente, no puedo transmitirles todo lo que resonó en mí esa primera clase y las que le siguieron.
Y fue así como decidí cambiarme de maestría y darle un giro radical a mi práctica profesional. Y sí, lo hice llena de miedo de subirme a un nuevo barco del que conocía poco y convertirlo en un nuevo proyecto de vida. Pero no lo pude evitar, todo dentro de mí me decía que eso era lo que había estado buscando y que no lo dejara ir, y no lo hice.
Estudiantes de la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad 2024
Hoy, siendo parte de la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad, estoy encontrando todos los días nuevos caminos, nuevas inquietudes, nuevas respuestas, pero sobre todo, nuevas preguntas. ¿Cómo cambiamos la forma de relacionarnos con nuestro entorno? ¿Cómo enseñamos sin replicar modelos adoctrinantes? ¿Cómo creamos (juntos) nuevas maneras de percibir el mundo? ¿Cómo resignificamos lo que es o no es importante más allá del capital? ¿Cómo le damos el poder a las personas para crear su propio camino más allá del establecido por el sistema? ¿Cómo estimulamos el pensamiento crítico y libre en las personas? ¿Cómo podemos impulsar el aprendizaje de las personas al mismo tiempo que las cuidamos? ¿Cómo superamos las injusticias que surgen a diario en el ámbito del aprendizaje? Estas son solo algunas de las muchas preguntas que llegan a mí cada vez que tocamos distintos temas en materia de educación y vida cotidiana, porque el aprendizaje no se da únicamente en el aula.
La Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad me ha abierto más preguntas que respuestas, pero cómo dice Paulo Freire:
“Todo conocimiento comienza por la pregunta” (Freire y Faundez, 2013).
Hoy, me encuentro en el camino de seguir buscando preguntas y respuestas que abran más preguntas, con el fin de llevar a la práctica una educación que abra paso a la libertad de pensamiento y que sobre todo, ponga al centro lo que verdaderamente importa: la vida.
Bibliografía: Freire, P. y Faundez, A. (2013). Por una pedagogía de la pregunta. Crítica a una educación basada en respuestas a preguntas inexistentes. Argentina: Siglo XXI.
Escrito por Mariana Monterde, estudiante de la Maestría de Innovación Educativa para la Sustentabilidad.
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”
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El papel del facilitador en la educación.
Foto tomada por Lilian Galante
“Todos somos gente normal, pero todos pueden a su modo, encender una pequeña luz en la oscuridad.”
(Bender, 2007)
Los facilitadores tienen una gran responsabilidad en los procesos educativos, ya que acompañan, generan espacios seguros donde se propicia la curiosidad y el auto conocimiento.
En el texto de Joan-Carles Mélich (2010), “La pedagogía del Testimonio”, destaca las diferencias entre el profesor y el maestro. Aborda el concepto del silencio donde resalta que mientras el profesor ofrece un discurso informativo, el maestro no habla; su lenguaje es simbólico. A diferencia del mutismo, el silencio representa una forma intensa de comunicación. En la escuela tradicional los docentes, están acostumbrados a hablar mucho y a escuchar poco, creyendo que solo así se puede transmitir el aprendizaje. Esto lleva al siguiente punto que propone la lectura: la relación entre maestro y discípulo. Según el autor, esta debe ser una transmisión testimonial, es decir, que no se base en explicaciones ni demostraciones. Lo que se transmite no puede ser explicado; el maestro enseña lo que no se puede enseñar (Mélich, 2010).
«Cada persona es dueña de su propio proceso de aprendizaje»
En esta transmisión testimonial entre maestro y discípulo, según el autor, no puede saber cuánto tiempo se necesita para aprender, ya que cada persona es dueña de su propio proceso de aprendizaje. Al leer esta idea, me imaginé una comunidad sentada en círculo alrededor de una fogata. Así es como concibo la transmisión testimonial: desde nuestros antepasados en comunidades o pueblos indígenas. En mi representación, todos están al mismo nivel, y no se distingue quién es el maestro. Sin embargo, en este proceso de enseñanza se encuentra el poder del silencio y la comunicación en comunidad
Diseño de Karla Figueroa. Representación de la transmisión testimonial del maestro.
En el segundo texto analizado de Rancière (2007), «El maestro ignorante», destaco la idea que maneja de sobre la explicación innecesaria. El explicador necesita de un ser incapaz para demostrarle que no puede comprender por sí mismo. Partiendo de la noción de que se puede enseñar lo que se ignora, considero de suma importancia emancipar a los alumnos para que utilicen su propia inteligencia, y así otorgarles el potencial y la credibilidad necesarios para aprender. Esto significa, brindarles la oportunidad de generar su propio aprendizaje, enfocados en sus propias necesidades y tiempos.
«Contextualizar el aprendizaje y generar un genuino interés en los estudiantes, que encienda la chispa de la curiosidad y conecte con sus propias vidas.»
El concepto de enseñanza universal me lleva a reflexionar sobre la importancia de contextualizar el aprendizaje y de generar un genuino interés en los estudiantes, que encienda la chispa de la curiosidad y conecte con sus propias vidas. Solo así se logrará un verdadero aprendizaje. En esta segunda reflexión, me visualizo creando espacios de ruptura epistemológica desde dentro del aula, rompiendo con las verticalidades que colocan al alumno en una posición vulnerable. Creo que el círculo, como el de la fogata, puede fomentar una mayor atención, diálogo y escucha entre todos.
Diseño de Karla Figueroa. Representación de la modificación de los espacios en el aula.
En mis conclusiones, siento una gran responsabilidad al acompañar los procesos de aprendizaje de los estudiantes, ya que desde el inicio se establecen vínculos, que deseo, sean de respeto, cercanía y comprensión, para entender la situación por la que están pasando y así realizar adecuaciones para cada estilo de aprendizaje.
Considero que es de suma importancia tener en cuenta el contexto en el que se encuentran los estudiantes para poder acompañar sus procesos de aprendizaje desde una perspectiva de mayor empatía y respeto por los tiempos de cada persona.
La facilitación del aprendizaje debe ser acompañada desde una perspectiva más amorosa y compasiva, donde se generen espacios seguros y de confianza, libres de violencia, y donde los vínculos pedagógicos sean relevantes para facilitar el aprendizaje.
Referencias
Bender, R. (2007). Escritores de la libertad [Película]. Paramount Pictures.
Mélich, J.-C. (2010). El profesor y el maestro en “La pedagogía del Testimonio”. En Ética de la compasión (pp. 276–282). Herder Editorial.
Rancière, J. (2007). El maestro ignorante (pp. 15–69). Libros El Zorzal.
Escrito por: Karla Figueroa Esquivel estudiante de la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”
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Desafíos en la educación actual para generar conexiones con la naturaleza
En la educación actual se enfrentan diferentes desafíos, uno de ellos es la desconexión que existe con la naturaleza, principalmente en las ciudades, aunado a que los estudiantes se encuentran como actores pasivos de su propio aprendizaje, y aunque los modelos educativos se han ido reformando, no existe un cambio realmente significativo que eduque hacia la sustentabilidad y genere un sentido de pertenencia con la naturaleza. Estos modelos siguen reforzando la generación de trabajadores con una visión antropocéntrica basada en las pedagogías de la crueldad. (Sein-Echaluce, Fidalgo-Blanco, García-Peñalvo, 2021)
El aprendizaje debe de ir más allá de sólo la transmisión de conocimientos.
Debe de mover a los estudiantes de ser pasivos a llevar un proceso activo, dónde construyan su propio conocimiento a partir de las experiencias vividas y sumando la nueva información proporcionada, sin embargo, en un modelo de educación tradicional se delimita en el simple hecho de la transmisión de conocimientos de profesores a alumnos. (Saldarriaga & Bravo, 2016)
Las escuelas no son solo el edificio físico, es un espacio vivo, que habitan las personas que transitan por él y las interacciones que se llevan acabo, los alumnos, los docentes y directivos, personal administrativo y de mantenimiento y en la comunidad escolar, los alumnos pasan en la escuela 8 horas al día o más, se convierte en un segundo hogar y es por eso que se plantea la necesidad de habitar los espacios educativos con mayor presencia de áreas verdes, que promueve una relación positiva con la naturaleza y un beneficio físico, psicológico, emocional y social, ya que como lo escribe Giraldo & Toro (2020, pp 63.)
“Habitar un lugar no es estar en un espacio físico de manera pasiva, sino en relación activa con circunstancias significativas, realizando acciones en contextos específicos”
Auditorio al aire libre de la Universidad del Medio Ambiente
Foto tomada por Lilian Galante
En cuanto a la creación de experiencias en la naturaleza o socio ambientales en la escuela, tomando en cuenta que la experiencia es todo eso que nos pasa, (Larrosa, 2009) y donde se van construyendo momentos y aprendizajes, en la sociedad actual. Cada vez se generan menos experiencias, no solo porque ya no tenemos tiempo para el otro, si no que vivimos sobre estimulados (de luces, de sonidos, de premios, etc) y esto no nos permite distinguir lo que estamos viviendo, cada vez somos más pobres de experiencias porque cada vez estamos más metidos en pantallas y en el mundo digital, vivimos en un simulación de la experiencia, a través de la pantalla sin vida. (Berlanga, 2024)
Por otra parte, en las escuelas no se promueven las conexiones con la naturaleza, ya que los entornos educativos tienen muy pocas áreas verdes. Esto limita el contacto y las relaciones con la naturaleza que los alumnos puedan generar. Recientemente, en la CDMX se han vivido contingencias ambientales, donde el aire es irrespirable por la acumulación de los gases de efecto invernadero y con las últimas olas de calor, se han registrado temperaturas de 30°C a 32°C siendo los patios y salones demasiado calurosos para realizar las actividades (académicas y/o deportivas) y los alumnos no tienen sombra fresca donde refugiarse, es aquí donde se hace más evidente la falta de áreas verdes, como reguladores de la temperatura, generadores de húmedad, sin dejar de lado, los beneficios psicológicos y personales que trae a las personas y la oportunidad de generar vínculos de cuidado hacia la naturaleza, observación, cuidado y promoción de la biodiversidad en un entorno urbano.
Está crisis ambiental, cada año más severa, nos tiene que mover a reflexionar y re plantearnos otras realidades posibles, donde se pueda volver a construir vínculos con la naturaleza, donde la racionalidad dominante ya no sea la de la economía, el consumo y la producción. (Enrique Leff, 2006)
Estudiantes de la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad
Foto tomada por Daniela Hurtado
En los espacios educativos de la ciudad de México el crecimiento de la población, y la urbanización tiende a desaparecer las áreas verdes, reduciéndolas a plantas en macetas, lo que disminuye significativamente la percepción a la vista. (Gareca & Villarpando, 2017). Existe una importante relación entre la naturaleza y el bienestar, ya que los niños que están en contacto constante con la naturaleza presentan un mejor desarrollo a nivel intelectual, emocional, social, espiritual y físico, y garantiza una gran mejora en la calidad de vida de los niños y adolescentes (Kellert & Calabrase, 2015).
¿Cómo podemos intervenir en espacios educativos?
- Círculos de diálogos con directivos:
Realizar círculos de diálogos con los directivos de las escuelas para que se generen propuestas a partir de el sentir de los alumnos y docentes sobre los beneficios del aumento de las áreas verdes para generar reconexiones con la naturaleza y promoviendo acciones en favor de la realización de más áreas verdes.
2. Círculos de diálogos con alumnos y docentes:
Realizar círculos de diálogos con alumnos y docentes que proporcionen información sobre la percepción de las áreas verdes y se den a conocer los beneficios que pueden traer de manera personal y académicamente. Con los docentes se propone dialogar sobre diferentes propuestas para ecologizar la currícula y que se escuchen sus necesidades y donde se proporcionen capacitaciones para que puedan vincular las asignaturas hacia una educación para la sostenibilidad, respetando las cosmovisiones y bioculturalidades.
3. Jardines verticales y huerto escolar
Debido al espacio limitado en el que se pueden encontrar algunas escuelas en la ciudad, se propone la creación de jardines verticales en las laterales de las paredes con asesoría de expertos que indiquen el tipo de planta, el mantenimiento y el presupuesto para que sea un proyecto que perdure con el tiempo. La propuesta de huerto escolar busca regenerar las reconexiones con la naturaleza de los alumnos, al conocer, vivir y experimentar el proceso de crecimiento de las plantas y los cuidados que deben de tener, fomentando pedagogías de cuidado y del buen vivir.
4. Creación de hoteles de insectos
Se sugiere la creación de hoteles de insectos, buscando el lugar adecuado para ello, ya que favorecen la interacción con seres vivos, fomenta la biodiversidad, fortalece la responsabilidad del cuidado por el otro, el trabajo en comunidad y mejora del entorno.
Escrito por Karla Figueroa Esquivel, estudiante de la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”
Referencias
- Berlanga, B.. (2024). Inclinaciones contra la rectitud en la pedagogía. Una lectura pedagógica de la idea de “inclinaciones” de Adriana Cavarero. Centro de Estudios para el Desarrollo Rural UCIRED, Universidad Campesina Indígena en Red.
- Boff, L.. (1995). ECOLOGÍA, Grito de la Tierra, Grito de los Pobres. Ediciones Lohlé-Lumen
- Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. (2018). Ciudades Verdes y Sustentables. Gobierno de México. https://www.gob.mx/conanp/articulos/ciudades-verdes-y-sustentables
- Gareca, M. & Villarpando, H.. (2017, junio). Impacto de las áreas verdes en el proceso de enseñanza aprendizaje. Revista Ciencia, Tecnología e Innovación, Vol. 14.
- Giraldo, O. F. & Toro I.. (2020). Afectividad ambiental: sensibilidad, empatía, estéticas del habitar. ECOSUR, Universidad Veracruzana
- Larrosa, J. & Skliar, C.. (2009). Experiencia y alteridad en educación.. Homo Sapiens/FLACSO, Colección «Pensar la educación»
- Leff, E.. (2004). Racionalidad ambiental y diálogo de saberes: significancia y sentido en la construcción de un futuro sustentable. Revista Académica Universidad Bolivariana, Vol. 2, pp. No. 7
- Sein-Echaluce, M. L., Fidalgo-Blanco, Á., & García-Peñalvo, F. J., (2021). Características del alumnado pasivo: una visión multidisciplinar, Characteristics of passive students: a multidisciplinar overview. (1st ed., pp. 520–525). Madrid, España.
- Saldarriaga-Zambrano, P. J., Bravo-Cedeño, G. & Loor-Rivadeneira, M. R.. (2016, diciembre). La teoría constructivista de Jean Piaget y su significación para la pedagogía contemporánea. Revista Científica: Dominio de las Ciencias, Vol. 2, pp. 127-137
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Calaverita literaria para la UMA
Posada, J. G. (1913). La Catrina [Grabado]. Museo Dolores Olmedo, México.
En estos fríos días de octubre, la muerte a la UMA llegó;
entró por los salones y sus ecotecnias le sorprendió.
Pasó frente al auditorio y, muy concentrados, los observó.La calaca tilica y flaca su recorrido siguió,
y en el auditorio al aire libre al sensei encontró.
Muy decidida, por él iba, pero no sabía con quién se metía,
ya que con una plática la calmó y, de no llevárselo, la convenció.Siguió su camino y, en un círculo, encontró
aquellas que estudian la educación.
Consternada, la flaca les preguntó:
“¿Qué tanto estudian? Si esto ya valió”.Molestas, voltearon, pero con amor la integraron;
entendieron su contexto y con ella platicaron.
Educación para la sostenibilidad ellas le explicaron
y la frialdad con la que venía le quitaron.Por primera vez sintió calor fraterno,
pues de dónde ella venía no respetan lo ajeno.
“¿Acaso un agente de cambio, puedo ser yo?”
Y algo dentro de ella se movió.Ilustración tomada de: https://www.creativefabrica.com
Conmovida, ya se iba, aunque su objetivo no logró,
ya que a ningún Umano empaquetó.
La calaca reflexiva se llevó una gran lección:
“El cambio debe de empezar en la educación”.La educación lo es todo, ella suspiró,
el cambio sistémico que queremos ver en acción.
“¿Qué punto en el sistema puedo mover yo
que genere un verdadero cambio y de transformación?”“Me voy de la UMA”, ella reflexionó,
“encontré mi fuente de entusiasmo en la educación
y a romper paradigmas aprendí yo”.
Al final, la muerte entristeció y, llorando, ella regresó;
por más que buscó y buscó,
para realizar el codiseño, a nadie encontró.Escrita por Karla Figueroa Esquivel estudiante de la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”
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Sentipensares en el diseño de proyectos educativos alternativos/disruptivos
Escrito por Lina Marcela Enriquez Barbosa, estudiante de la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente»
Foto tomada por: Lilian Galante
Este texto brindara a lo largo de su escritura los principales hallazgos encontrados en las lecturas de Philippe Meirieu llamado: Frankenstein Educador (2003), y el texto planteado por Margarita Pansza, Esther Perez y Porfirio Moran titulado como: Fundamentación de la Didáctica (1996). Esto con el objetivo de analizar los desafíos para diseñar proyectos educativos motivadores de cada individuo, para que esté se apropie de su propio proceso tanto educativo, como del pleno desarrollo de su proyecto de vida.
Es por ello, que es importante para formar proyectos o procesos educativos tener plena comprensión de modelos teóricos educativos. Los cuales para Margarita Pansza (1996) se clasifican a continuación:
Modelo educativo Principales características
Escuela Tradicional
(siglo XVII)
· Nace en la ruptura del orden feudal, es decir en el surgimiento de la burguesía · El maestro es el dueño del conocimiento
· Esta mediada por la intelectualidad y la moral
· Verticalismo, autoritarismo, verbalismo, domesticación, disciplina, infantilización, diferenciación de clases socioeconómicas.
Escuela Nueva
(siglo XX)
· Respuesta a la escuela tradicional · Transformaciones realizadas por médicos y psicólogos desde en enfoque conductista
· El educador crea condiciones de trabajo para desarrollar actitudes
· Atiende el desarrollo de la personalidad y la exaltación a la naturaleza
· No identifica los intereses de los alumnos
· Se centra en formar personas a través del esfuerzo
Escuela Tecnocrática (años 50)
· Tecnología educativa – proceso de modernización · Se centra en el formalismo y cientificismo
· Se universaliza la educación
· Docente como controlador de estímulos, respuestas y reforzamientos
· Se fundamenta en el pensamiento pragmático
· Fomenta la eficiencia y neutralidad (positivista)
Escuela Critica (mediados del siglo XX)
· Cuestiona de forma radical la escuela: nueva, tradicional y tecnocratita · Critica radicalmente: métodos, relacionales, revela lo que permanece oculto
· Incorpora el análisis de las relaciones sociales en el proceso de enseñanza-aprendizaje
· Cuestiona al docente sobre su autoridad
· Se reconoce la escuela como una institución
· Formación de la didáctica en los docentes
· Se enfoca en la reflexión – acción
Fuente: Elaboración propia
Visualizando la tabla anterior, más allá de identificar los modelos teóricos educativos, es imperativo reflexionar y cuestionarnos sobre el papel político de la educación y preguntarnos ¿Qué queremos reproducir con el proyecto o proceso educativo? Sin embargo desde el caminandar de mi vida, creo en una educación emancipadora, la cual enseñe a pensar y no a obedecer.
Ahora bien, en el texto de Philippe Meirieu (2003), específicamente en su segundo apartado, podemos resonar con las otras formas de hacer docencia, estas guiadas desde las siguientes reflexiones:
Distinción entre fabricación de un objeto y la formación de una persona
La educación como fabricación, se centra en fabricar a un ninx a través de técnicas educativa que llevan un enfoque autoritario y deshumanizantes, controlando completamente el desarrollo del ninx, tal como lo plantea el autor: una «fabricación» es una acumulación de conocimientos o por hábiles manipulaciones psicológicas, sino la construcción de un ser por sí mismo a través de la verticalidad radical de los interrogantes que plantea la cultura en su forma más elevada (Meirieu, 2003, pg.3).
Es por ello que la educación debe centrarse en la relación entre el/la/le ninx y el mundo, permitiéndole integrar y cuestionar el conocimiento cultural; no se trata simplemente de transmitir conocimiento, sino de fomentar una conexión significativa con los interrogantes de la cultura. Así mismo el/la/le niñx debe de visualizarse como un don y no como un producto, reconociendo que este ser llega con un potencial para superar la historia y aportar nuevas perspectivas y no como un producto que los adultos deben de moldear.
Sin embargo, es natural que el/la/le niñxs se resistan a ser “fabricados” y que lxs educadores enfrenten dificultades por querer moldear el proceso de enseñanza-aprendizaje; pero esto es una señal que el/la/le niñx está ejerciendo su autonomía, posibilitando la formación de su persona.
Transmisión de conocimiento vs construcción de procesos formativos
Foto tomada por: Lilian Galante
La enseñanza no debe considerarse como un proceso mecánico de transferencia de conocimiento. La verdadera educación involucra reconstrucción y reinterpretación del conocimiento por parte de el/la/le estudiante, adaptándolos a sus propios proyectos, procesos y necesidades.
Es por ello que la verdadera “revolución” copernicana” en la pedagogía requiere un cambio de paradigma en la educación, aunque la idea de central la educación en el/la/le niñx ha sido planteada desde hace tiempo, la practica educativa a menudo sigue siendo autoritaria y dirigida para adultos -he aquí la importancia de una educación con enfoque diferencial-. La educación debería evitar el puericentrismo[1] ingenuo como la fabricación el/la/le niñx, enfocándose en la relación que tienen el/la/le niñxs y el mundo cultural que le rodea.
La educación debe permitir que el/la/le niñx se convierta en un sujeto activo que integra, pregunta, cuestiona el conocimiento, no en un simple receptor pasivo; se debe de reconocer a sujeto como un ser con potencial para superar y renovar la cultura existente
Transformaciones pedagógicas necesarias
De una «pedagogía de las causas» a una «pedagogía de las condiciones» (Meirieu, 2003, pg.8)
Foto tomada por: Lilian Galante
Una pedagogía de las condiciones basada en el principio de “hacerlo todo, sin hacer nada” de Rousseau, busca estimular el aprendizaje mediante la creación de un entorno cuidadosamente organizado, sin intervenir directamente en su voluntad (Meirieu, 2003). Algunos puntos claves y reflexiones que emergen son:
- Pedagogía de las Condiciones:
- Organización del Entorno: Rousseau propone que la función del educador es configurar un ambiente que estimule el/la/le niñx sensorial e intelectualmente, permitiendo que el aprendizaje ocurra de manera natural dentro de este entorno.
- No Intervención Directa: A diferencia de métodos educativos más directivos, esta pedagogía evita imponer directamente el contenido. En lugar de eso, se centra en crear las condiciones que permitan el/la/le niñx aprender por sí mismo.
- Educación como Facilitación:
- El Rol del Educadxr: Aunque el educador no actúa directamente sobre la voluntad del el/la/le niñx, su rol es crucial en la preparación y organización del entorno. Esto incluye proporcionar recursos, estructurar actividades y facilitar situaciones de aprendizaje.
- Medicación de la Experiencia: el el/la/le educadxr debe intervenir solo cuando sea necesario para guiar o ajustar la situación de aprendizaje sin forzar el proceso.
- Contraste con Otros Enfoques
- Rechazo del niñx como «Cera Blanda»: Rousseau se opone a la visión del niño como una simple placa fotográfica sobre la que se imprime el conocimiento. En cambio, enfatiza la importancia de la autonomía del niñx dentro de un marco cuidadosamente diseñado.
- Educación vs. Aprendizaje Autodirigido: La diferencia entre unx niñx y un adulto radica en la capacidad de elección. Los niños necesitan ser guiados en su aprendizaje hasta que puedan autodirigirse.
- Aplicación en el Aula:
- Situaciones-Problema: en el contexto escolar, la pedagogía de las condiciones se traduce en el uso de situaciones-problema, estas actividades están diseñadas para estimular el pensamiento crítico y la resolución de problemas en lugar de la repetición de información.
- Ejemplo Práctico: El relato de la actividad en la que los alumnos crean un zoológico ilustra cómo un enfoque estructurado puede fomentar la curiosidad, la investigación y el aprendizaje profundo.
- Literatura y Reflexión Crítica:
- Aprendizaje a Través del Debate: se utiliza un enfoque activo y participativo para explorar temas complejos y fomentar la reflexión crítica, demostrando que el método puede aplicarse a contenidos culturales y literarios.
- El Rol del Texto: La lectura y análisis del texto se realiza en un contexto que permite una comprensión profunda y crítica, mostrando cómo el texto puede ser una herramienta para explorar temas universales y personales.
- Regalo Educativo:
- Educación como Regalo: La metáfora del regalo refleja la idea de que el aprendizaje debe ser ofrecido como una oportunidad sin coacción, permitiendo que el/la/le niñx descubra y valore el conocimiento por sí mismo.
La pedagogía eficaz no es aquella que dirige el aprendizaje de manera estricta, sino es la que crea las condiciones para que el aprendizaje ocurra de manera natura, el/la/le educadxr actuar como un facilitador que organiza un entorno para maximizar las oportunidades de aprendizaje, respetando al mismo tiempo la autonomía de las personas.
Conquista de la autonomía
Foto tomada por: Lilian Galante
Como bien se ha nombrado a lo largo del texto, la autonomía en le proceso educativo implica que la escuela, por su parte, cree la autonomía de los alumnos en la gestión de sus aprendizajes: en la gestión de los métodos y los medios, del tiempo, del espacio y los recursos, de las interacciones sociales en la clase considerada como «colectividad de aprendedores», de la construcción progresiva del «yo en el mundo». (Meirieu, 2003, pg.12)
Sin embargo, aquí es importante reflexionar sobre las necesidades individuales de cada alumno para promover un aprendizaje efectivo y equitativo, en cuanto a:
- Crítica a los Métodos Educativos Homogenizantes: Aunque la pedagogía diferenciada ofrece una visión ideal de la educación, la realidad escolar suele ser más compleja. Rousseau, al describir el rol del pedagogo, sugiere que la educación eficaz se logra sin una intervención directa, confiando en la capacidad del niñx para aprender por sí mismo. Sin embargo, esta idealización puede no siempre puede ser práctica debido a la resistencia y diversidad entre los alumnos.
- Resistencia y Adaptación: La resistencia de lxs alumnos a seguir un método o actividad propuesta por el/la/le maestrx es vista como un signo de su individualidad y un desafío que el educador debe enfrentar. La pedagogía diferenciada reconoce que no existe un único método que funcione para todos los estudiantes, dado que los estilos y ritmos de aprendizaje son diversos; la resistencia no debe ser vista como una falta de cooperación, sino como una oportunidad para adaptar la enseñanza a las necesidades del alumno.
- Diversidad de Métodos: En lugar de aplicar un único método, la pedagogía diferenciada aboga por una variedad de enfoques: desde lecciones magistrales hasta trabajo en grupo, pasando por el uso de recursos documentales y tecnológicos. El objetivo es encontrar la estrategia que mejor se adapte a cada situación y a cada alumnx.
- Adaptación y Personalización: Lxs pedagogxs deben ajustar sus métodos según las características individuales de sus alumnos. Esto puede implicar la modificación del contexto, la adaptación de ejemplos y actividades, e incluso la reorganización del espacio de aprendizaje. La pedagogía diferenciada enfatiza la importancia de la personalización y de responder a la heterogeneidad en las aulas.
- Más Allá de la Tecnocracia: Aunque algunos podrían ver la pedagogía diferenciada como una gestión tecnocrática de las diferencias, no se trata simplemente de aplicar técnicas predeterminadas. En cambio, se trata de fomentar la capacidad de los alumnos para adquirir nuevas competencias y conocimientos, adaptándose continuamente a sus necesidades y potencialidades.
- La Educación como Aventura: Se contrasta la pedagogía diferenciada con una visión más rígida de la educación. En lugar de imponer un conocimiento predefinido, se busca ofrecer a lxs alumnxs oportunidades para explorar, descubrir y desarrollar sus habilidades en un ambiente que estimule su curiosidad y deseo de aprender.
Sentipensares finales
Foto tomada por: Lilian Galante
En este orden de ideas, habiendo reflexionado sobre las diferentes formas en que podemos transformar la educación es importante especificar que el/la/le educadxr no puede forzar el aprendizaje, tenemos un papel crucial en la creación de condiciones adecuadas para que el aprendizaje pueda ocurrir. Lo cual nos permite poner al centro de nuestro quehacer lo siguiente:
- Crear espacios seguros: Los entornos educativos deben permitir que el/la/le estudiantes se sientan seguros para experimentar y cometer errores sin temor al ridículo o a la evaluación severa. La «seguridad» aquí implica un entorno donde el/la/le estudiantes puedan asumir riesgos y explorar nuevas ideas sin miedo a las consecuencias negativas inmediatas.
- Ofrecer medios para ocupar el espacio: Se trata de proporcionar las herramientas, recursos y apoyo necesarios para que el/la/le estudiantes puedan aprovechar el espacio educativo. Esto incluye la creación de un ambiente que fomente la curiosidad y la exploración, así como la presentación de problemas reales y significativos que conecten con los intereses y necesidades de los estudiantes.
«La cuarta exigencia de la revolución copernicana en pedagogía consiste en constatar, sin amargura ni quejas, que nadie puede ponerse en el lugar de otro y que todo aprendizaje supone una decisión personal irreductible del que aprende.» (Meirieu, 2003, pg.8)
Finalmente la tarea es instalar un espacio donde aprender y, en él, proponer objetos a los que el/la/le estudiantes pueda aplicar su deseo de saber y de transformar (Meirieu, 2003). Los espacios educativos deben construirse para ser inclusivos, cuidados y propicios para el aprendizaje. Este entorno debe permitir que el/la/le estudiantes se involucren en problemas fundamentales y desafíos intelectuales de manera accesible y motivadora. La educación debe ir más allá de simplemente enseñar habilidades prácticas, debemos de crear proyectos/procesos educativos que conecten el aprendizaje con cuestiones profundas y esenciales que despierten el interés y el compromiso de el/la/le estudiantes.
La educación será por y para la vida o no será.
Referencias bibliográficas:
Margarita Pansza G., E. C. P. J. Y. P. M. O. (1996). FUNDAMENTACION DE LA DIDACTICA. Gernika, 6(15), 10.
Meirieu, P. (2003). Frankenstein Educador. Alertes.
[1] Característica de un sistema, metodología o procedimiento que consiste en poner al niño, o a lo infantil, en el centro de la referencia pedagógica, social o antropológica.
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¿Por qué estudiar una maestría en educación si no tengo experiencia?
Hola, lector de este querido blog:
Te escribe una arquitecta que está estudiando la maestría en educación. Parecerá raro que alguien como yo, una arquitecta con trabajo de arquitecta y una experiencia laboral enfocada cien por ciento en la arquitectura, se encuentre en esta maestría.
Quisiera compartirte cómo llegué aquí e inspirarte a encontrar en la educación un camino para integrar a tu práctica eso que a tu corazón le ha hecho tanta falta.
Para mí sostenibilidad es el bienestar común. Va más allá de una técnica constructiva. Incluso creo que un proyecto puede ser sostenible aunque no esté construido con materiales ecológicos. En mi experiencia laboral, encuentro en la dinámica de poder entre arquitectos y clientes reduce las discusiones a la protección de los intereses individuales. Inevitablemente el bienestar común, el impacto que tiene el proyecto con su comunidad, queda de lado, como una consecuencia en vez de un objetivo.
Soy una arquitecta apasionada de mi profesión y, sí, creo que la arquitectura puede ser agente de cambio a favor de la sostenibilidad, pero para lograrlo se tiene que replantear la dinámica de poder y transformarla hacia un diálogo colaborativo en el que juntos fijemos intenciones, estemos dispuestos a aprender unos de los otros y contribuyamos activamente a crear ciudades seguras, limpias, comunitarias, conscientes, amables, inclusivas y accesibles.
Tupper Tocs. Una comunidad de aprendizaje que inicié en JSa donde hablamos de temas polémicos e interesantes del quehacer arquitectónico. Foto por Natalia Zenteno.
Estoy convencida de que la única manera de transformar esa dinámica es mediante la educación, porque creo que la raíz del problema son las maneras en las que nos relacionamos los que participamos en el proceso de la construcción.
¿Qué podría hacer si aprendiera a relacionarme y diseñar desde el deseo de colaborar?
Podría invitar a mis colegas y clientes a cuestionar ideas preestablecidas y dialogar sobre qué sería mejor arquitectura. Un paso más allá, podría inspirar a la próxima generación de arquitectos a cuestionarse los alcances de nuestra profesión y enseñarles herramientas que complementen su práctica.
Un paso todavía más lejos, podría llevar esta búsqueda de dinámicas colaborativas hacia sectores del mundo arquitectónico y juntos crear un impacto distinto, ojalá uno más cercano de bienestar común.
Entretejer la arquitectura y la educación
Al fortalecer mi práctica arquitectónica con los valores de la Maestría en Innovación Educativa, ya estoy teniendo mejores conversaciones con mis compañeros y cada vez me siento más inspirada a imaginar otro futuros para mi desempeño profesional.
Mis compañeras que son maestras, mentoras y amigas.
Mi experiencia en la maestría
Como estudiante de arquitectura, viví la licenciatura como un proceso que disfrute mucho pero que fomentaba la competencia y la comparación. Como estudiante de educación, he vivido este proceso en total comunión con mis compañeras; me siento vista y validada por todo lo que soy y no solo por una parte de mí.
El programa y los valores de la UMA me han hecho evolucionar mi práctica profesional, pero más allá de eso, me han impactado y cuestionado profundamente.
En un semestre y medio, siento que he visto de frente mis vicios, inseguridades, miedos, cualidades y esperanzas. Algo muy especial a lo que te invita la UMA es a comprometerte contigo en todos los aspectos, desde el más íntimo hasta el más social, y para mí ha sido un regalo darme ese compromiso y permitirme regenerarme de adentro hacia afuera.
Además, como uno no estaría inspirado a relacionarse diferente en este campus tan mágico. Fotos por Natalia Zenteno.
Estudiando esta maestría, me he dado cuenta de que, tanto en lo profesional como en lo personal, yo quiero ser “educadora” o, como decimos aquí, quiero hacer aprender. Quiero aprender en todo lo que hago, quiero hacer sentir bien a la gente, quiero pertenecer a comunidades de cuidado, quiero promover respeto, quiero escuchar, quiero ser escuchada.
Sentipensares
Estudiando esta maestría me he dado cuenta que tanto en lo profesional como en lo personal yo quiero ser “educadora”, o como decimos aquí, yo quiero hacer aprender. Yo quiero aprender en todo lo que hago, quiero hacer sentir bien a la gente, quiero pertenecer a comunidades de cuidado, quiero promover respeto, quiero escuchar, quiero ser escuchada. Más allá de ser arquitecta, que seguiré siendo, en mi vida para mí y para todos los que me rodean quiero poner a la educación antes de cualquier cosa que yo haga. Quiero ver el mundo a través de la educación.
La educación para mí trasciende cualquier práctica laboral. La arquitectura me ha dado una manera de pensar, un proceso mental que me permite comprender el mundo. La educación me ha dado esperanza, la posibilidad de compartirme y que me compartan experiencias desde el deseo de regenerarnos juntos. La educación ha llegado a mí como un llamado casi espiritual-existencial. Tal vez esto ya se puso muy exagerado, pero sí lo que buscas es fe, tienes que estudiar esta maestría.
Quiero complementar esta idea tan romántica con lo que Sarah Ahmed desarrolla sobre la esperanza en su libro La política cultural de las emociones. Ahmed dice, mientras cita a autores épicos, que la esperanza nos muestra lo que todavía no es pero queremos que sea. “Expresar esperanza por otro tipo de mundo, inimaginable en este momento, es una acción política y sigue siéndolo aun en medio del agotamiento y la desesperación.” (Sara Ahmed, 2004, p.282) Es una acción política porque una no tiene esperanzas sola, sino con y para los otros cuyo dolor no sentimos. (Sara Ahmed, 2004, p.285) ¡Qué maestra!
Imagen obtenida del instagram de @comunaltaller, publicada el 27 de julio.
No sé si todas mis ilusiones se harán realidad en este periodo de la maestría, pero empiezo por comprometerme y creerlas posibles. Estudiar en la UMA me ha hecho ver caminos potenciales para mi práctica arquitectónica y para mi existencia en el mundo.
Escrito por Natalia Zenteno estudiante de la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente»
Bibliografía:
Ahmed, Sara. (2004). La política cultural de las emociones (Primera edición en español: septiembre de 2015) Programa Universitario de Estudios de Género, UNAM, México.
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¿Cómo aprendemos?: Comprensión de procesos de aprendizaje como medio para encontrar artilugios y realizar una ruptura epistemológica
Foto tomada por: Lilian Galante
Escrito por: Cristina Figueroa, estudiante de la Maestría de Innovación Educativa de la Sostenibilidad
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente»
En el camino de la educación, entender cómo aprendemos, lo que se interrelaciona en este proceso tanto física, como psicológica, emocional, socialmente, el efecto de los paradigmas educativos, presenta una combinación de entendimiento, cuestionamiento y apertura fundamental para lograr las rupturas epistemológicas que nos puedan abrir posibilidades de relacionarnos con el aprendizaje de forma libre, diversa y significativa.
Según la neurociencia, el aprendizaje lo realizamos desde que nacemos, cuando somos bebés desarrollamos un aprendizaje por imitación, esta actividad se ha estudiado que es innata y se da a través de las neuronas espejo (Gago & Elguier, 2018, citando a Merltzoff & Moore), este comportamiento también evidencia el efecto social en el aprendizaje.
Conforme vamos creciendo se van involucrando también las emociones, que nos permiten conectar con la imaginación y la curiosidad, y cuando las emociones son positivas facilitan la memoria y el aprendizaje (Gago & Elguier, 2018, citando a Ruetti, Ortega & González). El ejercicio físico mejora la predisposición física y psicológica para el aprendizaje, aumentando los niveles de motivación y atención (Gago & Elguier, 2018, citando a Blakemore & Frith). El sueño adecuado también es importante para promover la salud mental, física, cerebral y cognitiva (Gago & Elguier, 2018, citando a Golombek).
Entendamos la visión del aprendizaje desde los paradigmas educativos
El primer paradigma es el conductista que considera al aprendizaje producto de una relación estímulo-respuesta, mecánico, deshumano y reduccionista, en donde se incentiva la repetición, conocimientos memorísticos y recompensas y castigos.
El paradigma cognitivo considera que la atención, la memoria y el razonamiento son esenciales para el aprendizaje, el cual se da a través de las percepciones que dependen de cada individuo y están influidas por sus antecedentes, actitudes y motivaciones individuales.
Avanzamos al paradigma humanista, el cuál fomenta el aprendizaje significativo y participativo, centrado en la persona y los valores.
Paradigma sociocultural, Vygotsky considera que nuestras funciones psicológicas se forman a través de las relaciones humanas, usando la herramienta del lenguaje. Encuentra la zona de desarrollo próximo, que es la “distancia entre el nivel real de desarrollo y el desarrollo posible”.
Da una gran importancia al aprendizaje colaborativo y propone que la construcción del conocimiento se da en el entorno sociocultural, con las personas que integran la comunidad educativa y las que forman parte de la comunidad en general.
El constructivismo sostiene que el aprendizaje es esencialmente activo y subjetivo, que se va modificando en cada persona con base en sus experiencias. Piaget analiza que el conocimiento es una asimilación o interpretación.
Freire nos acerca al aprendizaje a través del sentido de este, ya que considera que solo podemos aprender lo que es significativo para cada persona. Entiende y promueve a la educación como el camino de la libertad. Dentro del aprendizaje se desarrollan diferentes procesos de pensamiento y la visión de Mathieu Lipman nos muestra un pensamiento amplio compuesto desde una perspectiva integral del ser, como un camino hacia la libertad, este es el pensamiento multidimensional.
Foto tomada por: Lilian Galante
La práctica educativa
Introduzcámonos en la práctica educativa, en la cual de forma generalizada vemos mucho de lo que se muestra en el documental La educación prohibida. Encontramos la escuela como una institución jerárquica, con una estructura separada por edades, con planes de estudios generalizados, diseñados por personal administrativo y docente sin retroalimentación de las y los estudiantes, que se replica año con año, sin actualizaciones por cambios de la sociedad y del entorno, sin considerar los intereses personales ni grupales de las y los estudiantes.
Características de la educación tradicional
Escuelas con estructuras rígidas tanto físicamente como en la práctica, en donde el aprendizaje está desvinculado del fomento de la participación activa, el cuestionamiento, la diversidad, el respeto a la individualidad, la espontaneidad, la imaginación, la comunicación, la libertad, la búsqueda del sentido, el construir el aprendizaje en comunidad, el disfrute e interés de las y los estudiantes.
La competencia es primordial y resalta las capacidades de unas cuantas personas menospreciando a las demás, dando la mayor importancia al resultado, a la calificación obtenida en programas desconectados entre sí.
Las y los docentes tampoco son respetados en su individualidad, necesidades, intereses y en su sentido, ellas y ellos son parte del sistema educativo y tienen que cumplir con objetivos, tiempos, temarios y formas de educar, de eso depende su trabajo, que en la mayoría de las situaciones es muy mal pagado.
En algunas situaciones el personal docente entra en el rol de una posición de poder en la cual su opinión, su forma, su conocimiento es el único válido y es el que se tiene que transmitir, recibir y replicar.
El rol de la familia se ha desdibujado de la educación de los y las niñas, por la presión del sistema en la cual la mayoría de mamás y papás tienen que trabajar en jornadas muy extensas, con traslados muy largos y no queda tiempo para pasar con sus hijas e hijos, por lo tanto su educación se ha delegado casi en su totalidad a la escuela, que no tiene por qué cumplir con esa función, y es así como esa parte del aprendizaje de los y las niñas, el que se recibe en casa con la familia, es mínimo y está trayendo consecuencias importantes en su desarrollo emocional, psicológico y social.
Foto tomada por: Lilian Galante
Reflexionemos
Después de esta reflexión encuentro la pregunta, el cuestionamiento desde las tres visiones donde hemos reflexionado, como una herramienta que puede llevarnos a una ruptura epistemológica del aprendizaje.
Visión de la Neurociencia. Muchos de los estudios realizados se hacen con animales y/o con un número poco representativo de personas, considerando esto ¿Cuál es la validez de asumir que el funcionamiento del cerebro en los procesos de aprendizaje se da como la neurociencia lo ha estudiado? ¿Cuál es el efecto del entorno en los procesos de aprendizaje que documenta la neurociencia? ¿Cómo podemos vincular las aportaciones de la neurociencia al aprendizaje respetando el desarrollo individual de cada ser?
Acción de los Paradigmas Educativos. Observo una evolución en los Paradigmas educativos, sin embargo, como su nombre lo dice, siguen siendo paradigmas, formas establecidas de actuar, por lo tanto ¿Los procesos de aprendizaje responden a un paradigma, a varios o a la combinación de estos? ¿Es necesario que los procesos de aprendizaje respondan a un paradigma? ¿Cuáles son los beneficios o perjuicios de guiarnos a través de los paradigmas para fomentar el aprendizaje? ¿El aprendizaje obedece a lo establecido en los paradigmas o los paradigmas se construyen con el ejercicio aprendizaje?
Práctica de la Educación. Considero importante cuestionarnos ¿Desde dónde tenemos que empezar a transformar el modelo tradicional del aprendizaje, será que empezamos desde el hogar? ¿Cuáles son los beneficios y/o perjuicios que trae a nuestro sistema económico, político y social, el fomentar un aprendizaje desde una visión de educación disruptiva y cuáles desde la tradicional? ¿Tendríamos más beneficios o más perjuicios para el sistema actual, podríamos plantear un balance entre estos? ¿Cómo influye nuestro ritmo de vida en la calidad de nuestro aprendizaje? ¿Cuál es el valor que podríamos tener como sociedad si impulsamos el aprendizaje libre?
Foto tomada por: Lilian Galante
Sentipensares finales
Como sociedad siempre existe una guía, un parámetro, un método, un paradigma, que nos lleva por un camino por el cual muchas veces no nos damos cuenta, ya que la inercia es muy grande y el sistema lo es más.
El aprendizaje visto desde la neurociencia, los paradigmas educativos y desde la práctica educativa, tiene estructuras generales que nos llevan a fomentarlo y entenderlo desde estas lentes previamente fabricadas, y ¿qué pasa si nos las quitamos y observamos solamente con nuestros ojos, nuestros oídos, nuestra piel, nuestro entorno, nuestras emociones y sentimientos y nuestro propio ser? tal vez encontramos que el aprendizaje es mucho más que lo que nos dicen y podemos desarrollarlo de forma ilimitada, impensable, inejemplificable hasta ahora y convertimos estas acciones en los artilugios que pueden llevarnos a la ruptura epistemológica del aprendizaje.
Referencias
Accorint, S. (2002). Mathew Lipman y Paulo Freire: Conceptos para la libertad. . Utopía y Praxis Latinoamericana, vol. 7, núm. 18, 35-56.
Cabrera Cuadros, V., & Soto García, C. (2020). ¿Cómo aprendemos? El docente enseñante y aprendiz que acompaña a los estudiantes en su exploración hacia el (auto) aprendizaje. Profesorado. Revista de currículum y formación de profesorado. Vol. 24, No. 3, 1-22.
Escobar, A. (2018). De las rupturas epistemológicas. Una mirada desde la experiencia. Warisata. Revista de Educación, 51-66.
Gago Galvagno, L. G., & Elgier, A. M. (Julio / diciembre de 2018). Trazando puentes entre las neurociencias y la educación. Aportes, límites y caminos futuros en el campo educativo. Obtenido de Scielo. Psicogente vol.21 no.40: http://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=S0124-01372018000200476&script=sci_arttext#B23
Hernández, D. (s.f.). Apuntes de Educación para la Sostenibilidad. UMA.
La educación prohibida (2012). [Película].
Monografías. (s.f.). Obtenido de El desarrollo cognoscitivo según Lev Vygotsky: https://www.monografias.com/trabajos15/lev-vigotsky/lev-vigotsky
Piaget, J. (23 de mayo de 2013). Piaget explica Piaget. (U. d. Yale, Entrevistador)
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Diplomado en Educación Socio-ambiental: hacia la sostenibilidad
Escrito por Karla Figueroa Esquivel de la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad
Lo apasionante de los saberes ambientales es experienciar a través de los sentidos las proporciones, equilibrios y configuraciones apropiadas para el lugar. Aprender a cultivar el cuidado, la sensibilidad y relación con el lugar desde la afectividad.
ESTE CURSO ES PARA TI, SÍ:
- Tienes interés en fomentar y fortalecer relaciones de cuidado en y con la Tierra.
- Te conmueve la sensibilidad y afectividad ambiental.
- Te dedicas a la educación ambiental, con intenciones hacia la sostenibilidad y regeneración. Que se traduzcan en el diseño de planes o proyectos educativos.
- Te dedicas a espacios y procesos formativos formales y no formales con una perspectiva holística.
- Tienes inquietud en desarrollar actitudes, acciones, herramientas y técnicas para la ejecución de proyectos enfocados al cuidado y regeneración de la Tierra y/o territorio.
Re conocer y fortalecer como educadores capacidades humanas y técnicas, habilidades, actitudes hacia una educación socio ambiental que ponga en el centro la vida y su sostenibilidad.
En este diplomado – a través de reflexionar nuestro estar siendo educadores ambientales— fortaleceremos y aprenderemos de forma colectiva prácticas educativas contextualizadas; además, adquiriremos herramientas, y conoceremos pedagogías, diversas metodologías de enseñanza-aprendizaje.
Así como formas de relación y cuidado en los procesos. Proponemos ser sensibles a las necesidades y esperanzas hacia un presente con empatía ambiental en donde seamos seres tocándose en sus trayectorias vitales, en una ecología de inter-sensibilidades-saberes.
Gracias a esta capacidad biológica y fortalecimiento de nuestras prácticas educativas, podremos conectarnos, sintonizarnos y entonarnos con la emocionalidad de un mundo vivo, sintiendo su emoción en nuestro cuerpo, una vez que aprendamos a prestar cuidado a una Tierra de la que somos parte.
Queremos co-crear contigo identificaciones y procesos educativos capaces de reproducir constantemente la vida como pulsión; además, nos proponemos generar espacios en los que podamos aprender a cultivar la sensibilidad y relación con el territorio desde la afectividad, así como herramientas, técnicas y metodologías útiles en nuestra práctica educativa ambiental.
Que a su vez, nos permitan desarrollar habilidades técnicas y humanas, planes y procesos útiles para nuestro ser educadores ambientales, los cuales podremos aplicar en los diversos espacios. Así mismo, nutriremos la moderación, suficiencia y cuidado entre las acciones propias y acciones de otros seres.
El diplomado se divide en dos grandes dimensiones:
“Yo en el mundo” y “Yo para con el mundo”.
Durante este proceso reconoceremos los paradigmas educativos, formas de relación entre los seres, alternativas y prácticas que promueven paradigmas que apunten hacia una racionalidad de afectividad ambiental.
Con esto desarrollaremos la capacidad, adquiriremos conocimientos y fortaleceremos la habilidad de potenciar el aprendizaje como educadores ambientales.
Foto tomada por: Lilian Galante.
Promover y crear las condiciones en el ámbito educativo para reflexionar y accionar hacia la regeneración de la vida.
PROPÓSITO DEL CURSO:
Desde la práctica educativa ambiental, buscamos generar conversaciones y cuestionamientos que faciliten que las personas dedicadas a la educación puedan re conocer y fortalecer sus capacidades, conocimientos, habilidades y actitudes para impulsar procesos hacia comunidades de aprendizaje para la vida.
La intención es fomentar la reflexión, prácticas y racionalidad ambiental en espacios y procesos educativos contextualizados al territorio, sensibles con personas conmovidas por el interés de estar NOS viviendo con una conciencia relevante sobre el impacto de nuestras acciones.
Foto tomada por: Lilian Galante.
Poder conocer herramientas, metodologías, pedagogías que nutran la moderación, suficiencia y cuidado entre las acciones propias y acciones de otros cuerpos.
¿QUÉ HABILIDADES VAS A DESARROLLAR?
- Pensamiento crítico y reflexivo.
- Sensibilidad y afectividad ambiental.
- Co- diseño de procesos hacia una educación ambiental.
- Capacidad para discernir pedagogías y formas de relación en la educación ambiental.
- Co – diseño de material didáctico, herramientas, técnicas, acciones y actividades hacia una educación ambiental en el territorio, para hacer aprender y reconocer las diferentes formas de interrelación que hay en los sistemas vivos.
- Aprendizaje auto dirigido.
- Empatía Ambiental: Seres tocándose en sus trayectorias vitales, en una ecología de inter – sensibilidades.
- Conectarnos sintonizarnos y entonarnos con la emocionalidad de un mundo vivo, sintiendo su emoción en nuestro cuerpo, una vez que aprendamos a prestar cuidado a una Tierra de la que somos parte.
Poder crear identificaciones en los procesos educativos capaces de reproducir constantemente la vida como pulsión.
BIO FACILITADOR(A):
Mtr. Daniel Hernández González del Castillo.
BREVE SEMBLANZA DE FACILITADOR(A):
Colabora siendo parte del proyecto “Por la Montaña”, Centro Experiencial en Agroecología y Regeneración. En el municipio de Zinacantán, Chiapas. Participa como Educador para la Sostenibilidad, en la maestría “Innovación Educativa para la Sostenibilidad” por parte de la Universidad del Medio Ambiente en Valle de Bravo.
Estudió la licenciatura en “Desarrollo del Capital Humano”, para después formarse a través de especialidades como “Musicoterapia” y “Formación de Formadores en Desarrollo Humano”, su experiencia y pasión por la Educación Ambiental se potenciaron colaborando en el “Centro de Formación para la Sustentabilidad – Moxviquil A.C.” siendo parte del equipo en Educación Socio Ambiental, ahí mismo se formó en la maestría “Educación y Comunicación Ambiental Participativa”.
La intención y atención están en co -crear comunidades de aprendizaje, procesos y espacios de reflexión – acción hacia comunidades que tengan como centro la vida, afectividad y empatía ambiental. Fomentar y fortalecer relaciones de cuidado.
¿DÓNDE Y CUÁNDO?
Presencial: 28 y 29 septiembre 2024 de 9 -17 h (16h)
Virtual a partir del 1 de octubre del 2024 al 25 de marzo 2025
Todos los martes 2h a la semana (6 a 8 pm) y prácticas entre semana.
TOTAL DE HORAS: 90
¡Te esperamos para construir otros horizontes posibles!
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Educación en remoto, ¿para la sostenibilidad?
Escrito por Ana Lorena Anguiano Suárez del Real, estudiante de la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad.
En mis últimos años laborales me he dedicado a la gestión de proyectos de diseño educativo para una modalidad virtual; sin embargo, durante toda mi vida previa me había visto enfocada en trabajo educativo socioambiental. Mi inquietud parte de la pregunta: ¿Cómo encontrar los puntos de encuentro entre ambas?
Aunque pareciera que ambas parten de enfoques y posibilidades educativas distintas, creo en la idea de no deshacernos de las invenciones que ha creado el ser humano para sí, sino tocar las bases educativas para regenerar y reconstruir el modelo, de manera que se favorezca el buen vivir de los ecosistemas.
Foto tomada por: Lilian Galante
El don de la educación
Delors, en el Informe de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI, hace mención de que “la educación es todo lo que la humanidad ha aprendido sobre sí misma” (1996, pág. 36).
Pareciese un gesto de metacognición de la humanidad, donde el propósito y la función de la educación se vuelve la transmisión de aquello que, como humanidad, queremos que perdure.
Asimismo, quiero partir de concebir a la educación como un don: un regalo del conocimiento sobre la vida y donde el verbo educar es relación entre seres humanos y el ente de aprendizaje.
Hemos de reconocer que nuestro contexto capitalista (donde se busca ganar-ganar, o solo ganar bajo la crueldad), la educación se ha construido bajo una dinámica de rectitud de lo que debemos ser como humanidad: el cumplimiento de metas y la adquisición de habilidades para la producción (Berlanga Gallardo, 2024).
Invisibilizando aquellos valores culturalmente catalogados como “femeninos”: aquellos basados en el cuidado, la ternura, y la naturaleza (Herrero López, 2013); aprendizajes de la humanidad que requerimos y también deseamos que perduren, aunque, como humanidad, pareciese que no hemos encontrado el tiempo para ello.
El ser humano no solo posee pensamientos y acciones para estar siendo en el mundo, sino también emociones que se sienten en el cuerpo. Unas de ellas son la curiosidad, la inquietud, y la “digna rabia”, aquellas emociones que surgen cuando nuestra racionalidad nos indica que algo necesita cambiar, la imaginación desata imágenes, y surge la idea de lo nuevo: de innovar.
Foto tomada por: Lilian Galante
La educación a distancia, por ejemplo, surgió con la inquietud de llevar la enseñanza a espacios marginados socialmente.
Así como mencionaba Donella Meadows en su escrito “Dancing with System” (2001): prestar atención a lo importante (tal como el encuentro, el afecto, el cuidado, el querer estar presente, la vida), no solo a lo cuantificable; y aferrarse al objetivo de la bondad.
Peter Senge (2014) también hacía hincapié en esto último, pues al intentar hacer un bien a una parte del sistema, como el sistema educativo, a veces no nos damos cuenta de que se perjudica de alguna forma; sin embargo, la inquietud del ser humano por hacer el bien, persiste, aunque falte practicar la cosmovisión de ser parte del mismo mundo, de la naturaleza.
Educación en remoto
Si bien la tecnología ha sido un acierto desde la invención de instrumentos para facilitarnos la vida en la prehistoria, es vital que su posición ética parta desde la inquietud común por mejorar nuestro sistema y relaciones.
La educación en remoto es criticada debido a la ruptura del encuentro presencial y tangible, algo sumamente valioso para la educación en la sostenibilidad; sin embargo, dando el beneficio de la duda (del “quizá”), quisiera que exploremos la mirada a lo que sí sucede o puede suceder en favor de la sostenibilidad en los sistemas de educación en remoto.
En la dinámica de este modelo, existen tres categorías: a distancia, virtual y en línea.
El e-learning o educación virtual se ha entendido como aquellos procesos de aprendizaje soportados en medios tecnológicos de manera asincrónica (Hernández Sellés & Alcoba González, 2014, pág. 127), siendo sucesor de la educación a distancia en la que las y los estudiantes no requieren asistir presencialmente a clases ni internet, pero se comparte el conocimiento por medio del correo postal con guías de aprendizaje, libros, radio, televisión o teléfono.
Por otro lado, la educación en línea u online es aquella que posee la característica de la sincronicidad y la retroalimentación en tiempo real con las y los profesores por medio de medios electrónicos (Ibáñez, 2020).
Así como se mencionaba anteriormente, vale la pena reconocer que esta dinámica educativa de los seres humanos surge a partir de la estrategia educativa de querer incrementar el flujo de alfabetización, aumentar la cantidad de matrícula educativa con los conocimientos para leer, escribir, o alguna formación técnica, disminuyendo el analfabetismo y representando menor inversión para la infraestructura de los sistemas educativos.
Entre las bondades de los avances tecnológicos encontramos que puedan ayudar a cerrar la brecha de accesibilidad ante capacidades diferentes, mostrar la diversidad cultural, ser implementada en entornos de violencia y guerra y alcanzar a más población con solo tener un dispositivo móvil y acceso a internet (o incluso sin él).
Sin embargo, también es cierto que pueden existir limitantes económicas, geográficas, culturales o de género que les impidan acceder a un dispositivo (Vilchis, 2023). Además, el nivel cognitivo de aprendizaje (Bloom, 1956) con el que se diseñen las estrategias pedagógicas, debe estar ligado los alcances reales que se pueden alcanzar en modalidad remota.
Con respecto a la relación pedagógica y estrategia de aprendizaje, si bien es cierto que la presencialidad y vínculo afectivo es mucho más tangible y con un flujo más constante en la presencialidad, hay que reconocer que la educación en remoto no es una propuesta que vaya a resolver la totalidad de todos los problemas de nuestro sistema con respecto al bienestar biosocial y donde la educación es vital.
Sin embargo, sí puede contribuir a la sostenibilidad de este por medio de comunidades dialógicas, causando el compartir las experiencias de aprendizaje (Larrosa, 2006) y de colaboración intersectorial (Alattore, 2016), un vínculo afectivo aún en la distancia y virtualidad, y ayuden a disminuir el flujo de la deserción escolar en zonas socialmente marginadas, favoreciendo el mantenimiento del bienestar social.
Foto tomada por: Lilian Galante
Conclusión
La educación en remoto puede estar inmersa en la dinámica del capitalismo verde (sostenibilidad débil) si se queda desde la búsqueda de aumentar el alcance poblacional y disminuir el de inversión y gastos al respecto del sistema educativo. Sin embargo, al tomar a la educación como encuentro, don, cuidado, cuerpo, y afectividad ambiental, la tecnología e innovaciones humanas pueden y deben causar y facilitar el cumplimiento de logros comunes.
Referencias
Alattore, G. M. (2016). Para construir lo común entre los diferentes. Guía para la colaboración intersectorial hacia la sustentabilidad. México: Editora Periodística y Análisis de Contenidos.
Arnstein, S. R. (1969). A ladder of citizen participation. Journal of the American Institute of Planners, 35(4), 216-224. doi:https://doi.org/10.1080/01944366908977225
Berlanga Gallardo, B. (2024). Inclinaciones. Contra la rectitud en la pedagogía. Una lectura pedagógica de la idea de «inclinaciones» de Adriana Cavarero. Obtenido de UNIVERSIDAD CAMPESINA INDÍGENA EN RED / CENTRO DE ESTUDIOS PARA EL DESARROLLO RURAL.
Bloom, B. (1956). Taxonomy of educational objectives: The classification of educational goals: Handbook I, cognitive domain. Nueva York: Longmans, Green.
Delors, J. (1996). La educación encierra un tesoro. UNESCO. Santillana. Obtenido de http://innovacioneducativa.uaem.mx:8080/innovacioneducativa/web/Documentos/educacion_tesoro.pdf
Hernández Sellés, N., & Alcoba González, J. (2014). E-learning y gestión del conocimiento. Buenos Aires: Miño y Dávila.
Herrero López, Y. (2013). Miradas ecofeministas para transitar a un mundo justo y sostenible. Revista de Economía Crítica(16), 278-307.
Ibáñez, F. (20 de noviembre de 2020). Educación en línea, Virtual, a Distancia y Remota de Emergencia, ¿cuáles son sus características y diferencias? Obtenido de Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación. Tecnológico de Monterrey: https://observatorio.tec.mx/edu-news/diferencias-educacion-online-virtual-a-distancia-remota/
Larrosa, J. (2006). Sobre la experiencia. Aloma. Revista de Psicologia i Ciències de l’Educació(19), 87-112.
Meadows, D. (2001). Dancing with Systems. Obtenido de https://www.15-15-15.org/webzine/2019/02/03/bailar-con-sistemas/
Senge, P. (2014). Systems Thinking for a Better World. Finlandia: Aalto University. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=0QtQqZ6Q5-o
UNESCO. (2012). Educación para el desarrollo sostenible.
Vilchis, N. (24 de febrero de 2023). La tecnología como facilitador de inclusión educativa. Obtenido de Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación. Tecnológico de Monterrey: https://observatorio.tec.mx/edu-news/inclusion-educativa-con-tecnologia/
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Re-pensando la Sostenibilidad
Ilustración 1. Fuente: Permea Holística
Escrito por Patricia Figueroa Garduño, estudiante de la Maestría en Administración de Empresas Socioambientales (Green MBA) y Lina Marcela Enriquez, estudiante de la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”
Imaginemos un mundo en el que lxs humanos no estemos atados a un sistema que nos obligue a producir capital.
En donde simplemente existimos siendo parte de la naturaleza y sus ciclos. Respetando a la madre naturaleza y siendo agradecides de todo lo que nos provee; tanto cuidados, como alimentos y espacios para desarrollarnos plenamente. Tristemente no nos encontramos en esa utopía y estamos en busca de un futuro “sostenible” para poder seguir habitando este planeta.
En el año de 1987, se menciona por primera vez el término de sostenibilidad o desarrollo sustentable en el informe “Nuestro Futuro Común” de la Dra. Brundtland y se refiere a que las generaciones presentes debemos satisfacer nuestras necesidades con los recursos actuales sin tener que utilizar aquellos de las generaciones futuras (Larrouyet, 2015).
Pero, ¿cómo es que un término nacido a finales de los años ochenta sigue sin poder concretarse y pareciera que todo va de mal en peor? ¿Acaso la visión eurocentrista del término está afectando el camino para materializarlo? Analizaremos el término sostenibilidad y el modo en que se ha llevado a cabo a través de varias perspectivas.
Concepto de sostenibilidad.
El concepto de sostenibilidad puede tener diferentes matices dependiendo del contexto desde el cual se desarrolla. Para algunes el término va de la mano con la posibilidad de prevalecer en el planeta para siempre y que esa sea nuestra realidad, aunque no la hayamos llegado a conocer todavía (Ehrenfeld, 2008). Y para otres, es necesario repensar la mirada desde dónde se proponen las acciones sostenibles y si no replican conductas dominantes y patriarcales. (Herrero, 2013). Lo cual lleva a basarnos en la ética tomando en cuenta las corrientes feministas e indígenas.
La tierra siempre ha sido un elemento femenino el cual ha sido víctima de las sociedades patriarcales al explotar, juzgar su apariencia, maltratar y replicar muchas violencias sobre ella. Darnos cuenta en primera instancia de estos actos nos permitirá reevaluar lo que en verdad estamos buscando con el término sostenibilidad. ¿Simplemente queremos que existan recursos disponibles para las futuras generaciones? o más bien lo que estamos buscando es cuestionarnos acerca del pensamiento humano que tenemos acerca de la tierra, para poder así dignificarla, comprenderla, procurarla y así establecer un término más concreto acerca de la sostenibilidad.
De acuerdo con Ehnrenfeld, se necesitan tres conceptos clave llevados a cabo al mismo tiempo para lograr la sostenibilidad: el sentido humano, el natural y el ético. No podemos apoyarnos sólo en regenerar los sistemas naturales por más pensamientos éticos, feministas e indígenas que utilicemos si se ignora el factor humano y se explotan a les trabajadores bajo condiciones deplorables y empleos indignos; si se continúa con la extracción de recursos de países subdesarrollados para generar ganancias a países con alto desarrollo.
Así mismo, es importante denotar aquí que el término de sustentabilidad, este nos lleva a una nueva comprensión del mundo, a una nueva alianza entre la naturaleza y la cultura, fundando así otra económica, re-orientación de la ciencia, tecnología y cultura política, a pensarnos en la construcción de otros mundos posibles, desde lo global y lo local. Por ello es tan importante una ética ambiental, para orientar los procesos y los comportamientos sociales hacia un futuro justo y sustentable, pues: “para todes, todo” (Ambiente & Sociedades, 2022).
Ilustración 1 . Fuente: Permea Holística
Dejemos el discurso de sostenibilidad de las élites blancas.
Sin embargo, es imperativo dejar el discurso de sostenibilidad de las élites blancas, simplemente será una “máscara verde” para ellas y no podríamos avanzar en comunidad todos los países y todas las personas para llegar a la utopía sostenible.
Por lo anterior, es tan importante el reconocimiento de los saberes ancestrales, locales y populares, de recuperar el conocimiento valorativo, el valor de la vida como seres humanos naturales y sociales, de todas las formas de vida, de darnos la oportunidad de sentipensarnos como un ecosistema vivo para afrontar como humanidad esta crisis ambiental, esta crisis civilizatoria (Ambiente & Sociedades, 2022).
De hecho, Arturo Escobar (2014) nos invita a analizar la sustentabilidad desde una noción profunda, que vaya mucho
más allá de “lo económico y lo cultural para incorporar lo epistémico y lo ontológico. Una versión fuerte de la sustentabilidad tendrá que ser descolonizadora en lo epistémico, liberadora en lo económico y lo social y despatriarcalizante; además, tendrá que proponerse construir alternativas al “desarrollo” desde perspectivas que: alberguen lo comunal, tanto como lo individual”. Puesto que no podemos seguir reproduciendo un capitalismo verde.
Un ejemplo de lo anteriormente nombrado es la ganancia de dinero de las empresas suizas con el café colombiano, es la evidencia que el sistema económico es un sistema de muerte, explotación, colonialismo y eurocentrismo, ya que, al no tener la cadena de producción y distribución, la maquinaria, las multinacionales aprovechan para comprar el café más económico y les caficultores no ganan ni el 10% de lo que realmente se compra en el mercado, es un monopolio extractivista (Ángel, 2021).
Sin embargo, diferimos en el video y sobre todo desde mi perspectiva colombiana; Juan Valdez en el territorio colombiano es un explotador de les caficultores, puesto que sin la firma de esta entidad ningún caficultor puede exportar, además Juan Valdez compra el café por debajo del precio, enriqueciendo solamente a unos pocos. Entonces, no importa la nacionalidad de la empresa, ni el país a quien le compre, es la necesidad de explotar el territorio y a las personas solamente por poder y dinero.
Siendo así, la pregunta aquí es ¿Qué hacer frente a este panorama tan desconsolador?
Ilustración 2. Fuente: Permea Holística
Tal como nos platea María Mies:
“La mayoría de las personas esperan que la ciencia y la tecnología aporten soluciones para estos dilemas, en vez de adoptar medidas para empezar a limitar su propio consumo y su patrón de producción” (Mies & Shiva, 1993).
Es por ello la importancia de interiorizar aquella frase: “lo personal es político y lo político es personal”, pues no podemos seguir dejando la responsabilidad en la otredad sobre la crisis civilizatoria ambiental, sobre el futuro de todas las formas de vida, del planeta.
Debemos de poner la vida en el centro de los proyectos, planes, actividades tanto personales y colectivos, además de hacer un cambio de paradigma donde dignifiquemos la vida misma, fomentando el tejido social para hacer resistencia a un sistema de muerte.
Sentipensares finales.
Se ha demostrado que las mujeres somos quienes cuidamos la tierra en un sentido más profundo de la vida, que nos organizamos en su defensa y protección, así mismo se une a esta visión la articulación entre la mujer como dadora de vida y la naturaleza como madre tierra – creadora de vida.
Consideramos que se debe de reflexionar la importancia de la perspectiva de género en los procesos socio-ambientales, desde una educación contextualizada, que fomente el cambio de paradigma ayudando a cambiar las conductas y representaciones sociales, apostándole cada vez más a cerrar las brechas sociales fomentando un estilo de vida ecológicamente sostenible y socialmente justo.
Además de incorporar la economía feminista o economía del cuidado para visibilizar lo ignorado e incluir lo excluido en el análisis de las actividades productivas y reproductivas de las mujeres, esenciales para lograr la sustentabilidad de la vida (Llanque et al., 2018).
A través de formar comunidades de aprendizaje informales en los espacios educativos formales – además de fortalecer la gobernanza y gobernabilidad de los territorios- dado que la defensa, conservación y protección de la tierra es cuestión de todes. Es como creemos que sería un cambio adecuado en los contextos de América Latina.
Como maestrantes, tanto en innovación educativa para la sostenibilidad, como en administración de empresas socioambientales el reto está en fomentar una educación emancipadora, que promueva el cambio de paradigma, desde una práctica docente que permitan espacios de diálogo, debate y co-construcción del conocimiento desde un posicionamiento político de la vida, pues, esto permite sentipensarnos la educación desde otras formas de concebir el mundo, fomentando una educación emancipadora.
Así mismo desde la creación de empresas socioambientales, reconstruir la manera en que se rigen los negocios evitando replicar conductas violentas del capitalismo patriarcal que a la vez no explota los recursos naturales y humanos para un beneficio propio y optar por un sistema colectivo horizontal de trabajo, es toda una aventura que estoy dispuesta a cruzar y compartir, aprovechando los privilegios que me soportan y así se posibiliten la construcción de otros mundos posibles.
Finalmente, aquí dejamos plasmadas nuestras utopías, nuestras formas de relacionarnos con el mundo, nuestras formas de concebir la vida, pues, somos seres sentipensantes con la tierra, en donde nos cuestionamos nuestra propia existencia no solo desde nuestro ámbito académico, sino en nuestra cotidianidad, en la forma en que nos relacionamos con el entorno, en la coherencia entre nuestro pensamiento y acción, en ser mujeres que trabajan por un mundo más justo, equitativo, incluyente, sustentable y amoroso, desde aquella ternura radical que implica habitar el mundo desde otros horizontes.
Referencias bibliográficas
Ambiente & Sociedades. (2022, Mayo 4). Manifiesto por la vida. Por una ética para la Sustentabilidad. Gobierno de México. Retrieved Marzo 24, 2024, from https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/598370/13-Manifiesto_por_la_vida.pdf
Ángel, J. G. (2021, Septiembre 25). Suiza gana más dinero con el café que Colombia.
¿Cómo es posible? YouTube. Retrieved Marzo 24, 2024, from https://www.youtube.com/watch?v=LRmCnQXO1Xw
Ehrenfeld, J. R. (2008). Sustainability by Design. A Subversive Strategy for Transforming Our Costumer Culture.
Escobar, A. (2014). Sentipensar con la Tierra. Nuevas lecturas sobre el desarrollo, territorio y diferencia. https://biblioteca.clacso.edu.ar/Colombia/escpos-
unaula/20170802050253/pdf_460.pdf
Herrero, Y. (2013). Miradas Ecofeministas para transitar a un mundo justo y sostenible. FUHEM.
Larrouyet, M. C. (2015, agosto). Desarrollo sustentable: origen, evolución y su implementación para el cuidado del planeta. Universidad Nacional de Quilmes. Retrieved Marzo 21, 2024, from https://ridaa.unq.edu.ar/bitstream/handle/20.500.11807/154/TFI_2015_larrouyet_003.pdf?seq
Llanque, A., Dorrego, A., Coztanzo, G., Elías, B., & Catacora-Vargas, G. (2018).
Mujeres, trabajo de cuidado y agroecología: hacia la sustentabilidad de la vida a partir de experiencias en diferentes eco-regiones de Bolivia.
Mies, M., & Shiva, V. (1993). Ecofeminismo: Teoría, crítica y perspectivas.
ECOFEMINISMO. Retrieved Marzo 24, 2024, from https://traficantes.net/sites/default/files/pdfs/9788498886924.pdf
Permea Holística. (2022, Junio 05). Sentipensar como un ecosistema para afrontar la crisis ambiental. Instagram. Retrieved Marzo 24, 2024, from https://www.instagram.com/permea_holistica?igsh=NmRsNTZxNGdqbmFj
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Reflexiones de cierre de primer semestre de una estudiante de MIES
Ella es doña Tila del Carmen, de una población rural en Tabasco, la conocí una mañana calurosa de octubre 2022, recuerdo verla entrar a la pequeña biblioteca pública que nos prestaron para realizar la graduación de nuestro primer grupo en el estado del programa de formación emprendedora Comienza tu Negocio de Pro Mujer, entró con paso seguro, muy guapa, peinado de salón, tacón alto, en ese vestido vino que la hacía ver excelsa, de inmediato le pregunté a Yaneth, mi facilitadora estatal: “quién es esa señora”, a lo que respondió, en ese tono típico de las tabasqueñas: “Ah es doña Tila, una de las emprendedoras, es la ganadora del reconocimiento al mayor puntaje mire, le voy a mostrar su foto de cómo llegó al lanzamiento (foto del ANTES)… no se la va a creer!!! Es nuestro mejor caso de éxito”, me dijo con una gran sonrisa. Y efectivamente al ver la foto, no lo creía.
Pero lo más mágico estaba por suceder. Al terminar la graduación doña Tila se acercó a mí para decirme: “Doña Yaneth me dijo que usted creó este curso, y yo quería agradecerle mucho, porque lo que me enseñaron cambió mi vida, antes yo estaba deprimida, no le veía sentido a nada, en el negocio yo dejaba que mi esposo decidiera todo.
Con el curso me di cuenta de todo lo que puedo lograr, de todo lo que valgo, ahora sé que soy una emprendedora, y hasta yo le digo qué hacer a mi esposo, aunque no le guste, ya salgo de la casa, y me dan ganas de arreglarme, hablo con los clientes y los proveedores, ahora hago muchas cosas que quiero hacer…” En resumen, es lo que dijo doña Tila y como pueden ver en las fotos su cambio, después de completar un programa de 5 semanas, era radical.
Hace unos años, tuve la oportunidad de conectar por segunda vez con un propósito mayor de vida, y a partir de ese momento dedicarme a diseñar e implementar programas de formación que contribuyen a fortalecer habilidades y transformar la vida de miles de mujeres latinoamericanas como Doña Tila.
Este propósito me ha llevado a buscar de forma constante herramientas, conocimientos y personas que me permitan cumplirlo de mejor manera, lo que me trajo a la UMA a estudiar esta la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad.
Foto: Fabiola Pascual
Si bien esta maestría me parece única en su tipo, y estoy muy agradecida de tener la oportunidad de ser parte de esta comunidad que me ha brindado tanto en lo profesional y lo personal en tan poco tiempo, también reconozco que este primer semestre fue más que retador; no sólo por tener que encontrar formas de acomodar todas mis nuevas actividades en una agenda muy apretada, además tener que hacerlo desde lo esencial, pero principalmente porque todo lo aprendido me retó a revisar la forma en que he diseñado mis programas de formación para el empoderamiento de las mujeres los últimos 10 años, llevándome incluso a cuestionarme si era correcto el término de empoderamiento, que analicé en mi trabajo final integrador, hasta cuestionarme cuál es mi verdadero rol en ese proceso.
Durante una asesoría con uno de mis profesores, me dijo una frase que ha cambiado para siempre mi labor profesional, refiriéndose a las mujeres para las que y con las que trabajo, parafraseando fue algo como:
“No las hagas objeto de tus metodologías, hazlas sujetas de sus procesos de aprendizaje”.
Creo que esa frase resume muy bien lo que este primer semestre ha representado para mí; un re pensar de mi agencia de cambio socioambiental, una nueva visión de cómo articular mi propósito de vida, nuevas formas de ver la innovación educativa, y un nuevo posicionamiento de mi rol como diseñadora de procesos de formación que pone realmente a las mujeres al centro de todo su proceso de aprendizaje.
El resumen de mis aprendizajes de los últimos seis meses hace resonancia con una definición de liderazgo que aprendí con un profesor de Harvard que dice:
“El liderazgo es aceptar la responsabilidad de habilitar a otras personas para lograr un propósito compartido en condiciones de incertidumbre.” (Marshall Ganz, 2022).
Que a su vez se alinea muy bien con el eje de agencia de cambio que es un valor agregado de esta universidad en toda su oferta educativa.
Lo que quiero decir con todo esto es que este primer semestre me ha hecho reflexionar sobre el rol de la educación en los procesos de fortalecimiento del liderazgo y la agencia de cambio de las mujeres latinoamericanas.
Organizaciones con las que trabajo se encuentran siempre en la urgencia de bajar fondos para llevar programas de empoderamiento de mujeres a todos los rincones del continente, por supuesto con la mejor de las intenciones, pero son iniciativas donde las mujeres siguen siendo objeto de esos programas; y aunque se reconoce la necesidad de empezar a trabajar más a nivel habilidades que fortalezcan la agencia, el liderazgo, la autoestima y la autonomía, siempre terminamos “dirigiendo” a las mujeres a lo que “creemos” es mejor para ellas.
Por eso espacios educativos como la UMA, que facilitan estos procesos de reflexión son tan valiosos y necesarios si realmente queremos empezar a cambiar la forma en que educamos y formamos a la niñez, juventudes, mujeres y hombres, con procesos realmente innovadores donde son sujetos y no objetos, centrados en fortalecer la agencia de cambio socioambiental.
Y esto es sólo el primer semestre, no puedo esperar a las reflexiones que traigan los siguientes tres.
Foto: UMA generación 2024
Escrito por: Mtra Cynthia Jaramillo Carvallo
Estudiante de la Maestría en Innovación educativa para la sostenibilidad 2024
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Brecha de género en 2024: Un panorama desalentador con un rayo de esperanza en la educación
Escrito por Mtra. Cynthia Jaramillo Carvallo estudiante de la maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad.
El Foro Económico Mundial (FEM) publicó hace unos días su informe anual sobre la Brecha de Género 2024, donde se analizan las diferencias existentes entre hombres y mujeres en 146 países. Los datos son desalentadores, con un mínimo avance de 0.1% global de 68.5% a 68.6%, a este ritmo serán necesarios 134 años para alcanzar la paridad de género.
Destacan algunos países Latinoamericanos con avances significativos cerrando sus brechas de género, lo que les llevó a avanzar 20 lugares o más, como fue el caso de Ecuador que se colocó en el lugar 16 avanzando 34 puestos, y Guatemala que avanzó 24 lugares para colocarse en el puesto 93 del ranking de este año.
Asimismo, entre las economías que más retrocedieron a nivel mundial, representando a América Latina está El Salvador, que cayó 28 lugares para ubicarse en el puesto 96 del ranking. Por su parte México se mantuvo en la posición 33 sin cambios.
Como región América Latina y el Caribe ocupan el tercer sitio de ocho con 74.2% en el puntaje de paridad de género, después de Europa (75%) y América del Norte (74,8%).
Desigualdades persistentes en América Latina
El informe del FEM destaca que, si bien hay avances en la región, como una mayor participación política, con un 34% tiene el segundo puntaje más alto en empoderamiento político; y el 33% de los puestos directivos en empresas son ocupados por mujeres, superando el promedio mundial del 27%; por otro lado, las mayores brechas de género en América Latina se encuentran en los ámbitos de la participación económica y la oportunidad laboral.
Las mujeres de la región tienen menos probabilidades que los hombres de estar en la fuerza laboral, y cuando lo están, ganan menos por el mismo trabajo. Además, ocupan menos puestos de liderazgo y son más propensas a trabajar en sectores informales y precarios.
De esta manera, entre los grandes desafíos pendientes de la región de los que da cuenta el informe se menciona en primer lugar la violencia contra la mujer, siendo Latinoamérica una de las regiones con mayor prevalencia de feminicidios. En segundo lugar se menciona la desigualdad en el mercado laboral, las mujeres en la región siguen estando subrepresentadas en sectores clave como la tecnología, la ciencia y la ingeniería; y relacionado con este punto un desafío muy preocupante es la brecha educativa, aunque las tasas de alfabetización entre hombres y mujeres se han acercado, las niñas y mujeres jóvenes latinas aún tienen menos probabilidades de completar estudios superiores.
México: Un caso de estudio
México, ha logrado avances en algunos indicadores, como la participación política y la reducción de la brecha salarial en un 4% en el último año, pero las brechas de género en el ámbito económico son particularmente pronunciadas. Las mujeres mexicanas ganan en promedio un 23% menos que los hombres por el mismo trabajo, y solo ocupan el 34% de los puestos de liderazgo en las empresas. Además, la tasa de participación laboral femenina es del 43%, frente al 72% de los hombres.
Solo el 36% de las mujeres en edad laboral están activas en el mercado formal. Además, la violencia de género se ha incrementado, 10 mujeres son asesinadas al día por razones de género.
La educación como herramienta para el cambio
A pesar del panorama desalentador, el informe del FEM también ofrece un rayo de esperanza: la educación. El estudio encontró que los países con mayor nivel educativo tienen menores brechas de género.
En América Latina, la brecha de género en educación se ha cerrado significativamente en los últimos años, sin embargo, aún queda mucho por hacer. Las niñas y las mujeres siguen enfrentando desafíos para acceder a una educación de calidad, especialmente en zonas rurales y comunidades indígenas.
Invertir en la educación de las niñas y las mujeres es fundamental para cerrar la brecha de género y construir un futuro más justo e inclusivo. La educación empodera a las mujeres, les permite desarrollar su potencial y les brinda las herramientas necesarias para participar plenamente en la sociedad y la economía.
Foto: Verónica Martínez
Un llamado a la acción
Gobiernos, empresas y la sociedad civil deben trabajar juntos para garantizar que todas las niñas y las mujeres tengan acceso a una educación de calidad. Esto incluye:
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Eliminar las barreras que impiden que las niñas y las mujeres asistan a la escuela, como la pobreza, la discriminación de género y la violencia.
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Invertir en la formación de docentes de calidad, especialmente en áreas donde hay escasez, como las zonas rurales y las comunidades indígenas.
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Promover programas de educación STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) para niñas y mujeres, para que puedan desarrollar las habilidades necesarias para tener éxito en la economía del siglo XXI.
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Fomentar la educación no formal y la capacitación laboral para mujeres, para que puedan adquirir las habilidades que necesitan para ingresar al mercado laboral y obtener mejores empleos.
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La educación es la clave para cerrar la brecha de género y construir un mundo más equitativo y próspero para todos. Invertir en la educación de las niñas y las mujeres es una inversión en el futuro de nuestras sociedades.
Fuente: Informe sobre la Brecha de Género del Foro Económico Mundial 2024: https://www.weforum.org/publications/global-gender-gap-report-2024/digest/
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¿Cómo nos sentimos en la UMA?
Manifiesto sobre cómo nos sentimos:
Somos mujeres del mundo en la UMA y el día domingo 14 de abril del 2024, nos reunimos para contar nuestros sentipensares.
Nos encontramos bajo la sombra de un árbol de durazno en donde pausamos nuestra vida diaria para tomar un respiro, nombrar y darle sentido a lo que nos mueve.
Rodeadas de la naturaleza, entre las montañas, nos encontramos en un espacio de comunicación con le otre, abiertas a la escucha y la convivencia.
Si bien podemos percibir cansancio en nuestros cuerpos que nos lleva a una introspección y a cuestionarnos, nos permitimos reconectar, poniendo atención a los sentimientos con calidez y permitirnos indignarnos en la ternura y amabilidad, aceptar la confusión y la tristeza.
Todo este fluir de sentipensares es lo que le da significado a la convivencia.
Aunque alguna pueda sentirse perdida, estamos aquí para sostenernos y seguir viviendo.
Construcción colectiva: Mujeres de la maestría en innovación educativa para la sostenibilidad y maestría en proyectos socioambientales
Leo, escucho y siento a mis compañeras respondiendo a ¿Cómo nos sentimos?, pregunta amplia, con mucho valor y que quiero compartirla, sumando mi sentir al de mis compañeras.
La UMA es un espacio que nos permite conectar desde distintas dimensiones, desde la individualidad hasta la colectividad, desde el conocimiento hasta la experiencia, desde la escucha activa hasta el diálogo abierto y plural, desde el cuestionamiento hasta la reflexión, desde el interior hasta el exterior.
Todas estas dimensiones nos permiten conectar personalmente, con la comunidad y con el entorno, desde esta conexión surgen sensaciones y sentimientos que afloran y que buscan el camino del diálogo, la exploración y la acción.
Estas emociones me llevan a la imagen mental que transmiten las Mujeres de la maestría en innovación educativa para la sostenibilidad y de la maestría en proyectos socioambientales, al observarlas reunidas junto al árbol de durazno, rodeadas de las montañas y la naturaleza, conversando, conectando con sus sentimientos a través de la pausa, expresándolos y compartiendo las resonancias.
Encuentro el valor en esa pausa, ese momento de respiro que están tomando, que me atrae por lo valioso de hacerla y permitirse acompañarla de la introspección y el diálogo. La UMA es un ambiente donde esas pausas en nuestra vida cotidiana son posibles, pausas de horas, pausas de días, que nos extraen de la prisa del deber ser, y nos permiten otra perspectiva para enriquecer la visión, la reflexión, el conocimiento y sobre todo la acción.
Conecto también con el cansancio que mencionan porque es real, existe en cada unidad temática, pero es un cansancio lleno de satisfacción y entusiasmo de estar en el camino de la acción colectiva por esta gran necesidad de sumar a la Sostenibilidad desde cualquiera de nuestras áreas de desarrollo.
Siento el potencial de la palabra sostener, que comparten, ya que es una palabra muy poderosa per se y en este contexto en donde estamos juntas, en un proceso muy profundo personal y profesional, sabernos y sentirnos sostenidas es fundamental para seguir avanzando tanto individual como colectivamente.
La imagen mental que me llega al leerlas es una red tejida con lazos naturales, espontáneos y fuertes, surgidos de la esencia de cada una y que contiene de forma amorosa a todas, mostrando, lo que para mi es lo más importante, que es ese vínculo que se ha venido formando en el encuentro, en el diálogo, en la escucha, que nos ha llevado a una unión muy valiosa y significativa para cada una de nosotras y para nuestra comunidad educativa. Unión personal y unión en la inquietud, necesidad y motivación de co-diseñar estos nuevos caminos sostenibles para nosotras y nuestra comunidad.
Resueno con la contención, el vínculo y los lazos que en las relaciones personales podemos llegar a tejer, a través de la disposición, de la apertura, de la presencia del diálogo, del encuentro con otro ser y del enriquecimiento de la experiencia gracias a reconocer a la otra persona, la colectividad y la diversidad.
Observo esa contención fundamentada en la escucha activa que sumada a la mirada apreciativa me permiten encontrar en cada diálogo, cada sesión, cada aportación, un aprendizaje auténtico y útil en mi persona y en mi área de influencia.
Todas estas resonancias me llevan a conectar conmigo hace unos meses cuando estaba decidiendo tomar la maestría en la UMA, a esos momentos de duda sobre si era el momento adecuado o no, de preocupación sobre el costo de la maestría y de los viajes para poder tomarla, de incertidumbre sobre la carga de trabajo que se añadiría durante los siguientes dos años y medio, de tristeza por tener que separarme de mi familia, de emoción por encontrar justo lo que quería y que fuera en un espacio de tan grande conexión con la tierra como es la UMA.
Desde toda esta mezcla de profundos sentimientos, me transporta de regreso al ahora, siendo parte de este tejido de unión y de soporte, formando este profundo vínculo de apoyo y contención, encontrando el conocimiento, la reflexión, los aprendizajes, conectando auténticamente con la confusión y la tristeza, al lado del árbol de durazno, rodeadas de montañas.
Finalmente, este manifiesto me produce un profundo agradecimiento a mi decisión, a mi red de apoyo, a todo lo que hace posible que yo pueda estar en este espacio, a la energía que unió a seres tan especiales como lo son cada una de las personas de la UMA, al tiempo perfecto que nos ha hecho coincidir, a los saberes e intercambios que me hacen reflexionar, desaprender, aprender, cambiar, crear y fortalecer mi visión, mis creencias, mis pensamientos, mis conocimientos, mis sentimientos y mis acciones, a las experiencias que estamos viviendo desde la transparencia de nuestra esencia, a los cuestionamientos, dudas, lágrimas, enojos, indignaciones, diferencias y coincidencias, a la comida, al bosque, al lago, a los ailes…
Hoy estoy en la UMA y puedo decir que me siento plena en comunidad, muy motivada porque soy parte de este tejido de experiencias, conocimientos, diálogos y reflexiones, de las cuales está surgiendo el co-diseño de nuestro camino enfocado en cultivar de forma regenerativa la acción justa, equitativa y diversa para contribuir al bienestar integral de los seres y del planeta.
“Hacer una pausa y pensar en las metáforas que nos están pensando”
Tonatiuh Kinich Guarneros
Muchas gracias por leer.
Cris Figueroa
Estudiante de la Maestría de Innovación Educativa para la Sostenibilidad
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¿Por qué estudio la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad?
Hola soy Cris, estoy empezando a estudiar la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad y estoy feliz de empezar a compartir este espacio con ustedes, para reflexionar juntos y juntas sobre los amplios, diversos e importantes caminos de la educación, por lo que será un honor para mí que me acompañen en este viaje de palabras con rumbo a la reflexión, ¡viajemos!
Y entonces ¿por qué estudio la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad?
De solo leerla me cautivó porque conjuga tres aspectos fundamentales de mi vida, educación, sostenibilidad e innovación, pero vamos uno a uno.
Empiezo por la educación, por la cual siempre he tenido una gran pasión, porque considero que es un camino repleto de posibilidades, un camino vivo y que se va trazando de la mano del educando, un camino abierto para la transformación y los encuentros, en donde hay mucha generosidad y se manifiesta de ida y vuelta, porque es recíproca, y esto hace que el camino de la educación sea ilimitado, por lo tanto podemos practicar la educación con todas las personas y en todos los espacios.
Aquí encuentro mi motivación más grande, la razón principal por la cual la educación es mi camino, la cual es una gran necesidad de ser la conexión entre este camino ilimitado de posibilidades de la educación y la inmensidad de seres humanos.
Otra motivación grande para mí en la educación es romper paradigmas, lograr desarrollar el potencial del conocimiento a través de la experiencia, del actuar, así como del respeto y el valor de la diversidad de las personas involucradas en un acto educativo, es poder crear espacios donde el acto educativo sea continuo y transversal, donde la dirección del conocimiento y del aprendizaje sea multilateral y considero que una de las formas importantes para lograrlo es la innovación.
Aquí quiero compartirte una definición de innovación de la Real Academia de la Lengua que dice: la innovación es creación o modificación de un producto, y su introducción en un mercado. Cambio, mejora, novedad, originalidad, invención, perfeccionamiento.
Como puedes ver tenemos un concepto de innovación muy apegado a la tecnología, pareciera que es exclusivo de este rubro y por lo tanto está limitado, pienso que en la apropiación de este concepto por la tecnología ha perdido su amplitud y su posibilidad de aplicación en cualquier otro ámbito.
Sin embargo, en una segunda definición menciona a la innovación en su carácter de cambio, de mejora, lo cual es muy valioso, porque muestra lo que es la innovación per se. Específicamente en la educación la innovación juega un papel fundamental para explorar nuevas posibilidades de enseñanza, de aprendizaje y de aplicación de estas, por lo que para mí ha sido atractiva esta conexión en la que encuentro un potencial muy valioso de desmitificación de la innovación y de desarrollo a la par con la educación, logrando así crecer la educación desde este vínculo continuo con la innovación, generando más caminos que surgen desde necesidades específicas que se crean en el momento de la unión de la innovación y la educación.
La sostenibilidad, gran concepto, amplio como su nombre, que contiene en sí otra gama ilimitada de posibilidades de acción para entender, cuidar, valorar y fomentar la conexión con nuestra naturaleza.
Esta conexión debe ser, en mi concepto, la aplicación de la sostenibilidad, empezando desde el principio, ya que la conexión comienza desde nuestro origen como parte integral de la naturaleza, en donde hemos desarrollado nuestra cultura, nuestra sociedad, una sociedad integrada con personas, cada una es el origen, desde este origen es que debemos manifestar este entendimiento, cuidado, valorando y conectando con nosotras mismas, con nuestra naturaleza.
Ya que una vez que logramos sostener, entender y respetar esta conexión consciente, logramos expandir las raíces de nuestro ser y desde ahí empezar a crear lazos y extenderlos a las personas y la naturaleza, lazos de respeto, de igualdad, de valor por la diversidad, lazos de cuidado y de amor, y así la sostenibilidad se hace presente desde la integralidad del ser humano, con conexión consigo mismo, con las personas, con la cultura, la vida en sociedad y con la naturaleza.
Cuando veo a la educación potenciada y expandida a través de la innovación y enfocada en el amplio y necesario ámbito de la sostenibilidad, encuentro una combinación muy valiosa y con posibilidades ilimitadas, que me lleva a cuestionarme sobre:
¿Cuáles son las acciones para poder aplicar este vasto potencial?
¿Cómo lo integro y aplico en mis áreas de desarrollo?
¿Cómo logro el vínculo con las personas para transmitirlo?
¿Es necesaria una metodología como guía?
¿Existe dicha metodología o yo la voy a crear?
¿Cómo logro desarrollar aún más potencial con otras disciplinas?
¿Qué otras prácticas educativas pueden sumar a este potencial?
¿Cómo logro que esta educación sea realmente inclusiva, diversa y al alcance de todas las personas?…
Ilimitadas preguntas que siguen y siguen empujándome más y más dentro de esta poderosa combinación de la Educación con la Innovación para la Sostenibilidad.
Dichas preguntas me llevan a reflexionar en el tiempo, el momento que estamos viviendo como sociedad, en el cual es urgente poder hacer y mantener cambios, es el momento.
Observo y siento una imperiosa necesidad de transformarnos como sociedad, de cambiar nuestra visión y nuestra acción, de impulsar y mantener los cambios sistémicos, esto a través de una educación enfocada en la regeneración continua mediante la innovación y con un compromiso real, auténtico en la aplicación de acciones sostenibles per se y sostenibles en el tiempo, acciones duraderas nos lleven a esta transformación continua con el propósito claro de desarrollar y hacer cambios reales que construyan hacia nuestro bienestar integral, de todos los seres y del planeta.
Esta ha sido mi motivación y la razón por la cual estoy iniciando este camino, que cada día se fundamenta más, toma más sentido y sobre todo más realidad, más aplicación, más acción.
Les seguiré compartiendo mis reflexiones al respecto, ya que, este viaje de palabras con rumbo a la reflexión, también forman parte de estas acciones. Al respecto les dejo una cita de Jorge Larrosa, en su texto sobre La experiencia, que habla sobre la experiencia de la lectura:
“Puede ayudarme a formar o transformar mi propia sensibilidad, a sentir por mí mismo, en primera persona, con mi propia sensibilidad, con mis propios sentimientos”
Muchas gracias por leer.
Cris Figueroa, Estudiante de la Maestría de Innovación Educativa para la Sostenibilidad