Etiqueta: Mitigación del cambio climático

  • ¿Está México invirtiendo lo suficiente contra el cambio climático?

    México necesita invertir 1.7 billones de pesos al año para mitigar el cambio climático, según la Secretaría de Hacienda. Descubre por qué esta cifra importa y qué riesgos enfrentamos si no se actúa ahora.

    El cambio climático ya no es una amenaza futura: está afectando la economía, la salud y la infraestructura de México. Según un reciente informe de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el país necesita invertir 1.7 billones de pesos anualmente —el 6.7% del PIB— para enfrentar esta crisis global. Pero, ¿realmente estamos poniendo el dinero donde se necesita?

    ¿Por qué 1.7 billones de pesos?

    Esta cifra no es un capricho: representa lo necesario para cumplir con los compromisos del Acuerdo de París y asegurar que México pueda mitigar los efectos del calentamiento global, como olas de calor, sequías, huracanes y pérdida de biodiversidad. Se requiere una transformación profunda en sectores como energía, transporte, agricultura, agua y urbanismo.

    El alto costo de no actuar ante el cambio climático

    Especialistas de la UNAM estiman que, si no se actúa ahora, los costos acumulados del cambio climático podrían alcanzar hasta 15 veces el PIB mexicano en 2100 (Toribio L, 2025). Las consecuencias ya se sienten: sequías que amenazan cultivos, olas de calor históricas y daños por tormentas más frecuentes y severas.

    Falta de ejecución: presupuesto subutilizado

    Paradójicamente, mientras se estima esa inversión multimillonaria, el gobierno federal dejó de ejercer 16.3 mil millones de pesos asignados a programas climáticos durante el primer trimestre de 2024 (UNAM Global TV. 2025, 14 mayo). Esta falta de ejecución afecta 63 programas destinados a la prevención de incendios, manejo de agua, y energía sustentable.

    Avances financieros: ¿suficientes?

    Sí se han dado pasos importantes. Hacienda ha movilizado más de 722 mil millones de pesos mediante bonos sostenibles, incluyendo bonos verdes y sociales (UNAM Global TV. 2025, 14 mayo). Además, la creación de una taxonomía sostenible busca dirigir recursos a actividades verdaderamente alineadas con objetivos climáticos.

    Aun así, estas acciones representan menos de la mitad de lo requerido cada año. El desafío no es solo económico, sino político e institucional.

    Obstáculos estructurales al financiamiento climático

    Entre los principales cuellos de botella destacan:

    • Burocracia que retrasa la liberación de fondos

    • Falta de capacitación técnica en gobiernos locales

    • Incoherencia entre dependencias federales

    • Escasa presión social para priorizar la acción climática

    Estos factores impiden que las buenas intenciones se conviertan en acciones concretas y medibles.

    Recomendaciones: ¿qué puede hacerse ya?
    1. Asignar presupuesto multianual para proyectos climáticos.

    2. Capacitar a estados y municipios en gestión ambiental y financiera.

    3. Asegurar transparencia en la ejecución del gasto.

    4. Fomentar la inversión privada mediante incentivos fiscales y mecanismos de riesgo compartido.

    5. Monitorear impactos y resultados con métricas claras.

    Conclusión

    El cambio climático no espera. Cada año que México posterga una inversión climática seria, se multiplican los riesgos económicos, sociales y ambientales. Si bien se ha avanzado en instrumentos financieros, el país aún está lejos de cerrar la brecha de inversión climática.

    Invertir 1.7 billones de pesos anuales no es un lujo: es una necesidad urgente. Si México quiere un futuro resiliente y sostenible, debe actuar ahora. No hay margen para la inacción.

    En la Universidad del Medio Ambiente contamos con distintos programas para ser parte de la solución ante esta situación. Como la MAestría en Administración de NEgocios Sociambientales, el Diplomado de Finanzas Sostenibles o el Diplomado de Economía Circular.

    Si quieres conocer mas acerca del plan de la UMA, el plan de estudios y la comunidad Educativa, da clic en la imagen.

    FIRMA:

    Escrito por Gonzalo Sierra Basurto, (Alumno de la Maestría en Administración de Empresas Socioambientales), generación 2024.

    Las opiniones incluidas en este artículo son responsabilidad de quien las escribe, y no reflejan la postura, visión o posición de la Universidad del Medio Ambiente.

    REFERENCIAS:

    UNAM Global TV. (2025, 14 mayo). Cátedra SCHP 2025 «Panorama Económico de México, Crecimiento y retos estructurales» [Vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=UlS8At0-W4Q

    Toribio, L. (2025, 16 mayo). Se requieren 1.7 bdp contra calentamiento; Hacienda reconce impacto. Excélsior. https://www.excelsior.com.mx/nacional/se-requieren-17-bdp-contra-calentamiento-hacienda-reconce-impacto/1716275 

  • Resiliencia Climática: Estrategias de Diseño Pasivo para Ciudades del Futuro

    Resiliencia Climática: Estrategias de Diseño Pasivo para Ciudades del Futuro

    Entendiendo la resiliencia climática como la capacidad de nuestras ciudades para adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático, es fundamental abordar este desafío a través del análisis del entorno natural en donde se proyecta el objeto a construir. Mediante el uso de estrategias de diseño pasivo y enfoques tradicionales del entendimiento del entorno, podemos contribuir de forma eficiente al impacto ambiental construyendo a su vez espacios urbanos innovadores y más sostenibles.

    Estrategias de Resiliencia Climática en la Arquitectura

    La resiliencia climática se ha convertido en un tema clave en la planificación urbana y el diseño arquitectónico. A medida que las ciudades crecen y los efectos del cambio climático se intensifican, es vital desarrollar enfoques que recuerden y promuevan la adaptación climática y la mitigación de sus impactos. Una de las soluciones más efectivas en este sentido son las estrategias de diseño pasivo, las cuales buscan maximizar el confort térmico y la eficiencia energética de los edificios sin depender de sistemas mecánicos.

    OpenAI. (2024). Imagen generada de una terminal con techos verdes y formas curvas [imagen generada por inteligencia artificial]. DALL·E.
    Diseño Pasivo: Una Solución Sostenible

    El diseño pasivo se basa en aprovechar las condiciones naturales del entorno, como la orientación solar, la ventilación cruzada y el aislamiento térmico, para reducir la demanda energética de las edificaciones. Estas estrategias no solo contribuyen a la resiliencia climática, sino que también hacen que los edificios sean más eficientes y sostenibles.

    Arquitectura en Transición: Estrategias para la Resiliencia Climática

    Entre las estrategias puntuales más utilizadas en edificios se encuentran:

    • Aprovechamiento solar pasivo: Utilizar la orientación y geometría del edificio para maximizar la captación de luz natural y calor solar, lo que reduce la dependencia de sistemas de calefacción artificial.
    • Ventilación natural: Integrar el diseño de aberturas estratégicas y conductos de aire que favorezcan la circulación de viento, permitiendo la refrigeración pasiva sin necesidad de aire acondicionado.
    • Uso de materiales sostenibles: Emplear materiales de bajo impacto ambiental, como la madera certificada, el bambú, o el concreto reciclado, que no solo reducen la huella de carbono del proyecto, sino que también mejoran el aislamiento térmico y acústico.
    • Mejora de la envolvente del edificio: Refuerzo de las fachadas y techos con aislantes térmicos para minimizar las pérdidas de calor en invierno y mantener la frescura en verano, lo cual mejora el confort térmico interior y disminuye la necesidad de calefacción y refrigeración mecánica.
    El rol del diseño pasivo en la adaptación urbana.

    Hablando de arquitectura bioclimática en una escala mayor, las estrategias bioclimáticas que pueden hacer entornos urbanos más sostenibles y resilientes son:

    • Ciudades compactas:
      • Densidad media o media-alta, equilibrando espacios construidos y libres.
      • Concentración de población para reducir el consumo de suelo.
      • Proximidad a equipamientos y servicios para todos los ciudadanos.
      • Promoción de la movilidad sostenible (a pie o en transporte público).
      • Reducción del impacto ambiental de infraestructuras urbanas (carreteras, alcantarillado, red eléctrica).
    • Diseño urbano considerando la orientación solar:
      • Relación adecuada entre la altura de los edificios y su separación.
      • Favorecer fachadas orientadas al sur o sureste, minimizando las orientadas al oeste.
      • Promoción de la ventilación cruzada mediante fachadas con huecos en orientaciones opuestas.
    • Suelos y vialidades sostenibles:
      • Uso de suelos filtrantes para favorecer la absorción de agua.
      • Reducción de vías, priorizando conceptos como supermanzanas.
    • Vegetación y clima urbano:
      • Abundante vegetación para mitigar el efecto «isla de calor» y purificar el aire.
      • Uso de especies de hoja caduca para proporcionar sombra en verano y permitir radiación solar en invierno.
    • Adaptación al terreno:
      • Evitar construcciones en terrenos con pendientes pronunciadas que requieran grandes movimientos de tierra o muros de contención.
    • Energías renovables:
      • Integración de energías renovables en el espacio construido, evitando nuevas afectaciones al suelo.
    2OpenAI. (2024). Imagen generada de una terminal de autobuses con techos verdes en medio de una ciudad mexicana. [imagen generada por inteligencia artificial]. DALL·E.
    Estructuras Orgánicas en el Diseño.

    La humanidad siempre ha sido impulsada por su capacidad creadora, reflejando en sus obras una conexión con las formas de la naturaleza. Por lo tanto, las estructuras y organizaciones que diseñamos pueden considerarse una extensión de los principios orgánicos que gobiernan la vida misma. Estas creaciones artificiales, aunque construidas por el ser humano, están profundamente inspiradas por los patrones y la eficiencia climática de los sistemas vivos.

    De manera similar a los cuerpos orgánicos, los espacios arquitectónicos deben funcionar como sistemas interconectados, con cada parte contribuyendo al todo. Entonces, los edificios que siguen esta lógica operan de manera más orgánica, práctica y eficiente, como si fueran organismos en interacción constante con su entorno. Además, en el pasado, algunas máquinas dependían de la acción del ser humano, con un manejo íntimamente ligado a los movimientos y decisiones de las personas.

    El concepto de lo «orgánico» en el diseño climático también implica una sensibilidad hacia la forma y función. Aunado a esto, la naturaleza nos enseña que la armonía entre las partes es esencial para la supervivencia. De este modo, aplicar principios orgánicos en el diseño arquitectónico no solo busca una estética fluida y natural, sino también la eficiencia y resiliencia del entorno construido.

    Diseño Orgánico, Entendimiento Bioclimático y Resiliente

    La fusión entre lo artificial y lo orgánico en el diseño arquitectónico crea espacios que no solo responden a las necesidades humanas, sino que también respetan los principios de la naturaleza. Entonces, al incorporar estrategias pasivas y estructuras orgánicas en el diseño urbano, surge como estrategia para desarrollar ciudades que conviven con su entorno. Estas ciudades combinan lo mejor de las creaciones humanas con la sabiduría de los sistemas vivos.

    Por lo tanto, en esta visión de la arquitectura, los edificios funcionan como extensiones del cuerpo humano y del entorno, adaptándose a las necesidades energéticas y climáticas. Aunado a esto, los parques y áreas verdes dentro de las ciudades mexicanas actúan como pulmones orgánicos, conectando lo artificial y lo natural para generar un espacio más resiliente. 

    Además, al integrar la bioclimática con un diseño inspirado en la naturaleza, los espacios urbanos pueden enfrentar los desafíos climáticos del futuro. Este enfoque no solo promueve la eficiencia, sino que también fomenta una mayor conexión entre el ser humano y su entorno construido. 

    REFERENCIAS:

    Merchant, C. (2023). Utopías orgánicas. En La muerte de la naturaleza. (31,125). Siglo veintiuno editores. 

    Olgay, V. (2006). Arquitectura y Clima. Gustavo Gili.

    Velázquez Flores, G. (2024). Reconversión sustentable de edificios. Universidad Iberoamericana A.C.

    Small Kelly, (2020) Acciones Medioambientales en Crear con Conciencia. Gustavo Gili.

     

     

     

     

     

     

     

    Escrito por Oly Vanelly Guevara Andrade (estudiante de la Especialidad en Arquitectura Bioclimática, generación 2024)

    Las opiniones incluidas en este artículo son responsabilidad de quien las escribe, y no reflejan la postura, visión o posición de la Universidad del Medio Ambiente.

     

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