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Etiqueta: sostenibilidad
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Camino de la memoria del taller de prácticas educativas y creación de situaciones de aprendizaje
En nuestro tercer semestre de la maestría de Innovación Educativa para la Sostenibilidad, nos encontramos con el taller de prácticas educativas y creación de situaciones de aprendizaje y nos encontramos continuamente con el Artilugio.
Llegamos a este taller sin una definición clara, pero queriendo una definición clara, nos preguntamos ¿Qué es el artilugio? y tuvimos que liberarnos de la opresión de definir todo con rigidez, y querer saberlo palabra por palabra, se nos invitó a vivirlo y a descubrirlo por nosotres mismes.
Y así fue como entregamos nuestros cuerpos, abrimos el corazón e intencionamos juntes cada sesión. Este fue un espacio pedagógico, de colores, de bordado, de mandalas y de creatividad, donde nos sentimos segures, un espacio de cuidado y de ternura que nos permitió explorar y empezar
Foto: Lilian Galante ¿Pero de dónde partimos? Primero lo primero y partimos de observar una realidad, nuestra realidad, un contexto, una experiencia situada, de conocer eso que me y nos pasa y conocimos la rueda de la realidad, donde pudimos visualizar eso que nos acontece en lo cotidiano, que nos acontece más allá y que nos atraviesa a través de los sistemas en los que vivimos.
Y así, juntes, empezamos a construir ideas, el artilugio como respuesta creativa a esas situaciones que nos pasan, siempre en novedad, que rompa con la regularidad de lo cotidiano, no solo en hacer, sino hacerse en sujeto/sujeta, y que siempre va en contra del olvido del otre.
En nuestra búsqueda de respuestas, exploramos, bailamos, actuamos, tejimos redes, hicimos podcast, teatro guiñol, lloramos, reímos, nos abrazamos y todo bajo una comunidad de aprendizaje viva, una comunidad de cuidado que siempre estuvo al pendiente de la otredad, poniendo siempre el corazón al centro.
Foto: Lilian Galante Sé nos invitó a soñar, a crear nuestro propio sueño guajiro, a volar alto, a ver más allá, a decolonizar la imaginación para poder crear nuestros propios sueños, porque es de ahí donde se mantiene la esperanza, dónde surgen nuevos mundos posibles.
Descubrimos que para que el artilugio suceda, tiene que existir una provocación ¿Qué queremos que suceda? haciendo que el acto pedagógico sea político y lo político sea pedagógico, Nos llenamos de preguntas ¿Para qué agrietamos? ¿Qué queremos romper? las preguntas seguían y seguían, y nosotres lo seguíamos intentando.
Artilugiamos con la mirada despierta y con el corazón atento, en los proyectos socioambientales trabajamos en colectivo porque nada se construye solo si se piensa desde lo individual. aprendimos a enojarnos, luego abrazarnos y a soñar juntes con digna rabia.
Aprendimos a hacer, aprendimos a ser, aprendimos a convivir para transformar, transformar lo que hacemos, transformar lo que somos, transformar como nos relacionamos y transformar el mundo que habitamos.
Foto: Lilian Galante Llegamos al final pero ¿Qué sigue? ¿Cómo nos sostenemos? ¿Cómo mantenemos está comunidad? Nos tomamos un espacio para respirar y ofrecer algo nuestro a la mesa del don, ¿Qué aportó yo a la comunidad? y ¿Qué dejó en herencia para los que vienen detrás? y juntes construímos un nuevo significado de lo que es artilugiar.
Escrito por Karla Andrea Figueroa Esquivel, estudiante de la maestría Innovación Educativa para la Sostenibilidad”
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”.
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Pensamiento visual, una alternativa de aprendizaje
Una reflexión sobre neurodiversidad en mi paso por la Universidad del Medio Ambiente, UMA
A lo largo de mi proceso de aprendizaje en la UMA, he atravesado por un profundo reconocimiento de identidad, además me ha hecho entender las diversas formas sobre cómo percibo, proceso y estructuro la información. Un descubrimiento clave estas últimas semanas, después de dos intensos semestres asistiendo a los talleres presenciales, ha sido darme cuenta de que pienso y aprendo en imágenes, lo que ha implicado un cambio radical en la forma en que entiendo el mundo, un quiebre con las ideas y métodos previos. Esto me lleva a adoptar una nueva perspectiva reconfortante ante los desafíos y adaptaciones en un mundo diseñado principalmente para el procesamiento verbal y auditivo.
Principio del Pensamiento Visual:
El pensamiento visual es un rasgo que se observa en muchas personas neurodivergentes, por lo que no es exclusivo del autismo. Se trata de procesar la información principalmente a través de imágenes mentales en lugar de palabras o conceptos abstractos. Temple Grandin (1995), una de las voces más reconocidas en autismo, ha reflexionado extensamente sobre esto en su libro Thinking in Pictures. Grandin describe cómo su mente funciona como un catálogo de imágenes detalladas que le permite visualizar soluciones a problemas de manera única.
Diferenciadores neurodiversos:
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Procesamiento visual en lugar de verbal
Muchas personas neurodivergentes piensan en imágenes antes que en palabras. Cuando escuchan una palabra o idea, evocan una serie de imágenes mentales relacionadas en lugar de conceptualizar con lenguaje interno. Ejemplo: Si se dice «gato», una persona neurotípica puede pensar en el concepto abstracto de la palabra gato, mientras que alguien con pensamiento en imágenes podría visualizar un gato específico que ha visto antes, con detalles como su color, textura y comportamiento.
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Memoria visual (fotográfica) detallada
La memoria de las personas con pensamiento en imágenes suele ser más vívida y detallada. Pueden recordar lugares, rostros o patrones con una precisión impresionante. Esto puede facilitar habilidades en áreas como diseño, ingeniería, mecánica, arte o cualquier campo donde la visualización sea clave.
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Dificultades con conceptos abstractos
Mientras que algunas personas autistas sobresalen en pensamiento visual, pueden tener dificultades con ideas abstractas o lenguaje figurado. Ejemplo: Frases como «se me fue el avión» pueden interpretarse literalmente, ya que no generan una imagen clara en la mente.
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Solución de problemas no lineal
En lugar de seguir una línea de pensamiento secuencial o lógica tradicional, las personas con pensamiento en imágenes pueden «ver» múltiples soluciones a la vez. Pueden construir modelos mentales de problemas y soluciones sin necesidad de escribirlas o describirlas verbalmente.
Un ejemplo práctico alineado a mi experiencia en la Maestría de Proyectos Socioambientales:
Ahora que me enfrento al reto de diseñar un espacio comunitario sostenible, mi proceso de pensamiento sigue un camino distinto al de quienes estructuran sus ideas a través de palabras y conceptos abstractos. En lugar de eso, mi mente opera como un lienzo donde las imágenes y esquemas tridimensionales toman forma de inmediato. Antes de poder escribir una sola palabra, mi mente ya había construido una representación visual del espacio, imaginando la disposición de jardines, áreas de descanso y puntos clave para la interacción social. No solo veo los elementos por separado, sino que percibo cómo se podrían interconectar en un sistema dinámico y armónico.
Este enfoque visual, en la mayoría de las ocasiones, no sólo me permite la comunicación de la idea de otra manera, sino que me permite detectar mejoras, prever problemas de distribución y encontrar soluciones de manera más intuitiva. Al plasmar el diseño en imágenes, puedo comparar patrones con experiencias previas y realizar ajustes de forma casi instantánea. Es un proceso similar que puedo asociar a mi forma de aprender a tocar un instrumento de percusión: al observar videos de ejecución, mi cerebro capta los patrones de movimiento y ritmo de manera más efectiva que si simplemente leyera una partitura técnica. Así como el aprendizaje musical se interioriza mediante la observación y la repetición visual de secuencias, el diseño de un espacio se me facilita cuando lo construyo desde la imaginación gráfica y la experimentación mental.
Redescubriendo mi Forma de Aprender a Través de la Música
Mi experiencia personal se enriqueció cuando, en la UMA, en el eje de Agencia de cambio, dentro del laboratorio de desarrollo autodirigido de habilidades, me embarqué en el aprendizaje del steel drum, un instrumento armónico musical de percusión. El aprendizaje clave que observé de mi manera de aprender fue el asimilar que los patrones melódicos me resultaban más sencillos al ver videos de personas tocando el instrumento, en lugar de seguir instrucciones verbales o partituras. Este descubrimiento a su vez, evocó recuerdos de mi infancia, cuando aprendí a tocar el tambor de la banda de guerra sin instrucción formal y sin pertenecer a la banda de guerra, simplemente observando los ensayos de la banda y replicando los movimientos durante mis tiempos libres en la escuela.
Este descubrimiento me llevó a una profunda reflexión: ¿cuántos de nosotros habremos tenido que abandonar nuestra forma natural de aprender y comprender el mundo, esa que empleamos en la infancia? Sospecho que la mayoría. Alison Gopnik, en su obra «El Bebé Filosófico» (2009), aborda precisamente esta capacidad innata de los niños. Gopnik sostiene que «los niños son pensadores visuales naturales. Construyen imágenes mentales que les permiten dar sentido al mundo y resolver problemas intuitivamente».
Esta afirmación de Gopnik resonó en mí con fuerza. Me llevó a considerar que, a medida que crecemos, quizás perdamos o suprimimos esta habilidad fundamental. La educación tradicional, con su énfasis en el pensamiento lineal y lógico, podría estar contribuyendo a esta pérdida. Al alejarnos del pensamiento visual, ¿acaso estaremos renunciando a una herramienta poderosa para la creatividad y la resolución de problemas?.
El Reto de Traducir Información en Imágenes
Aunque el pensamiento visual ofrece ciertas ventajas, también presenta desafíos en entornos donde predomina el aprendizaje verbal y escrito. Escuchar largas explicaciones o leer textos extensos sin apoyos gráficos demanda un esfuerzo adicional para transformar esa información en imágenes mentales. Por ello, he estado en la búsqueda de adoptar estrategias más visuales como la creación de esquemas, mapas conceptuales, el uso de diagramas y la búsqueda de videos explicativos para hacer la información más accesible a mi forma de procesarla.
Perspectiva de los Tipos de Inteligencias y el Pensamiento Visual
La teoría de las inteligencias múltiples, propuesta por Howard Gardner (1994), revolucionó nuestra comprensión de las capacidades humanas al desafiar la concepción tradicional de la inteligencia como una habilidad única y generalizada. Según Gardner, no existe una sola manera de ser «inteligente». En cambio, cada individuo puede desarrollar múltiples tipos de inteligencia, como la lingüística, lógico-matemática, musical, intrapersonal, interpersonal, naturalista, y kinestésico-espacial, entre otras.
El pensamiento visual no solo se refiere a la capacidad de ver imágenes en la mente, sino a la habilidad de organizar, transformar y comprender la información a través de imágenes. Esta forma de cognición permite a quienes piensan visualmente no solo recordar detalles con gran precisión, sino también resolver problemas de manera creativa y conectar ideas que a menudo permanecen dispersas en formatos verbales o abstractos.
Avanzando hacia enfoques más inclusivos
Dentro del contexto académico, agradezco a la UMA el interés de adaptar los entornos de aprendizaje para que se reconozca y fomente una diversidad de estilos cognitivos. A medida que la educación avanza hacia enfoques más inclusivos, resulta fundamental que más educadores consideren las distintas formas de aprender y comprendan que, al igual que las inteligencias múltiples, no todos los estudiantes procesamos la información de la misma manera. Mientras que algunos pueden destacar en el análisis lógico de problemas complejos, otros podemos comprender los mismos conceptos de manera más efectiva cuando se nos presentan a través de representaciones visuales o actividades kinestésicas. En este sentido, las estrategias pedagógicas deben ser tan diversas como los tipos de inteligencia para que cada estudiante pueda aprender de manera eficaz y alineada con sus fortalezas cognitivas.
Este enfoque inclusivo no solo podría mejorar la experiencia de aprendizaje, sino que también nos prepararía para un mundo que valora las habilidades multifacéticas. La combinación de pensamiento visual y la integración de las inteligencias múltiples pueden ser particularmente poderosas en disciplinas como la sostenibilidad, en la que se requiere creatividad, resolución de problemas complejos y una comprensión holística de los sistemas.
Ilustraciones del libro: The girl who thought in pictures. Escrito por Julia Finley. Posted by Raising My Little Superheroes Reconociendo la Diversidad: Una Analogía entre Personas y Ecosistemas
La sostenibilidad no solo se aplica a la preservación de los recursos naturales, sino también a la creación de ambientes donde las distintas formas de vida, tanto humana como no humana, puedan coexistir de manera armónica. En el eje académico de sostenibilidad de la UMA, uno de los pilares más importantes que he reconocido es el de la diversidad en los ecosistemas. Aprendemos que la diversidad biológica no es solo un aspecto deseable, sino esencial para la salud y la resiliencia de los ecosistemas. Cada especie cumple una función vital dentro de su entorno y es la interacción entre estas especies la que genera un equilibrio que permite la supervivencia y adaptación frente a desafíos.
Este principio, que observamos en la naturaleza, también tiene un paralelo en nuestras comunidades y entornos de aprendizaje. Al igual que un ecosistema saludable depende de la diversidad de especies para prosperar, nuestras sociedades y comunidades de aprendizaje pueden florecer aún más cuando reconocemos y valoramos las diferencias individuales. En el contexto educativo, la diversidad cognitiva—es decir, las diferentes formas de pensar, procesar información y abordar problemas—puede ser una riqueza invaluable. Cada mente única aporta una perspectiva diferente que, al ser compartida y combinada con las perspectivas de otros, enriquece el entendimiento colectivo.
En este sentido, el reconocimiento de la diversidad cognitiva debe ir más allá de un enfoque superficial o inclusivo; debe convertirse en un principio fundamental dentro de nuestras metodologías educativas y de colaboración. Al integrar estas diferencias, no solo enriquecemos nuestro conocimiento, sino que también construimos entornos más inclusivos, resilientes e innovadores.
Conclusión
Este viaje de autoconocimiento ha sido crucial no solo en mi formación académica dentro de la UMA, sino también en mi desarrollo personal. Redescubrir mi forma de aprender y comprender el mundo me ha permitido enfrentar de manera más efectiva los desafíos académicos y profesionales, optimizando mi energía y adaptando los métodos de aprendizaje a mi estilo cognitivo. Este proceso no ha sido solo un descubrimiento intelectual, sino también un camino hacia el entendimiento de mi neurodiversidad, lo que me ha permitido acceder a nuevas formas de aprender y conectar.
Al compartir esta experiencia, invito a todos a reflexionar sobre su propia forma de procesar la información. Así como en los ecosistemas la diversidad biológica es clave para la estabilidad, la resiliencia y el progreso, en los entornos afectivos, educativos y profesionales, tener presente la diversidad cognitiva es esencial para fomentar la innovación y el crecimiento mutuo. Al reconocer nuestras diferencias cognitivas y valorar la forma única en que cada uno de nosotros contribuye al aprendizaje y al desarrollo social, podemos construir entornos más inclusivos, equitativos y enriquecedores, donde todos tengamos la oportunidad de crecer y aportar.
Este enfoque no solo se limita al ámbito académico; se extiende a la vida familiar, profesional y comunitaria. La integración de diversas perspectivas y habilidades enriquece todos los aspectos de nuestra interacción con el mundo y es, en última instancia, lo que nos permitirá avanzar hacia un futuro más sostenible, justo y colaborativo.
Referencias:
- Alison Gopnik (2009). The Philosophical Baby: What Children’s Minds Tell Us About Truth, Love, and the Meaning of Life
- Howard Gardner (1994). Estructuras de la Mente. La Teoría de Las Inteligencias Múltiples (2a ed. en español). FCE México.
- Temple Grandin (1995). Thinking in Pictures https://www.grandin.com/spanish/autismo.pensamiento.visual.html
Por Hector David Arreola Rangel. Generación 2024. Maestría en Proyectos Socioambientales.
Las opiniones incluidas en este artículo son responsabilidad de quien las escribe, y no reflejan la postura, visión o posición de la Universidad del Medio Ambiente.
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De paso por la UMA
El comienzo
La Universidad del Medio Ambiente (UMA) ha sido un oasis para mirar y hablar con otros, incluyendo a los árboles, las hojas, las aves y otras especies en la Tierra. Lo más sorprendente ha sido escucharles de vuelta.
La UMA ha sido un llamado a encontrarnos, reunirnos y platicar alrededor del fuego para convertir en cenizas viejos paradigmas y prender la chispa de la colaboración y la confianza radical desde el potencial que llevamos dentro para dar a luz nuevas posibilidades que transformen lo que nos duele como sociedad.
Foto de Enriquez, L. M. 2005 La UMA ha sido un espacio de nuevas oportunidades para mirar-se, reconocer-se y reciprocar el aporte que cada persona y especie hacen desde su unicidad al universo desde su cosmovisión.
También ha sido atestiguar, apreciar y abrazar la diversidad para crear nuevas prácticas narrativas que incluyan a tod@a las voces practicando la re-autoría en palabras de Michael White. (White, M., 2016)1
Ha implicado levantarse al alba algunos sábados y domingos para atestiguar la salida del sol, escuchar y sentir los sonidos de la naturaleza y con esa pequeña acción elegimos ser guerreros(as) del amanecer, experimentando el equilibrio con y en la naturaleza a través del suave movimiento del tai chi.
Ha sido atreverse a andar el territorio, antes que arrastrar la pluma. Conectar con el dolor desde la indignación y la empatía antes de correr a intentar borrar las heridas para crear soluciones que se desvanecen en el tiempo por no encontrar los cuerpos que las sostengan en acciones.
Ha sido escuchar antes que proponer, reconocer otras miradas reconociendo que cuando una persona ocupa un lugar de privilegio, el verdadero gran poder, radica en trascender lo individual para vivirse en colectivo.
En la UMA, las preguntas llueven a cántaros, y un gran reto ha sido crear los espacios no para contestarlas, sino para desarticular-las y re-construir otras preguntas que hagan más profundo el entendimiento de los conflictos socioambientales y posibles soluciones desde colectivos que ponen sus mentes, cuerpos y corazones para mapear sistemas, para descubrir interdependencias, analizar multi interacciones y flujos que nos muevan a intentar la acupuntura sistémica que disloque, que provoque, que mueva, que sostenga mejores condiciones de bienestar de fondo en los sistemas prevaleciendo en el tiempo, en donde habremos de caminar, en vez de trotar, porque el camino en colectivo será más importante que el mero resultado si lo hacemos desde el cuidado y la ternura.
Cuando dije que sí a la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad quería fortalecer mi cuidado a la naturaleza, reconociendo que habiendo escuchado cada vez con mayor intensidad el grito de la Tierra, no he sabido cómo responder a su llamado. Sin embargo, sé que no hacer nada, también es una elección y no quiero que sea la mía, ni la tuya o la nuestra. Estoy dispuesta a cruzar mis propias fronteras para redescubrir y probar nuevas fórmulas.
El camino
(UMA, 2025)2 El camino es incierto, pero quiero ensayar la escucha a mi intuición, estoy dispuesta a descolocar-me y repensar los sistemas en los que estoy-estamos inmersos para poder re-crear en colectivo, asumiendo que solo somos una especie más en la maravillosa naturaleza, por lo que no hay cabida para el control. Que reine la escucha empática en medio del caos creativo, sabiendo que esta vía nos llevará orgánicamente a la innovación, la cual deberemos de acompañar de medición y monitoreo para lograr su trazabilidad y escala, además de fortalecer nuestra capacidad de resiliencia, co-construyendo nuevas relaciones e interacciones entre humanos, en y con la naturaleza, atestiguando las líneas causales y generando comunidades de aprendizaje y de práctica para reciprocar-nos.
Foto de Hernández, A.R. 2025 Tenemos el poder de transformar y regenerar las condiciones para nuestra vida, para la vida, atrevámonos a romper la inercia, agrietar el sistema con propósito desde la congruencia, la indignación y el dolor, aboliendo la apatía, generando preguntas poderosas, provocando la reflexión-acción, siguiendo pistas, ampliando la conciencia, sumando voluntades, corazonando, mentalizando y acuerpando nuevas posibilidades.
Siempre me percibí humanista, antes que dolorosamente antropocentrista, y reconstruyendo mi propia narrativa, elijo estar en la UMA, no por ser un espacio perfecto, y me parece que no pretende serlo, pero sí reconociéndola como es un espacio para inspirar, conectar, soñar, cuestionar, crear, innovar, intentar, fallar y volver a empezar. La inversión de tiempo es enorme, sin embargo, experimentar la toma de decisiones desde el potencial y la esperanza de ser parte de las soluciones para un mejor futuro, me inspira.
La provocación
Foto de Porte Petit, V. 2025 Si tú como yo quieres impulsar un futuro regenerativo, sustentable, ético, y potenciar tu Mindset de agente de cambio capaz de promover iniciativas que transformen sistemas socioambientales desde sus círculos de influencia:
- Conoce tu perfil de Agente de Cambio CHANGEMAKER INDEX (3)de Ashoka,
- Mantente cerca de la UMA,
- Sigamos haciendo comunidad como UMAnos(as).
Escrito por Verónica Porte Petit Anduaga, estudiante de la Maestría de Innovación Educativa para la Sostenibilidad
Fuentes:
1. White, M. (2016). Maps of Narrative Practices. Pranas Ediciones
2. UMA. (2025). Sustentabilidad y Regeneración. UMA: https://universidaddelmedioambiente.com/wp-content/uploads/2022/12/CIRCULO-MODELO-EDUCATIVO-2017-c_fotos-01-scaled-800×765-1.jpg
3. Ashoka. (2025). Chagemaker Index de Ashoka. Ashoka: https://cmi.ashoka.org/es
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”.
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Una yucateca en la Universidad del Medio Ambiente
Yucatán, cuna de la civilización Maya y escenario de eventos geológicos trascendentales como el impacto del meteorito, ha sido tradicionalmente asociado con su rica historia y biodiversidad. Sin embargo, a pesar de los avances tecnológicos y sociales, la dimensión ambiental suele quedar en segundo plano. Como yucateca, he sido testigo de los profundos impactos que nuestras acciones pueden tener en el entorno. Esta realidad me ha impulsado a reflexionar y a tomar acciones concretas para proteger nuestro patrimonio natural.
¿De Yucatán hasta Valle de Bravo?
Sí, así como lo leen. Pero la gran pregunta es: «¿Por qué hasta allá?». Y créanme, ha sido la pregunta más común que me han hecho este año. ¿Y cuál es la respuesta? Bueno, a veces queremos hacer cambios, tenemos ideas, apoyo e incluso conocimiento, pero ¿dónde encontrar todo lo que necesitamos en un solo lugar?
Después de estudiar simultáneamente las licenciaturas de Comunicación y Ecoturismo, me encontré en un limbo al terminar. Las preguntas sobre mi futuro me generaban ansiedad. Descubrir mi camino fue un proceso largo y complicado. Intenté combinar mis dos licenciaturas en una maestría, pero las cosas no salieron como esperaba. La vida parecía poner obstáculos en mi camino que, aunque frustrantes, me hicieron replantearme mis opciones.
Fue entonces cuando descubrí la UMA. Su propuesta educativa era perfecta para mí, pero había un detalle: tenía que ir a Valle de Bravo. La idea de viajar y los gastos… eran un gran desafío. Sin embargo, algo dentro de mí me impulsó a intentarlo.
La curiosidad venció al miedo. Investigando, encontré apoyo para estudiantes por medio de las diferentes becas que la UMA ofrece y fue ahí cuando me di cuenta de que era posible lograrlo. Así que tomé la decisión de embarcarme en esta nueva aventura.
De 35 grados a 10
En resumen, quedé seleccionada para la beca que tanto deseaba y, ¡sorpresa!, obtuve la que más me interesaba. Ahora, el verdadero desafío era prepararme para esta nueva etapa. El tiempo voló y finalmente llegó el momento de partir. Sin embargo, la emoción se mezclaba con cierta incertidumbre: ¿y si no encajaba? ¿y si me sentía sola?. Como en toda aventura, el miedo siempre acecha, pero decidí enfrentarlo y convertirlo en mi acompañante de viaje.
Mi padre y yo emprendimos esta aventura desde Mérida hasta Toluca en avión. Luego de un viaje en autobús y otro corto trayecto, llegamos a la Universidad. Recuerdo el frío intenso que me recibió, un contraste abrumador con los cálidos días de Mérida pero, al ver el hermoso campus rodeado de bosque, la emoción volvió a apoderarse de mí.
Al conocer a mis compañeros, me di cuenta de que era la más joven del grupo. En ese momento, una pequeña voz interior me susurró: «¿Qué haces aquí, Andrea?». Sin embargo, decidí no dejar que ese pensamiento me paralizara.
Imagen 2. Primera foto de la generación 24-26De oveja negra a verde
En ese momento, sentí una profunda sensación de no pertenecer. ¿Habría sido demasiado apresurado tomar una maestría a los 22 años? La duda me invadió. Ya estaba inmersa en el programa y el segundo reto era decidir si era el momento adecuado para estar ahí.
Las actividades de integración fueron reveladoras. Al conocer a mis compañeras y compañeros de la Maestría en Proyectos Socioambientales (MAPS), descubrí que compartimos una misma inquietud: hacer del mundo un lugar mejor. Todos sentíamos que no encajamos del todo en la rutina cotidiana. Nos dimos cuenta de que éramos como ‘ovejas verdes’, personas que buscaban un cambio desde una perspectiva ambiental. Esta autodenominación nos unió y nos marcó como generación.
Imagen 3. Amigos UMAnos
¿Y ahora que es de mi?
La UMA se ha convertido en mi segundo hogar, un espacio donde, junto a compañeros con diversas visiones, buscamos construir un futuro más justo y sostenible. Los viajes y los desafíos académicos han sido una constante en estos dos semestres, pero, lejos de desanimarme, han fortalecido mi deseo de aprender y crecer. La UMA me ha brindado las herramientas necesarias para explorar mis intereses en el ámbito ambiental y social, y me ha conectado con un mundo de posibilidades.
Cada día descubro nuevas facetas de mí misma y del mundo que me rodea. Sé que este camino está lleno de retos, pero también de grandes satisfacciones. Estoy agradecida por haber encontrado mi vocación y estoy ansiosa por seguir aprendiendo y creciendo.
Imagen 4. Actividades del “encuentro con el ser”Andrea Paola López Bautista
Generación 2024 Maestría en Proyectos SocioambientalesLas opiniones incluidas en este artículo son responsabilidad de quien las escribe, y no reflejan la postura, visión o posición de la Universidad del Medio Ambiente.
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Tenemos permiso de reimaginarlo todo
¿Qué sería lo mejor que nos podría pasar como humanidad? Somos seres imaginativos y al mismo tiempo racionales, capaces de entender problemas y por lo tanto imaginar y solucionar, ¿por qué vivimos tan anclados y resignados a una inercia desesperanzadora y enfermiza? ¿Por qué la mayoría de las historias en el cine y en libros muestran más distopías que utopías?
Hace dos años nació mi segundo hijo, y durante la pausa de maternidad sentí una necesidad desesperada por conocer a profundidad sobre la crisis ambiental, por entender cómo se espera que sea el mundo cuando mis hijxs crezcan, por descubrir qué puedo hacer yo al respecto y por lo tanto también por reimaginarlo todo.
Diseño de Katie Patrick Me atravesaba la necesidad de buscar todas las visiones utópicas que existieran en la cultura general, pero me sorprendía toparme con tan pocas opciones. La mayoría de las películas muestran visiones de futuros oscuros, peligrosos, enfermos, horribles.
Al mismo tiempo, me sorprendía la falta de guías claras, empáticas y fáciles de seguir para que las personas comunes y corrientes sepamos qué hacer al respecto de la crisis ambiental. Y me parece que ambas necesidades van junto con pegado.
Creo que hace mucha falta imaginar visiones esperanzadoras, que nos jalen y motiven a pensar (en ingeniería inversa) en los posibles caminos para alcanzarlas. Sin esas visiones no puede haber esperanza, y sin esperanza no nos podemos mover de la forma extraordinaria que nos debemos mover.
Como dice Rob Hopkins (2019), vivimos una crisis imaginativa. La corriente de la inercia en que vivimos es muy fuerte y generalmente no hay tiempo de pensar en cómo sí nos gustaría que fueran las cosas. Generalmente solo hay tiempo de intentar sobrevivir en este mundo caótico, bombardeados constantemente por noticias de terror.
Diseño de Katie Patrick Pero yo quiero invitar a soñar. Quiero decirle al mundo algo muy simple: la vida no está escrita en piedra y tenemos permiso para buscar otras formas de existir.
Yo sueño con un futuro limpio, sano, balanceado; en el que el ser humano ya aprendió y adoptó los valores de la suficiencia y de los cuidados; un futuro en el que nos sabemos parte de la naturaleza y no dueños de ella y en el que usamos nuestra evolución, habilidades, inteligencia y sensibilidad para ser guardianes del balance del resto de la naturaleza.
En el que haya un sistema local de producción de comida, sin agroquímicos, sin desperdicios. Donde no sea necesario vender lo invendible, lo que le hace daño a todo y a todxs a su alrededor. En el que haya buen diseño urbano, y por lo tanto mucho mayor calidad de vida para todxs: mucho menos trabajo, mucho más tiempo para simplemente existir, maravillarnos y agradecer por la vida. Donde no hubiera ningún estatus que mantener. Donde todos los esfuerzos estuvieran al servicio de la vida y bienestar de todxs.
Diseño de Katie Patrick Entré a la maestría de Innovación Educativa para la Sostenibilidad porque creo que para reimaginar visiones realistas, hay que tener bases, estructura y sobre todo, comunidad.
Creo que tanto la educación como la comunicación de estos temas van a ser claves en los próximos años para poder crear un punto de inflexión, sobre todo en tema de valores, conciencia y paradigmas. Pero también creo que lograr educación y comunicación ambiental efectiva es un verdadero arte, porque implica lidiar con emociones muy complejas.
Hoy, cerca de terminar el primer semestre de la maestría, siento que aterricé en el lugar y la comunidad correctas, tanto para poder sacar de mi sistema todo eso que me urgía liberar y rebotar, como para poder nutrirme de los conocimientos y experiencias de lxs demás.
Ya no me siento tan sola y al contrario, me siento “viento en popa” para invitar a mucha más gente a reimaginar y a llenarse de esperanza.
Escrito por María Fernanda Torres Siller, estudiante de la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad.
FUENTE: Hopkins, R. (2019). From what is to what if: Unleashing the power of imagination to create the future we want. Chelsea Green Publishing
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente’’.
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¿Por qué estudiar la Maestría en Proyectos Socioambientales?
¡Hola! Soy Majo M. Zaldívar y me gustaría contarles mi experiencia sobre estudiar la Maestría en Proyectos Socioambientales de la Universidad del Medio Ambiente.
La UMA (Universidad del Medio Ambiente) es una experiencia realmente regenerativa, lo que hace difícil plasmarla en palabras. Sin embargo, me armé de valor y aquí estoy, intentando explicar por qué elegí la UMA y por qué me siento orgullosamente única y diferente, es decir que formo parte de MAPS (Proyectos Socioambientales).
¿Por qué la UMA? ¿Y qué es MAPS?
La UMA tiene un plan de estudios particular que, a primera vista, me llamó la atención, aunque, siendo sincera, no lo entendí del todo al principio. Lo único que tenía claro era que quería aprender haciendo; ya no quería más clases donde solo tuviera que memorizar diapositivas vintage.
Si te preguntas qué hace especial el currículo de la UMA, te cuento:
El Eje de Sostenibilidad, donde tomas clases con estudiantes de todas las maestrías. Esto es increíble, porque te permite convivir con perfiles muy diversos, como abogados, arquitectos, agrónomos, entre otros. La diversidad de perspectivas enriquece muchísimo las discusiones y hace que las clases sean más dinámicas y entretenidas. Además, todas estas materias están enfocadas en temas socioambientales. Mis favoritas fueron Teoría Evolutiva, Prácticas Regenerativas y las aulas verdes (clases en el bosque).
Luego está el Eje Especializado, donde las materias se enfocan en tu área de especialización. Por ejemplo, si estudias Arquitectura, tendrás clases de Bioclimática. Pero si eres de la Maestría en Proyectos Socioambientales, podrás elegir durante primer y segundo semestre, las materias que quieras cursar de otras maestrías, lo cual te permite personalizar tu currículo, y así adquirir los conocimientos multidisciplinarios que tu proyecto necesita.
Como estudiante de MAPS, tienes la puerta abierta para descubrir tu camino en la UMA. Puedes conocer el funcionamiento de otras maestrías y, así, obtener una perspectiva más amplia de las oportunidades de aprendizaje que mejor se adapten a tus intereses profesionales y personales. Al mismo tiempo, vas tejiendo tu propia experiencia educativa, diseñando tu plan de estudios con la base que la UMA y la directora de maestría te proporcionan.
Por último, está el Eje de Investigación Activa, la parte que más me costó entender, pero que terminó cambiando por completo mi perspectiva. Aquí aprendes a conocerte a fondo y te dan herramientas para lograrlo. Por ejemplo, la bitácora te proporciona una estructura para planificar, desarrollar, evaluar e identificar tus aprendizajes, además de identificar tus fuentes de entusiasmo y crecimiento.
Lo mejor es que después puedes aplicar estas herramientas en tus propios proyectos. Es un proceso retador, pero sumamente valioso. El cual consiste en hacer pequeños experimentos, ir a la acción, probar cosas nuevas, al tiempo que las mides y documentas.
¿Cómo qué MAPS?
Les confieso algo: yo estudiaba el Green MBA, pero me cambié a MAPS porque me identifiqué más con lo que podía aprender en esta maestría, incluso sin tener un proyecto definido. Pensaba que era un requisito indispensable para entrar a la maestría, pero no. En MAPS me enseñaron cómo diseñar, estructurar, implementar y medir un proyecto desde cero. No pasa nada si es la primera vez que haces algo, lo importante es aprender a generar evidencia de tus ideas implementadas y asegurarte de que se alineen con tus propósitos.
Una de las grandes ventajas de MAPS es que puedes elegir tus materias según el enfoque de tu proyecto. Por ejemplo, si te interesa el derecho ambiental o la agroecología, puedes tomar clases en esas áreas si aportan a tu proyecto. Y, si tienes dudas sobre qué materias elegir, siempre puedes pedir consejos a tus maestros o a tus compañeres de la generación anterior.
Si algo no falta en la UMA es comunidad. De verdad, no hay mejor lugar para ser tú mismo. Compartir este espacio con personas tan especiales crea un vínculo único y significativo.
Mi experiencia: ¿por qué fue tan especial?
Al principio, me sentí completamente perdida, como si una ola tras otra me revolcara. Pero poco a poco fui entendiendo el proceso. Algo que te dicen mucho en la UMA es: “confía en el proceso”, que suena fácil, pero hacerlo es mucho más complejo.
Al entrar a la UMA, les facilitadores comienzan a hacerte preguntas que quizás nunca antes te habías planteado. A mí me pasó con mi fuente de entusiasmo. Cuando me preguntaron qué era lo que realmente me gustaba hacer, me di cuenta de que no lo sabía. Me había guiado toda la vida por el “deber ser”, lo que tenía que hacer, y no por lo que quería hacer.Después, te piden medir esa fuente de entusiasmo, lo que se convierte en la base de un microproyecto personal que sienta los cimientos para proyectos futuros más grandes.
Además, aprendí a intentar hacer cosas nuevas sin ser experta en el tema con todo y miedo. Dejé de obsesionarme con que todo saliera perfecto, porque entendí que, si algo no funciona, solo es experiencia y aprendizaje para la próxima vez. Tener la posibilidad de llevar la teoría a la práctica, acompañada de la comunidad UMA, ha sido una oportunidad invaluable para crecer como persona.
¿Qué me encantó?
Poder aprender en un espacio tan único como la UMA, donde me sentía constantemente inspirada por mis compañeros y mis clases es lo que más disfruté. A pesar de que algunas clases eran largas, se volvían súper interesantes porque fomentan un ambiente en el que podías hacer preguntas y compartir opiniones o experiencias con total confianza.
Durante los descansos, amaba comprar un snack del mercadito (deliciosos y artesanales), jugar algún juego, tener conversaciones enriquecedoras y, sobre todo, sentirme acompañada en este proceso tan especial.
Escrito por Maria José Márquez Saldivar. Generación 2023. Maestría de Proyectos Socioambientales
Las opiniones incluidas en este artículo son responsabilidad de quien las escribe, y no reflejan la postura, visión o posición de la Universidad del Medio Ambiente.
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Diseño bioclimático en la arquitectura del transporte: integrando sustentabilidad y eficiencia.
¿Pueden los principios de la naturaleza redefinir la arquitectura del transporte? En un mundo donde la sustentabilidad y la eficiencia energética se han convertido en prioridades, el diseño bioclimático emerge como una respuesta innovadora para transformar los espacios de transporte. ¿Qué principios y técnicas están detrás del proyecto arquitectónico que respetan el medio ambiente y mejoran la experiencia de los usuarios? La arquitectura bioclimática, inspirada en los sistemas naturales, representa un cambio de paradigma en la forma que concebimos y diseñamos nuestros entornos construidos, y se ha convertido en pieza clave para el diseño arquitectónico de vanguardia. ¿Cómo está cambiando este enfoque la manera en que concebimos y construimos nuestros espacios de transporte.
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La lucha de las mujeres y la tenencia de la tierra en América Latina
Escrito por Lina Marcela Enriquez Barbosa, una mujer colombiana, caleña y sentipensante con la tierra, que a lo largo de su caminar de vida se ha permitido aprender, des-aprender y re-aprender constantemente el cómo habitar más conscientemente este planeta, desde las relaciones con el entorno y con el otrx.
Soy Trabajadora Social y encarno mi profesión en cada célula de mi cuerpo, resisto desde la cotidianidad por otras formas de vida alejados del individualismo y apostándole a la construcción de una justicia social desde una perspectiva antipatriarcal y anticapitalista.
Me he enfocado en acompañar y sostener a mujeres que han sido víctimas de violencias basadas en género, desde la medicina ancestral andina. Activista y educadora socio-ambiental en el Movimiento Ser Montañana en la ciudad de Cali, el cual se dedica a la defensa, protección y conservación del parque nacional natural Farallones de Cali de la minería de oro.
Actualmente me encuentro realizando la maestría en Innovación educativa para la sostenibilidad, en donde reflexiono constantemente la educación como herramienta de transformación socio-ambiental.
Fuente: Movimiento Ser Montaña – Cali, Colombia.
MUJERES Y TENENCIA DE LA TIERRA EN AMERICA LATINA
Te preguntarás ¿por qué es importante que las mujeres tengamos derecho a la tierra?
Este derecho genera que nosotras, tengamos medios para la subsistencia, para mejorar la autonómica social, económica y política, para reducir la marginación y las violencias basadas en género.
Asimismo, tener el derecho seguro a la tierra mejora las oportunidades económicas, la seguridad social, la posibilidad de construir una vida digna, formando hogares y comunidades prosperas y resilientes; fortaleciendo su educación y la capacidad de agencia de mujeres y niñas, apostándole a la equidad de género, el cuidado como asunto político y protegiendo la madre tierra.
Fuente: CDHAL
Mujeres y la lucha por la tenencia de la tierra
Se acerca una fecha para conmemorar y reflexionar, el 8 de marzo día internacional de la mujer nos hace un llamado para juntarnos, para sentipensarnos y realizar acciones que revindiquen a las mujeres.
Siendo así, queremos hoy poner en el centro una situación a reflexionar colectivamente: el territorio y la masculinización de la tierra como marco de vulnerabilidad femenina, pues, a pesar de que la tierra es percibida como “femenina”, llamada como madre tierra o Pachamama, la mayoría de mujeres en el planeta no tenemos acceso a ella como “propietarias”, aunque muchas mujeres se dedican a trabajar la tierra, este trabajo es principalmente para el marido, padre o patrón.
Fuente: Humanidad y medio
Desigualdades y tenencia de la tierra
Acceder a la tierra para las mujeres rurales, les permite el poder real de las dirigencias y liderazgos, es sentirse dueña y propietaria, es precisamente una apuesta por la autonómica económica de las mujeres.
Actualmente se calcula que existe en el mundo 1.600 millones de mujeres campesinas (más de la cuarta parte de la población, pero solo el 2% de la tierra es propiedad de ellas), de acuerdo al censo Nacional Agropecuario en Colombia 20121, “los hombres tienen 1 millón 244 mil hectáreas, que equivale al 21% de las tierras, es aquí donde se evidencia la gran desigualdad entre hombres y mujeres en la ruralidad” (Silva, 2017).
A su vez, según la FAO, solo el 30% de las mujeres rurales poseen tierras agrícolas y no tienen acceso a los medios de producción (Silva, 2017).
Fuente: Permea_holistica
¿Qué afecta la tenencia de la tierra para las mujeres?
La dificultad del acceso a la tierra produce que las mujeres sigan teniendo problemas de titularidad, acceso al crédito, decisiones en torno al uso de la tierra y poca entrada a ingresos directos, situación similar que viven en los territorios indígenas con propiedad o posesión colectiva, en tanto las grandes decisiones sobre sus territorios son tomadas por los Apus/mayores/cacique/curacas o dirigentes, generalmente varones.
Entonces apostarle a que las mujeres tengan titulación de la tierra, es un acto de justicia social, es permitir que las mujeres accedan a posiciones de poder y habiten el poder de forma diferente a lo que históricamente se ha vivido.
Fuente: Permea_holistica
Paradigma extractivista y masculinización de la tierra
En esta misma lógica, las empresas mineras buscan al “encargado de hogar” para ofertar la compra por el territorio, a su vez son los “varones” los que toman las decisiones de venta en el afán de cumplir con su rol de proveedor que responde a un sistema capitalista, patriarcal y colonialista, muchas veces sin consultar a la familia, ni a la esposa.
Las mujeres pueden quedarse sin hogar o fuente de producción priorizando la capacidad económica frente a la soberanía alimentaria o la facilidad de “control de los recursos”, generando el desplazamiento hacia las grandes ciudades y disrupción de las dinámicas familiares.
Articulando lo anterior con la visión extractivista, explica una defensora de DDHH y mujer rural de Huancayo, Perú:
“para el varón solo es cuestión de propiedad, de poder -esto visto desde una masculinidad hegemónica- mientras que la mujer ama esa tierra, creo que hasta podría perder la tierra con tal de mantenerla, la mujer haría ese sacrifico por que quiere ver a la tierra libre, segura y limpia, no quiere verla maltratada, en cambio el varón no ve eso» (Silva, 2017).
Es aquí donde la dominación masculina se generaliza entre la mujer y la tierra, es dicha visión de poseer y extraer. Así mismo se genera una serie de acciones que corresponden al sostenimiento de una sistema capitalista y patriarcal, de producir para consumir, para “vivir”.
Fuente: Permea_holistica
Los riesgos de generalizar y como te puedes involucrar
Es importante aclarar que lo aquí escrito este generalizado por las dinámicas rurales que se viven en América Latina, que pueden existir acepciones a la regla, a una visión extractivista y patriarcal de la naturaleza y las mujeres.
Sin embargo, este escrito espera que visualices la desigualdad entre mujeres y hombres, en cuanto a la tenencia de la tierra se trata, a las causas que se pueden generar con el hecho de que las mujeres tengan derecho y acceso seguro a la tierra, además que como hombre o ser que habita en este mundo te re-pienses en acciones afirmativas que dignifiquen la vida, que le apuesten a la equidad de género, pues, es una necesidad imperativa formar/generar masculinidades corresponsables y no violentas, pues ¡juntxs podemos transformar este mundo!
Fuente: Mindomo
Sentipensares
No obstante, considero importante aquí reflexionar sobre el vinculo que tenemos las mujeres con el medio ambiente, este se encuentra determinado por diversos aspectos, como: género, clase, etnia, estrato socioeconómico, producción agrícola, distribución de ingresos, entre otras. Puesto que debemos formar otros horizontes, distinguiendo los derechos territoriales de las mujeres en su diversidad.
Se ha demostrado que las mujeres somos quienes cuidamos la tierra en un sentido más profundo de la vida, que nos organizamos en su defensa y protección, así mismo se une a esta visión la articulación entre la mujer como dadora de vida y la naturaleza como madre tierra – creadora de vida.
Considero que se debe de reflexionar la importancia de la perspectiva de género en los procesos sociales, desde una educación contextualizada, que fomente el cambio de paradigma ayudando a cambiar las conductas y representaciones sociales, apostándole cada vez más a cerrar las brechas sociales.
A través de formar comunidades de aprendizaje informales en los espacios educativos formales -además de fortalecer la gobernanza y gobernabilidad de los territorios- dado que la defensa, conservación y protección de la tierra es cuestión de todxs. Es como creo que seria un cambio adecuado en los contextos de América Latina.
Asimismo, es importante que en la practica docente se permitan espacios de diálogo, debate y co-construcción del conocimiento desde un posicionamiento político de la vida, pues, esto permite sentipensarnos la educación desde otras formas de concebir el mundo.
La educación será por y para la vida o no será.
Fuente: Permea_holistica
Referencias bibliográficas:
Rocio Silva (2017). Mujeres y conflictos ecoterritoriales: impactos, estrategias, resistencias. Lima, Perú
Carcaño Valencia, Érika. (2008). Ecofeminismo y ambientalismo feminista: Una reflexión crítica. Argumentos (México, D.F.), 21(56), 183-188. Recuperado en 22 de febrero de 2024, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-57952008000100010&lng=es&tlng=es.